Entrevistamos al periodista Javier Bonilla, quien lanzó interesantes y polémicos conceptos sobre el periodismo general en nuestro país y sobre su especialidad: la aeronáutica y la defensa.
¿Cómo se inició en esa especialidad periodística tan particular?
Bonilla – Primero, uno se inicia en la vocación desde chico porque le gusta todo lo que vuela o navega, pregunta y se informa. Luego, queda eso un poco dormido para iniciarme en el periodismo general por el año 1980, haciendo radio . Después, me tocó escribir sobre cosas que son peligrosas: prácticamente, parezco dedicado a hacer periodismo kamikaze, investigando licitaciones y cosas usualmente incómodas, lo que me ha llevado casi al ostracismo. Luego, me he refugiado , para llevar algún peso a casa, en especializarme en estos ítems náuticos y aeronáuticos y militares, de los que pocos se ocupan (y muchos hablan) , los cuales me dan cierta proyección en el mundo y me habilitan la posibilidad de cobrar un dinero coherente, porque aquí en el Uruguay, la prensa es como el crimen…
¿Existe el periodismo de investigación en el Uruguay?
Bonilla – No hay periodismo de investigación, porque acá no se cubre económicamente lo que implica una investigación profunda, lo que implica el pago de especialistas, de asesores, de informantes, de números frecuentemente exorbitantes de escaneos y fotocopias de procesos o impugnaciones.
Mucho menos, se cubre legalmente a la persona que se inclina hacia el periodismo profundo; esto no es Argentina y no es Brasil . No digo que en esos países no se maten periodistas, sí que aquí no existe, ni la mínima estructura investigativa.
Ahora, no es el único país complicado. Estuve en Bolivia recientemente, y me decían que simplemente con cortar la publicidad oficial y la de los proveedores del estado, ya funden un diario; al diario opositor El Día lo están cercando a ese nivel.
Tampoco aquí se valora al periodismo investigativo, más bien se lo desprecia: se dice que en Uruguay nunca puede haber periodismo investigativo, que es un sueño, etc.
El resultado es que algunos que hacen 5% de investigación y ponen caras de malos en TV, la posan de investigativos y sabemos que después -por atrás…- no son los tales cronistas. No quiero nombrarlos, la gente se dará cuenta a quienes me refiero…
¿En nuestro país el periodista que se mete en temas profundos está amparado legalmente?
Bonilla – Muy poco amparado, apenas en lo que corresponde a la Asociación Uruguaya de Prensa y en la Sociedad Iberoamericana de Prensa, que sí se movilizan, aunque… -voy a ser muy sincero-, tendría que tener bienes a nombre de otro, tendría que proteger cuentas bancarias de una forma no muy ortodoxa para estar tranquilo.
El juicio se ha convertido en una industria, de pronto no para una ganancia inmediata del que se siente lesionado por un artículo… Sin embargo, cuando se obliga a gastar en abogados, escribanos, o hasta contadores, a un periodista, que generalmente es un tipo bastante humilde (porque se gana bastante poco…) lo están poniendo contra las cuerdas desde el vamos.
Y hoy, abundando, si se mete con el tema sicariato, tampoco está amparado desde ese otro lado. En Uruguay, si se quisiera instrumentar un sistema de protección de testigos: ¿qué demora alguien en encontrar a una persona que era de Maldonado en Artigas? Y ahí, caemos los periodistas más de una vez: vemos cosas que nadie sabe, escuchamos cosas que no se pueden decir.
Es muy difícil ser periodista en este país, sentirse protegido y decirse independiente, aspecto -este último- también cada vez más difícil.
¿Existen en nuestro país presiones hacia los periodistas de parte del estado, de empresarios y políticos? Te dicen: ”¿no escribas de esto?"
Bonilla – O (la publicidad) te la damos de entrada, para que nunca más puedas desprenderte del anunciante… Es lo que está pasando -históricamente, y mucho más durante el mujiquismo- un poco, con la publicidad oficial. Este actual gobierno, cuando asumió, también dijo que iba a ser muy moderado con ella… Sin embargo, hoy en día vemos que Antel ha vuelto con todo y el Banco Hipotecario también. Entonces una empresa que tenga esas dos cuentas, más una de UTE u otra de OSE, depende del Estado y depende de los proveedores del Estado, porque si mañana, como está pasando en Bolivia, llaman a los proveedores y les dicen: “a este no me le avisen”, esos proveedores no se van a hacer los locos. Quienes viven del estado, van a obedecer las normas que les imponen (o les sugieren) desde arriba....
Yo lo voy a decir, aunque le moleste a más de uno: la base de la independencia periodística en este país, se fortalecería si hubiera muchas menos empresas públicas, para que con nuestro dinero no se pueda presionar a la prensa (o favorecer amigos), ni pasiva, ni activamente.
¿En el gobierno de Mujica, cuánto pesaba la publicidad estatal en un diario, en una radio, en un canal de televisión? Yo recuerdo en tiempos de Pintado como ministro de Transporte. La campaña del plan “Realizar”, casualmente cada uno de los que le daba más por la cabeza, después obtenía propaganda del programa “Realizar” y se olvidaba de Pintado. ¿Qué quiere que le diga….?
¿Y no siente que con este sistema al final la gente no se entera de un montón de cosas que nosotros los periodistas sí sabemos?
Bonilla – En mi caso, voy a contar que tienen más repercusión los artículos que rebotan desde afuera, que lo que puedo hacer acá. Pasa que cuando publico un artículo en España, Alemania o en Brasil, hay (mucha)gente que le gusta y también más gente que no le gusta. El primer intento de juicio que tuve por parte del Ministerio de Defensa, en el año 2012, fue por un artículo publicado en Alemania. La nota le molestó mucho a un finado embajador, que le decían brigadier pero era capitán, (Gerónimo Cardoso, ex director internacional del MDN) y escándalo mediante, hizo firmar a Fernández Huidobro, que recién asumía y quizá no sabía lo que estaba firmando, una amenaza de juicio mandada vía embajada a la revista donde escribo, y eso tuvo más repercusión que el contenido de la nota.
Si yo lo hubiera hecho aquí (en Montevideo), bastaba levantar un teléfono para que no escribiera más en muchos medios. La revista alemana, cuando le enviaban estas intimaciones de la embajada, mandaba todo a la basura, como corresponde a un medio serio. ¡Aquí no pasaría! Aquí al diario más poderoso, si lo llaman de Presidencia 5 o 6 veces, aunque sea opositor, se va a asustar.
Hay veces que se encuentra con esa independencia en los medios del interior, que están muy lejos de toda esa ecuación de publicidad estatal, entonces usted puede decir en su medio (y yo en “Enfoques”, que también es de Maldonado...) cosas que no diría -o no podría decir- en Montevideo. Hay veces que la austeridad de recursos, brinda independencia. No obstante, hay que cuidarse por el tema de los juicios y de las amenazas, que también existen.
¿Nos podría contar el problema que tuvo en su momento con Alas Uruguay y cómo encuentra ese emprendimiento?
Bonilla – Realmente, como aeronáutico que soy, quiero que todas las empresas vuelen: que la aviación militar vuele, que la agrícola vuele. En tal contexto, el tema de Alas Uruguay no me cierra por ningún lado y no los culpo a los pobres ex funcionarios de Pluna; sí al desgobierno de Mujica.
Porque esto de Alas Uruguay fue un premio consuelo encontrado por el Mujiquismo para tener calmados a estos muchachos, que, posiblemente hubieran podido decir muchas cosas del cierre, inspirado con una absoluta desprolijidad, una absoluta negligencia y no lo digo por los directores estatales de Pluna Ente. Aunque soy opositor, debo reconocer que los tres directores -de la oposición y del gobierno- se pusieron la camiseta, y quisieron que no pasara lo que pasó; así avisaban al Poder Ejecutivo a cada rato, sea al ministerio de Transporte, o a Presidencia, sin ser escuchados. Cuando tuvieron que recurrir al Poder Judicial para solicitar los balances de Pluna S.A., los miraban en el resto del gobierno como marcianos.
Recuerdo que Pasadore, que era el Presidente por el Frente Amplio de Pluna Ente, me llamaba muy preocupado para conocer mi parecer aeronáutico, pues le complicaba esta gente de Pluna S.A y me dijo: “En Presidencia les importa más revisar mi cinturón para ver si no tengo armas, que escuchar lo que voy a decir”. Hasta la lucha de Pasadore con el ex ministro Pintado, con quien eran amigos antes de asumir, para que lo escuchara, fue eterna, y, precisamente, no lo escucharon.
Además, todo esto se dio en el medio de un contexto de enfrentamiento interno entre el Astorismo y el Mujiquismo por el tema de Venezuela y Paraguay en el Mercosur, que fue la gota que colmó el vaso intolerante del Mujiquismo, para que se resolviera dar una "lección" al citado Astorismo, cuyo líder (Danilo Astori) no supo, ni quiso defender a su gente. Incluso dejó sacrificar al ministro Lorenzo en el ente que más le dolería a decir de la Sra. Topolanski, el cual circunstancialmente era Pluna.
Entonces, alguien decidió soltarle la cuerda a la empresa y hablar con los funcionarios. Aún no sé que se habló, sí que se decidió un paro, justamente el que iba a justificar el cierre -y cerró la empresa- propiciando los juicios de proveedores, pasajeros, agencias de viajes, y se recurrió antes de eso, a un artilugio completamente delirante: los supuestos juicios de Varig hacia Pluna, que nunca estuvieron en consideración de la Justicia brasileña, más que una vez… ¡Miles de millones de dólares en demandas que no existían y nunca existieron!
Yo soy testigo de la angustia que tenían los directores de Pluna Ente, que se veían venir algo bravo y no fueron escuchados.
También hubo una oferta anterior, de Macri padre, para gestionar Pluna cuando la cosa se puso brava y se le dijo que no.
Antes de eso, cuando se adjudicó Pluna S.A. al grupo Leadgate, también se le había dicho que no, quizás por omisión, al Presidente del grupo Avianca, uno de los más poderosos de América. Germán Efromovich había venido a hablar durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez con el Presidente y no lo atendían. Cansado, dijo que si no lo atendía justamente el Presidente, ya con los segundones no hablaba, y se fue.
Venía a poner dinero en serio. Fure entonces que apareció milagrosamente Leadgate, y ¡oh casualidad!, cuando le otorgan Pluna, con esa ecuación horrible del 75% privado y 25% estatal garantizando toda la operación... el Estado, graciosamente Campiani, le daba una oficina a la misma Avianca. Habíamos perdido la oportunidad de solucionar el tema aeronáutico para siempre, porque Avianca terminó comprando en la región varias empresas, inclusive en Argentina.
¿Campiani fue el cabeza de turco de todo esto?
Bonilla – Yo no sé si fue cabeza de turco. Creo que no fue el único culpable, porque también en el primer directorio de Pluna encabezado por Bouzas no tuvo ningún tipo de resistencia; Bouzas le votaba todo.
Entonces, por ejemplo, se llenó de aviones y quería llegar a los 15 o 20 CRJ900, que por la autonomía desde Uruguay jamás hubiese podido disponer de esa flota. La autonomía máxima permite llegar a Brasilia, pero le faltan 100 millas para llegar a Santa Cruz de la Sierra... No hubiera podido atender más destinos con esa flota.
Mi teoría es la siguiente: el estado uruguayo fue garante, y la fábrica, como toda fábrica, da una comisión a quien indique su producto. Sobre los primeros 7 u 8 aviones de Pluna en esa época, que recomendó adquirir con la garantía del estado, aún antes de asumir Leadgate… le voy a decir una cosa: seguramente esa comisión se pagó y se lo digo porque tengo fuentes, clientes de otras empresas fabricantes. Seguramente dio para pagar la primera capitalización famosa de 15 millones iniciales de Pluna y dio para que sobrara dinero.
Entonces no me digan que Campiani fue la Madre Teresa de Calcuta, porque seguramente no. Además de la llegada del padre de Campiani al Scotiabank, acreedor de Pluna… en fin… yo no creo en Heidi...
Usted ha dicho que actualmente Alas Uruguay vuela casi sin pasajeros
Bonilla – No es que yo lo diga; las estadísticas de Dinacia lo afirman. Sí he visto volar un viernes con 12 pasajeros en un puente aéreo vespertino, que debe de ser el que está más poblado, y de los 12 pasajeros, 2 o 3 eran canje, por ejemplo.
He publicado -con fotografía- aquella nota con un solo pasajero en el avión, hace dos o tres jueves, que era un dueño de una automotora y que la hizo circular con indignación en las redes sociales.
Llegar al 20% o 25% de ocupación en un avión de 132 lugares y del consumo de un 737 es bastante poco; o sea, no da para cubrir gastos, y además de ese porcentaje no se sabe cuántos son canjes o pasajes de amigos, y para Paraguay apenas llegan a un 35%. Además, con un horario que no es conveniente para quien va a hacer negocios a Paraguay, porque -no recuerdo bien- creo que llegan a las 14.00 horas, y esa gente de negocios no viaja para quedarse un par de días…
¿Puede ser que los puentes aéreos a Buenos Aires ya estén perimidos?
Bonilla – Es que tiene más sentido viajar desde Punta del Este a Buenos Aires en avión, que desde Montevideo. La propia Dinacia dice que la vía fluvial y terrestre le ha ganado a la aérea. Porque la primera salida estadística de los uruguayos por aire no es Buenos Aires, sino el eje San Pablo - Río de Janeiro. Yo vivo en Montevideo, y entre ir a Carrasco que me lleva una hora y media llegar, más depender de la meteorología, y tomarme en Ciudad Vieja el directo a Buenos Aires, no lo pienso dos veces.
Se ha perdido esa necesidad de ir volando a Buenos Aires, y lo mismo está pasando con Porto Alegre, destino donde la gente ya se acostumbró a la opción terrestre...

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