¿Cuál es la verdadera razón de la imprevista, breve y sorpresiva visita del presidente francés a Montevideo?
Nos respondemos: conseguir carne de cañón para integrar tropas de paz en la tumultuosa Repúbica Centroafricana, así como vendernos buques de Patrulla Oceánica (los mentados OPV...) que ni su Marina usa más que como demostradores comerciales y que, tras la reunión con Vázquez en París, subieron mágicamente algunas posiciones en el ranking en el cual la Armada daba y sigue dando como ganador -por varios cuerpos- al astillero alemán Lürssen.
La cuestión es que para promocionarlo, con una visita a y probable recepción a bordo de ambos presidentes y altos mandos navales, se ve que mal asesorado, o sin otra agenda, Hollande va a despedazar el carnaval de militares y políticos -que trinan de furia- porque, según lo solicitado por la Agregaduría Militar gala a nuestras autoridades, se requiere el puerto para el navío P-125 L"Adroit, procedente de Río de Janeiro entre el 6 y el 11 de febrero, así como la presencia de altos oficiales de la Armada Nacional Uruguaya para asistir a maniobras en esas fechas, sacrosantas vacaciones del calendario nacional...
Un bello detalle: está tan cerca la cubierta de la línea de flotación del navío (imagínenlo en un temporal rochense...), que si hubiera muy mal tiempo las damas se salpicarían sus trajes de fiesta...
Como nos dijo en privado un alto jerarca: "si querían carnaval, joda, y no pasar por aguafiestas, se hubieran quedado en Río, que al menos los festejos son de verdad y las mulatas también!"
Se dice, además, que si el gobierno uruguayo se porta bien y menea la colita, enviando soldados a este nuevo destino africano, que días atrás se excusó de cubrir, habría hasta rebajas en los barquitos o lindos tutús para el Ejército. ¡Qué bueno es papá Hollande!!! ¿Actuará en el Jardín de la Mutual?
Javier Bonilla