Los uruguayos estamos muy orgullosos con la gran exposición que el Museo de Arte Moderno de Nueva York dedica al pintor y maestro Joaquín Torres García. Su éxito en España, con presencia en varios museos y en los murales de la Generalitat de Barcelona, no parecen comparables al reconocimiento de esta catedral del arte moderno. Con esto su fama será más internacional y los precios de sus pinturas alcanzarán importantes sumas en las grandes casas de remates del mundo. Quienes visiten nuestro país observarán sus obras con la admiración que siempre merecieron, y su Museo en la Ciudad Vieja llamará más la atención con su contestario mapa con el Sur arriba.
Todo esto que nos viene del Norte, de abajo, según Torres, es siempre bienvenido, al igual que las opiniones, cuando nos son favorables, de sus grandes universidades y periódicos.
Excepciones de una tendencia “políticamente correcta”, a desconfiar o rechazar todo lo que de Estados Unidos nos llega.
Un caso es UBER, el revolucionario sistema de transporte privado, que está causando grandes controversias a nivel mundial.
Es totalmente comprensible la reacción de los taximetristas frente a una nueva competencia, e igualmente la preocupación de las autoridades para asegurarse el cumplimiento de las regulaciones que rigen el transporte de pasajeros. Nos chocan las descalificaciones apriorísticas. Todo parece que estos sistemas, con sus luces y sombras, representan un nuevo orden, tal cual lo expresó el Ing. Juan Grompone en el programa “Sonia Entrevista” de TNU. Pero pasa lo que pase con UBER, ya quedaron en manifiesto algunas carencias de nuestro actual sistema de taxímetros. Por lo pronto, el hecho que algunas Embajadas establecidas en Uruguay han advertido a sus conciudadanos los riesgos de las mamparas en los taxis. También sabemos que estos son muy pequeños para llevar cuatro pasajeros, un número muy común en el turismo: dos parejas, padres y dos hijos, cuatro amigos y que esto causa incomodidades.
Sobre HALLOWEEN, extraña que nuestro Turismo no la aproveche, como ya la está aprovechando casi todo el mundo. Desde agosto las publicaciones de viajes vienen creando el clima para viajar en esa fecha, y restaurantes, boliches, hoteles, circuitos turísticos, parques temáticos y hasta museos se asocian a esa celebración. Una costumbre extraña para nosotros, pero con lo acotada de nuestra temporada turística no nos podemos dar el lujo de ignorar.
Finalmente el TISA es un tema complejo, pero no se entiende que alguien se retire de las negociaciones, antes de saber adónde ellas nos conducen, pero lo que menos comprendemos es cómo, tratándose de servicios, no se haya consultado al sector Turismo, si realmente es tan importante generador de divisas y empleos como todos proclaman.
No es cuestión entonces de dar por bueno todo lo que nos llegue del Norte, como puede ser el premio Oscar otorgado a Jorge Drexler, porque nuestros críticos ya nos convencieron del poco valor artístico de estos premios, ni cerrarnos a otras propuestas que nos vengan de afuera, como nos vinieron de otrora el Carnaval, las murgas, y aunque se les haya cambiado el nombre Navidad, Reyes y Semana Santa, sobre todo en estos tiempos que la universalización nos trae tantas cosas que rápidamente se vuelven imprescindibles: Google, Netflix, WhatsApp y tantas otras que pueden desembarcar hoy mismo.
Volviendo al más actual tema de UBER, no parece mala cosa mostrar a nuestros jóvenes casos como el de Travis Kalinick, principal de la empresa, que con solo 39 años creó un imperio apostando a sus conocimientos, espíritu emprendedor y capacidad de innovación.

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