La atolondrada decisión del ex presidente Mujica, de cerrar Pluna un aciago día de julio de 2012, alentada (y hay que decirlo con todas las letras) por la postura suicida e irresponsable que jamás midió riesgos de la dirección sindical de la empresa, reventó el puente aéreo Montevideo - Buenos Aires; redujo invierno y verano la ruta Buenos Aires - Punta del Este, e hizo trizas la conectividad del Uruguay con los países del cono sur latinoamericano.
Con la sola excepción de Aerolíneas Argentinas, que quedó dueña y señora del puente aéreo, sin participación uruguaya, puesto que los vuelos de BQB constituyeron una payasada más, con servicios suprimidos a cada momento, o bien alterados sin aviso previo en perjuicio directo de los pasajeros, transcurrió esta aventura aerocomercial sobre el Río de la Plata, que fue reduciendo paulatinamente frecuencias y vuelos, y que liberó tarifas a gusto y paladar de la única compañía aérea explotadora, a la cual la intempestiva resolución de Mujica la dejó operando en régimen de virtual monopolio.
Aerolíneas Argentinas, con más de 60 años de operaciones en el Uruguay, siguió su fértil derrotero y mantuvo varios vuelos diarios entre Carrasco y Aeroparque, evitando el fin de las operaciones aerocomerciales entre Uruguay y Argentina.
También se hizo cargo del transporte aéreo entre la capital argentina y Punta del Este, conectándolo con Buenos Aires una vez por día, con excepción de los martes.
Aquellos polvos de Mujica -me lleva la chingada-, trajeron estos lodos, y a propósito, bien cabe señalar que el Aeropuerto Internacional de Laguna del Sauce, obligadamente estacionario y al servicio directo del principal polo turístico uruguayo, es una terminal aérea ejemplo en el mundo entero, en su categoría y especialidad, que exhibe más de 3.500 aterrizajes anuales de aviones privados, complementarios de los vuelos comerciales del verano, pese a Mujica y al cierre de Pluna.
Con Alas Uruguay en calle de rodaje hacia la pista de despegue, -por fin-, se advierte que el 17 de diciembre iniciará Azul (más de 60 aeronaves) dos vuelos semanales desde San Pablo a Punta del Este, y otros dos desde Porto Alegre. También BQB, hoy administrada por Amaszonas, en situación expectante, aguarda permisos para operar a Punta del Este desde el aeroparque bonaerense, como antes lo hicieron otras aerolíneas, entre ellas SOL Líneas Aéreas.
En lo que atañe a Brasil, TAM viene efectuando con buen suceso vuelos regulares dos veces por semana entre Punta del Este y San Pablo, vuelos que enlazan con su red mundial de conexiones. También se opera una vez por mes entre Punta del Este y Río de Janeiro, en ejercicio de ofrecer destino en ocasión de los fines de semana largos en Brasil.
Un estudio de factibilidad encomendado por el operador aeroportuario a una consultora internacional, señala que se analizan posibilidades de tráfico que ameriten que Copa Airlines pueda operar en la alta temporada vuelos desde Panamá a Punta del Este, complementarios de los que se realizan diariamente a Montevideo.
Coincidimos, en esta particular oportunidad, y vale la pena comentarlo, con la ministra de Turismo, Lilián Kechichián, que no comparte el juicio de que existe una mala gestión en el Aeropuerto de Laguna del Sauce.
Al respecto, nos resulta lisa y llanamente ejemplar la orientación estacionaria de la terminal esteña, ubicada a 50 minutos del Internacional de Carrasco, distancia que enaltece los servicios que se prestan en la asistencia a pasajeros y aeronaves que operan en Punta del Este.
En cualquier país del mundo, esos escasos 50 minutos son los que habitualmente deben recorrer los viajeros a metrópolis.
Bien comenta Kechichián que existe conformidad con el desempeño del concesionario, Puerta del Sur, conducta puesta en tela de juicio, aisladamente, en el ámbito del legislativo comunal de Maldonado.
A título periodístico, constituye un macaneo calificar de fantasma el aeropuerto porque recibe un vuelo diario. Es poco serio, y demuestra desconocimiento la temeraria afirmación. Sus más de 3.500 aterrizajes anuales resultan elocuentes y eximen de todo otro comentario.
La palabra de la ministra aclara cualquier duda: “…los usuarios de la terminal están conformes; la gestión empresarial no es mala”.
Ricardo Garzón
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