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Jorge Salvatierra* |
Exceso de optimismo en la fusión LAN-TAM |
- Las decepciones se deben entender desde la vereda de un exceso de optimismo en la percepción inicial.
El presidente de LATAM Airlines ha dicho recientemente que los efectos de la fusión LAN-TAM recién se completarán en unos dos años, indicando que lo normal para una fusión de esta envergadura es completar el proceso en 4 a 7 años.
Si bien los plazos que ahora indica Amaro no son un despropósito, ello contrasta con el excesivo optimismo con que se hacían anuncios en la época en que se materializó la fusión.
Es importante destacar, y todos hemos aprendido en parte gracias a errores cometidos, que la concreción de sinergias es difícil si no se planifican con cuidado y con anticipación todos los ángulos de una fusión. Debe haber realismo en la concepción inicial, diferenciando claramente complementos y superposiciones, así como ahorros de una sola vez versus sinergias efectivamente recurrentes y sostenibles en el tiempo, reconociendo que también hay costos importantes (incluso des-sinergias).
En el caso de LATAM hay una administración experimentada y muy calificada. Por lo tanto, las decepciones se deben entender desde la vereda de un exceso de optimismo en la percepción inicial, más que en una ejecución deficiente. Es posible que se hayan subestimado dificultades en términos de estructurar una plana ejecutiva consistente con el estilo LAN, el impacto de variaciones en el tipo de cambio y, sobre todo, la inercia negativa que traía TAM al momento de la fusión.
Siempre recordamos a nuestros clientes que el alegre momento de la firma y “cierre” de una adquisición es más bien el comienzo y no el final del proceso. Por ello, es importante que el Plan de Integración detalle los ejecutivos que tomarán el control de la operación, definiendo a los que saldrán y estableciendo mecanismos de retención para los que se quedan; establezca un plan completo de comunicaciones, tanto al interior de la empresa como hacia todos los stakeholders externos; defina los objetivos y metas comerciales, operacionales y financieras que tendrá la nueva entidad; y homologue las prácticas de recursos humanos, los sistemas y procesos, así como los KPI e informes de gestión. Por último, el Plan de Integración deberá definir con claridad la hoja de ruta para la oferta de productos y servicios, así como para la eventual unificación de marcas.
*El autor es director ejecutivo de Invector.

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Agustín Tajes |
El último empujón |
Desde el comienzo dijimos que esa voz que se corrió de que había que votar al Ing. Martínez, en la elección departamental de Montevideo, para que no ganara Lucía Topolansky, era una trampa para robar votos de los PPTT de gente que razonaba que ese era el mal menor.
Cuando las encuestas empezaron a dar a Martínez arriba y que el porcentaje del FA era de alrededor de 55%, también afirmamos que si Ana Olivera había ganado con un 46%, esos 9 o 10 puntos de diferencia, eran de los incautos que habían caído en la trampa que mencionábamos.
Entonces dijimos que si esos votos regresaban a la Concertación, la cosa se ponía muy pareja y que para que no ganara Topolansky, la solución era que ganara la Concertación y no Martínez, que en definitiva era darle al frente otros 5 años en el gobierno de la comuna capitalina.
Las últimas encuestas nos han dado la razón, Martínez tiene en el entorno del 33%, Novick, segundo, el 21, Topolansky 20, Garcé 14, etc.
Esto da al Frente con una proyección del 54%, y a la Concertación de un 36. Eso significa que si ese 10% del que hablamos se revirtiera, la Concertación quedaría arriba.
Por lo tanto, en esta instancia final, si ese 10% reacciona, estamos a tiempo de dar vuelta el resultado.
Pensemos que a esta altura, Topolansky no puede ganar de ningún modo, ya que, o gana Martínez, o gana la Concertación, y como pienso que el verdadero tema es sacar al Frente de la Intendencia, porque los montevideanos no podemos soportar más esta mezcla de ineptitud y corrupción, que ha llevado a que tengamos una ciudad casi destruida y mugrienta, creo que vale la pena intentarlo, ya que no tenemos nada que perder y mucho para ganar.
El otro aspecto es la afirmación de Lucía Topolansky, de que se había demostrado que la Concertación era un fracaso.
De ningún modo, un 36%, que seguramente va a ser más, es un éxito si tomamos en cuenta las condiciones en que se desarrolló el proyecto, demuestra que si se hubiera hecho con el apoyo real de los líderes partidarios, o, mejor dicho, con el verdadero involucramiento de ellos - con convicción - estaríamos ahora en otra situación. Además, si consideramos ese 10% de engañados, vemos lo que es una realidad, las fuerzas democráticas juntas y y organizadas en una coalición, son más que el Frente.
En el interior no se hizo una concertación formal, pero sin duda se va a dar la de la gente. En Maldonado, el Partido Colorado sacó un 18% en las nacionales y ahora las encuestas le dan un 8, lo que significa que hay más de la mitad van a votar al Partido Nacional, que es el que casi segura va a desplazar al Frente, de pésima gestión en estos últimos 10 años.
Eso mismo – como en 2009 - se repite en varios departamentos, lo que nos dice que concertar para una coalición no sólo es posible, sino que es lo que quiere la gente demócrata.
Quedan muy pocos días, pero todos conocemos personas que dicen que van a votar a Martínez, para que no gane Topolansky y se les puede explicar que están en un error y que es posible terminar con estos 25 años de pésima gestión.

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Javier Bonilla |
¿Adiós al LET 410? |
- Brasil se despide de los aviones de 19 lugares
El pasado 25 de abril fue entregado en Chile, por parte de personal de la ex regional de Río Grande do Sul NHT, tras un vuelo desde Porto Alegre con escalas en Pelotas, Buenos Aires, Bahía Blanca y Trelew /Esquel, el último Let 410 UVP-E20 -matriculado originalmente PR-NHE- aún en condiciones de vuelo en Brasil (existen otros tres, sólo aptos como fuente de repuestos).
El modelo era hace una década muy popular en este país, la única aeronave de 19 plazas actualizada habilitada para volar comercialmente en territorio brasileño por las autoridades de ese país, ya que los checos, en esa época aún lerdos en marketing, tuvieron la suficiente picardía como para, ante el envejecimiento de la flota nacional de Bandeirantes, certificar ese avión para actuar en el competitivo rubro de 19 lugares y colocar unidades en diversas aerolíneas regionales. La gaúcha NHT -en la época, y hasta hace poco, una empresa codificada con TAM- fue su principal usuario, y usó este modelo para volar desde Rivera a San Pablo.
Este vuelo ferry se llevó a cabo esquivando (además de los perros rastreadores de dinero de Cristina Kirchner, que los visitaron en alguna escala argentina), en la medida de lo posible, las cenizas emanadas por la reciente erupción del volcán chileno Calbuco, y el último tramo del mismo se realizó en forma nocturna, arribando al Aeropuerto Internacional de El Tepual -el principal de Puerto Montt- para dirigirse al regional de La Paloma, la aeroestación urbana de la ciudad, sede de algunas líneas regionales, entre ellas la principal de la zona, Aerocord, antigua usuaria de DC-3 y ahora equipada con Cessna 402, Twin Otter Vistaliner (panorámicos) Cessna 310 y un helicóptero Bell 407. A esa flota se une este Let 410, fabricado en 2008 especialmente para la ex aerolínea brasileña NHT y que ha volado regularmente desde el extremo sur de Brasil hasta San Pablo casi diariamente durante muchos años y lo hará en adelante para Aerocord. Esta línea, además, mantiene vínculos con la también chartera chilena One.
Lo increíble es que este avión y otro similar (inclusive a nombre de una financiera uruguaya), pudieron quedarse en 2014 en nuestro país, pero, por los técnicos que trabando iniciativas, se creen abogados en la Dinacia-y viceversa- uno fue vendido a Sudáfrica ,y este otro a Chile. El lujo de la miseria de un país antiaeronáutico llamado Uruguay…

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Alberto Medina Méndez |
Esa arraigada vocación de súbditos |
Que la política hace de las suyas no requiere de demasiada demostración. En todo caso, debería preocupar la verdadera causa de esas andanzas.
En algunas sociedades más serias, la política tiene un margen más acotado, sus errores y excesos encuentran límites, y no porque sus dirigentes no lo intenten, sino porque la ciudadanía no lo permite y, frente a determinadas posturas, los repudia electoralmente dejándolos fuera de carrera.
Cuando se aborda el dilema desde esta perspectiva, se comprende bastante mejor lo que está sucediendo. El problema no es solamente la inmoralidad de los que se abusan, sino también la pasividad de los que se dejan oprimir.
Esto no se consigue sin la complicidad de la gente. Por eso es vital revisar las actitudes propias. En la actualidad, el sometimiento ya no se logra con la fuerza bruta, sino con sutiles estrategias de manipulación psicológica.
La política lo sabe y las usa a discreción con toda la potencia que le resulta posible. Así logra imponer conductas, establecer reglas y, sobre todo, diseñar el camino que le resulta más funcional a sus mezquinos intereses.
El asunto pasa por no enredarse en esa madeja. Pero para eso resulta clave tener la autoestima en el lugar adecuado. Claro que los políticos se ocupan de menoscabarla a diario, desgastándola permanentemente y evitando, de ese modo, cualquier tipo de insurrección por menor que ella parezca.
La rebeldía es una virtud. No tiene que ver con oponerse a todo, sino con tener criterio propio, analizar cada cuestión sin condicionamientos y actuar de acuerdo a la visión personal, esa que puede alinear discurso y acción.
Muchos asuntos no parecen tener salida, al menos no en el corto plazo. La sumisión comienza cuando esa mansedumbre se convierte en crónica y serial, anulando la más elemental capacidad de plantearse alternativas.
Lamentablemente esta postura es demasiado frecuente hoy y no solo, como suponen algunos ingenuos, en los sectores más débiles de la sociedad. La vocación de esclavo no distingue género, edad, ni tampoco condición social. Las pruebas abundan y están a la vista todos los días.
La primera parte de la solución implica entender lo que sucede. Sin un diagnóstico contundente es imposible pensar en revertir el sendero actual.
La inmensa mayoría de la gente cree que todo lo que ocurre es producto de la crueldad de la política y la inmoralidad de sus dirigentes. Si bien eso es parcialmente cierto, la sociedad debe renunciar a esa indigna costumbre de buscar culpables afuera antes de admitir su importante cuota de responsabilidad en todo lo que acontece.
Si se lograra asumir esa situación, y comprender que el presente tiene mucho que ver con todo lo incorrecto que se hace siempre, se habría ganado la primera de las batallas. Tal vez no sea la más importante, pero sin duda alguna, la imprescindible para poder transitar la siguiente.
Luego vendrá el tiempo de examinar los comportamientos propios. Un repaso por lo habitual mostrará con claridad, como esta ciudadanía termina aceptando todo lo ofrecido como si no existiera otro modo de lograrlo.
No es necesario buscar ejemplos en la política mayor, en esas cuestiones de Estado. En los temas más simples, en lo mundano, pululan anécdotas que dan cuenta de como el conformismo le gana al desafío de la superación.
La dinámica vigente para la recolección de residuos, el sistema de transporte de pasajeros, los inconvenientes en el tránsito de una ciudad son temas domésticos y sobre los cuales la sociedad solo se queja, sin actuar sobre el asunto, aceptando las excusas de los políticos, la supuesta sabiduría de los técnicos y la inercia ideológica de los intelectuales de turno.
El reto es cuestionar, animarse a dejar atrás la comodidad que propone la resignación y apelar a la creativa fórmula de proponer variantes. Nada de lo que se hace hoy tiene que continuar de igual forma. Si no satisface las expectativas, no resulta útil, ni resuelve el problema, siempre merece ser fuertemente objetado hasta encontrar una alternativa superior.
El pensamiento de esclavo invita a la sociedad a la quietud del acatamiento. Ese proceder es nocivo y adictivo e incita a reiterarlo hasta el infinito. La política contemporánea, astuta observadora de las múltiples debilidades humanas, muestra allí lo peor de sí misma, utilizando este mecanismo ruin para sus fines, con absoluta ferocidad y falta de escrúpulos.
Es ella la que alimenta la resignación e insiste señalando limitaciones falsas, esas que hacen suponer a muchos que todo debe seguir igual. Es bajo ese paradigma que no modifican el perverso régimen electoral imperante, ni están dispuestos a transparentar lo que gastan con dineros públicos.
Se saquea a los que producen para distribuir el resultado de su esfuerzo a los que parasitan. Es difícil entender la lógica de los generadores de riqueza. Su actitud dócil para con el sistema no tiene consistencia con su eterno esmero por progresar. Son ellos tal vez los que tienen más responsabilidad en esta etapa. Si pudieran dejar de ser pusilánimes, posiblemente otro sería el presente.
La política mal entendida, apuesta a que la sociedad acepte, sin protestar, todo lo que ocurre y solo deba bajar la cabeza frente a los atropellos cotidianos. Ellos saben lo que hacen, por eso insisten con esta receta que les ha dado resultado. Concentran el poder en sus manos y convencen a la sociedad para que todo siga funcionando así, como hasta ahora.
El problema no es la política, tampoco sus dirigentes. El tema es bastante más simple. Esto continuará del mismo modo hasta que la sociedad no reaccione con inteligencia y coraje para abandonar definitivamente esa arraigada vocación de súbditos. |
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