- En el primer round se consolidó la perversa y morbosa relación entre Argentina y Uruguay
Ayer quedó demostrado fehacientemente el menosprecio hacia nuestra existencia soberana con la que distintos gobiernos argentinos han tratado al Uruguay. Ya es proverbial.
La acusada presidente de Argentina, cumpliendo con la consigna heredada de Perón, de que "primero un sopapo y después un mimo”, envió al procesado vice presidente, cuyo testaferro está preso a pedido de la Justicia uruguaya, para asistir al traspaso de mando de Mujica a Vázquez.
Por primera vez en la historia de ambos países, un presidente no asiste a la toma de posesión de un presidente rioplatense.
Este es el primer sopapo que la presidente argentina da al presidente Vázquez, que lo dejó Nock Out, pese a la silbatina y abucheo del pueblo frenteamplista al procesado Boudou, silbatina y abucheo que todo el pueblo compartió por encima de banderías.
Todo esto, sin olvidar el grosero desprecio de la mandataria argentina al Dr. Vázquez, durante su primera presidencia, cuando en su segunda asunción lo rezongó en pleno discurso en el Congreso argentino, delante de cientos de invitados extranjeros. No se recuerda, en los últimos 100 años, algo similar a la actitud kirchnerista.
Para quienes no están demasiado familiarizados con nuestra historia común, esta ingrata situación originada con la presencia del procesado Boudou, no constituye un hecho aislado. Súmese a vuelo de pájaro el actual conflicto en torno al funcionamiento de la planta procesadora de celulosa UPM; las reiteradas omisiones argentinas para concretar el dragado y profundización del Canal Martín García, y la atrevida y no menos lesiva "Doctrina Zeballos".
Cabe recordar que el Canciller argentino Estanislao Severo Zeballos (1854-1923), a principios del siglo pasado, dio nombre a esta ingeniosa doctrina, también conocida como "Doctrina de la Costa Seca".
El citado canciller expresaba por entonces: “La República Oriental no tiene derecho alguno sobre el Río de la Plata. Su dominio sólo se extiende hasta la línea de las más bajas mareas”.
Qué significaba esto? Pues que cuando los montevideanos fuéramos a nuestras playas, mientras estuviéramos en la arena seca estaríamos en Uruguay. Pero, cada vez que decidiéramos bañarnos... ¡¡¡lo haríamos en aguas argentinas!!!
Por ello, esta historia en torno a los despojos que dejó Mujica en lo que a las relaciones con Argentina se refieren, inició ayer un nuevo episodio con este despreciable representante que Cristina Fernández nos envió al traspaso de mando. Por cierto que, pese al Nock Out, los uruguayos no nos sentimos sorprendidos.
Dios nos ha pillado confesados.
Jorge Azar Gómez
Ex representante de Uruguay ante ONU
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