Edición Nro. 2252 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 18 de marzo de 2022
 
 
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Javier Bonilla
INMORALES, FUNCIONALES Y  COBARDES!
Prensa: levantes, plagios y cancelación a la orden?

El MEC, decíamos, recién ahora analiza fraudes que denunciamos hace 6 años. Defensa,al fin observa a la Armada por reformas sin terminar al Artigas (no entran motores por medir mal su habitáculo en 2018), y casi nadie reconoce que el complejo puntapié inicial -cuando la ignorancia sobre temas navales campea- fue nuestro. Gritamos años sin suerte x Pluna/AlasU. De Sendic, o del jet Vip ni hablemos... Y sí... quedamos algunos periodistas, pese a colegas cada vez más jodidos y terrajas en su proceder. Lo peor: gran parte egresados de universidades varias, de cuya eficacia y dotes nos permitimos dudar.
Cualquiera sabe que, excepto algunas radios del interior, especialmente en lo que hace a la mañana y la noche, el dial uruguayo es más previsible que el porno hub, y raramente pasa algo, si no puntean los temas y no levantan la voz programas como Estado de Situación, líder absoluto en las mañanas de AM, o espacios nocturnos como Otras Palabras, ambos en Oriental, "Francamente" en las tardes de CX 40, e inclusive "Ponete las Pilas" en Universal, el resto del dial parece pedir permiso o responder a libretos mediocres a la hora del contenido. Entre los medios escritos, la excepción, también ninguneada por el remedo de establishment local, es el digital Diario Enfoques, auxiliados por, para el que aprecia la Defensa, Seguridad o Aeronáutica por medios extranjeros como Defensa.com, Airline, Força Aérea, etc.
De Búsqueda, El País, El Observador, Brecha o La Diaria, la TV abierta y ciertas "revistas", poco puede el público esperar más que la misma comida chatarra de casi siempre. El problema, cada vez más habitual es que los medios mimados por la publicidad estatal y paraestatal -proveedores del Estado incluidos- por las encuestadoras y por aquellos que arman usuales espacios televisivos o radiales basados en leerse entre sí (pan con pan...) y poco más, cuando quieren jugar a ser mínimamente "audaces", recurren, raramente reconociendo la fuente, a aquellos medios y periodistas que ningunean, que "cancelan", que fingen ignorar, pero bien que llaman enojados cuando los critican.
Muchas veces, publican, limando aristas comprometidas, la misma nota que a uno le costó sangre, sudor, lágrimas y vocación investigar, y tras una nota "lavada" o dirigida, publicada por la autodenominada "prensa seria" -tristes por falta de sexo?- o "responsable" (de que nada cambie) el tema se desinfla, de no mediar una insistencia casi suicida por el que puso la cosa a rodar. En esta semana, desde el tema de los huesos en el Correo, hasta los putiferios navales, pasando por los fraudes en el MEC, proceden de investigaciones de Estado de Situación, de Enfoques (de años!) o de Defensa.com, cuando no intercambios conjuntos. ¿Alguien menciona el origen de estos trabajos?
Cuando el "sistema", al que eructan usualmente que "hay que cuidar" (como si valiera la pena vivir en una sociedad que hay que sujetar todo con dudosos alfileres...), se callan. Nosotros no! Quieran o no quieran, frígidos aspirantes a establishment de tablado, la TV abierta, la propia TV cable y los diarios impresos, tienen los días contados. Y dentro de poco, no van a quedar giles que tiren la plata en suscripciones a medios aburridos uruguayos, con el silencio y la indiferencia casi zurdópata ante ciertas cosas, están casi programados. Por eso, y aunque levanten y plagien, ni en pedo esperen que nos dobleguemos a la prensa políticamente correcta, sin conspiranoias. Haciendo lo que hay que hacer y teniéndolas bien puestas. Contra lo que sea! Cobardes e inmorales...

Rafael Rubio
Habituación y teoría de la mente
  • “No hay situación a la que el hombre no se acostumbre, especialmente si todos los que le rodean la soportan viviendo en iguales condiciones”. León Tolstoi. Ana Karenina

Los seres humanos compartimos con el resto de los animales la capacidad de adaptarnos a los diferentes cambios que van ocurriendo a nuestro alrededor. Uno de los mecanismos que lo permite es la llamada “habituación”, que consiste en la disminución de una respuesta ante la presencia repetida de un determinado estímulo. Una situación que experimentamos frecuentemente es el acostumbramiento a sonidos molestos. La “habituación” es un proceso muy potente que significa que el cerebro se concentra inicialmente en cualquier cambio repentino en nuestra situación, pero si ese cambio permanece y no provoca ninguna consecuencia importante, el cerebro termina perdiendo el interés por él (Burnett, Dean. 2018. El cerebro feliz. Paidos. Argentina. Pág. 60).
“Dejamos de responder a aquello que no tiene consecuencias biológicamente relevantes para nosotros” Burnett, Dean. 2018. Op. Cit. Pág. 61).
La habituación representa una de las formas más ele¬mentales de aprendizaje. Se basa en asimilar que un estímulo no es importante porque no tiene consecuencias que necesiten consideración. Nos permite enfocarnos eliminando las respuestas a elementos irrelevantes del medio. Se seguirá generando una respuesta ante los cambios nuevos producidos por otros estímulos. Diversos estudios de la psicología cognitiva han desarrollado investigaciones sobre el mecanismo de habituación a nivel psicológico. En este campo se conoce como “efecto de habituación” a los cambios en el estado de ánimo producto de la acción compensadora que genera nuestro organismo para recuperar cierto equilibrio frente a novedades que ocurren en el contexto. Y, de esa manera, podemos volver a sentirnos cómodos hasta reaccionar nuevamente cuando sucedan cambios significativos. Quizás nos venga bien un período estable para no habituarnos tanto y prestarle suficiente atención. O, si la paz no llega, saber forzar los ojos para mirar con extrañeza.
Se sabe que el cerebro se habitúa a cualquier cosa que le resulte suficientemente fiable o familiar (Burnett, Dean. 2018. Op. Cit. Pág. 104).
La habituación tiene un claro valor evolutivo, porque contribuye a la adaptabilidad del organismo. En cualquier situación, por simple que sea, intervienen tantos estímulos que si el organismo tuviera que responder a todos su conducta sería caótica. La habituación es un descenso de la respuesta ante un estímulo moderado o repetitivo, por lo que se reduce la reactividad a los estímulos irrelevantes y la conducta se organiza y dirige a responder solo a algunos estímulos, en principio más relevantes.
La habituación (al igual que la sensibilización) no es una conducta innata. Por el contrario, se trata de verdadero aprendizaje, ya que representa un cambio de conducta a partir de la experiencia. Sin embargo, dado que dicha experiencia se refiere a un único estímulo, se trata de un aprendizaje no asociativo (no se da una asociación de sucesos).
Algunos de los parámetros que influyen en la habituación son el tipo de respuesta, la intensidad del estímulo, los intervalos de repetición del estímulo, el estado de motivación, etc.
La habituación se produce a nivel del sistema nervioso, se observa en reflejos simples como la transpiración, la contracción muscular y en la actividad de grupos de neuronas. Es necesario diferenciar el mecanismo de habituación de la adaptación sensorial, que solo depende de los sentidos como, por ejemplo, la disminución de la visión frente a luces intensas. También se distingue de la fatiga sensorial o motora, que implica un cansancio en los músculos involucrados en la respuesta y no obedece a un estímulo específico.
Diversos estudios de la psicología cognitiva han desarrollado investigaciones sobre el mecanismo de habituación a nivel psicológico. En este campo se conoce como “efecto de habituación” a los cambios en el estado de ánimo producto de la acción compensadora, que genera nuestro organismo para recuperar cierto equilibrio frente a novedades que ocurren en el contexto.
A nivel político, “la habituación” tiene influencias notorias en las preferencias de la gente. Para ello se le “ayuda”. La mentira repetida es una arma política: “una manera segura de que la gente crea falsedades es la repetición frecuente, porque la familiaridad no es fácilmente distinguible de la verdad” (Kahneman, Daniel. 2012. 2012. Pensar Rápido, pensar despacio. Penguin Random House. Grupo Editorial Sudamericana. Pág. 88).
Es el caso de grupos “pseudorreligiosos” de ley natural que hablan de crear el “hombre nuevo”, una creencia de orden sobrehumano como son las verdades irrebatibles del materialismo dialéctico que guían las acciones humanas.  Para llevar adelante sus ideas “salvadoras”, robaban bancos, casinos, financieras, secuestraban gente, ejecutaban  acciones terroristas (voladura del bowling de Carrasco y del Club de Golf), mataban y ajusticiaban personas.
Una religión fanática y misionera, que luego de ser amnistiados por la sociedad, crearon las “tupabandas” para financiar sus actividades proselitistas, participaron en los sucesos del Hospital Filtro. Luego comenzaron a crear fábulas (los tupamaros se alzaron en armas para luchar contra la dictadura), mentir engañar, manipular a la gente.
Fábulas tan familiares y tan frecuentes que uno se acostumbra, y algunos se las creen.
Por ejemplo, las  “sanatas” de un senador que rememora lo que “su relato” le llama la “Toma de Pando”. Intento frustrado de copamiento de esa ciudad. Culminó con la detención de veinte guerrilleros y la recuperación de más de la mitad del botín. Fallecieron el sargento de policía  Enrique Fernández Díaz y los tupamaros Jorge Salerno,  Alfredo Cultelli y Ricardo Zabalza, más una víctima inocente, Carlos Burgueño, quien se encontraba en un bar cercano, observando lo que sucedía.
Los uruguayos nos “habituamos”  a este relato y nos callamos, cuando “la toma de Pando”, además de ser un atentado a la verdad, a la democracia y la libertad, es una tragedia horrible y una idiotez intelectual, que sólo mide la estrechez del cerebro del que la recuerda.
Por otro lado, cuando dos senadores debaten sobre los artículos de la LUC, uno de ellos debería antes explicar qué pasó con:   
“De los setenta millones de personas que murieron en las principales hambrunas del siglo XX, el 80 % fueron víctimas de la colectivización forzosa, la confiscación punitiva y la planificación centralizada totalitaria de los regímenes comunistas. Estas muertes incluyen las ocurridas bajo Stalin, Mao, Pol Pot en Camboya, Kim Jong en Corea del Norte y varios países africanos poscoloniales (Pinker, Steven.2019. En defensa de la ilustración. Editorial Planeta S. A.).
Si nos “habituamos” a los Stalin, Mao, Pol Pot, etc., estamos legitimando que esas cosas sucedan en nuestro país, regalándoles nuestra atención y tiempo a promotores de tales atrocidades.  

i.    Teoría de la mente
La neurociencia ha descubierto que el diseño mismo de nuestro cerebro lo hace sociable, inexorablemente atraído a un íntimo enlace cerebro a cerebro cada vez que nos relacionamos con otra persona.
Ese puente nervioso nos permite hacer impacto en la mente  y por ende en el cuerpo de cualquier persona con la que interactuamos (teoría de la mente). La exhibición de emoción es automática e inconsciente, por lo que su represión exige de un esfuerzo consciente. Ser insinceros sobre lo que sentimos, tratar de ocultar nuestro miedo,  o nuestra ira o desdén, exige de un esfuerzo activo y rara vez alcanza su objetivo a la perfección (Goleman, Daniel. 2006. Inteligencia Social.  Editorial Planeta Mexicana. pág. 35). Esto es lo que sucede naturalmente, aunque te distraigan con cantos de sirena.
Cuando en los hechos el Uruguay eligió un Presidente con un jugoso prontuario delictivo, que aún se jacta de la “emoción” de ingresar a un banco con un revolver 45 y el Ministro que debía “cuidarnos” también tenía un rico prontuario delictivo, el que además justificaba editando un libro con sus fechorías, la “seguridad” en el país se descontroló.
El cerebro límbico (emocional) es “abierto”, se expande y se conecta con el ambiente que lo rodea. Fueron muchos años de lo político sobre lo jurídico, años en los cuales nos acostumbramos a los representantes de la violencia dirigiendo nuestras vidas.
¿Cómo se afectó la  capacidad de respuesta social del cerebro moldeada para bien o para mal, por los otros?
¿Cómo se afectó la base neuronal entre la empatía y nuestro sentido de lo que está bien y lo que está mal conocido como “marcador somático”?, ¿qué tipo de aprendizaje se facilitaba, qué conexiones neuronales se creaban y consolidaban como cambio sináptico, cómo cambiaba la estructura cerebral en base a esas experiencias personales?
¿Cómo evoluciona el inconsciente adaptativo de amplios sectores poblacionales en base a estos mentores que hubo y cómo se deben readaptar hoy que concluyeron los aprendizajes sociales delictivos?
La Teoría de la Evolución  sostiene que nuestra habilidad de percibir cuándo debemos recelar ha sido tan esencial para la supervivencia humana como nuestra capacidad de confiar y cooperar (Goleman, Daniel. 2006. Ibídem).
Investigaciones realizadas revelan de manera clara que la cooperación y la colaboración son los procesos de relación que resultan fundamentales para que los grupos sociales se constituyan en efectivos en sus logros (Goleman, Daniel; Cherniss, Cary. 2005. Inteligencia Emocional en el trabajo. Barcelona. Editorial Kairós S. A.).
La confianza o su falta es un tema de liderazgo cada vez más importante de nuestros días. La confianza es la esperanza positiva que una persona se comportará con familiaridad y conocimiento de ambas partes.  
La desconfianza afecta siempre dos resultados: la velocidad y los costos. La desconfianza generalizada impone una especie de impuesto sobre todas las formas de actividad, un impuesto que las sociedades de alta confianza NO tienen que pagar. En una crisis, la desconfianza la fomenta e inhibe y retarda su pasaje a la recuperación.
En los buenos momentos, la desconfianza limita su potencial.
Parte de la tarea de los líderes ha sido y sigue siendo trabajar con personas para hallar y resolver problemas, pero que los líderes accedan a los conocimientos y a la creatividad que se necesitan para solucionar los problemas depende de cuánto confíen en ellos. La confianza  y la confiabilidad gradúan el acceso de los líderes al conocimiento y la cooperación. Cuando los seguidores  confían en su líder, están dispuestos a hacerse vulnerables a sus actos.
Es común en las diferentes profesiones, que “existan familias de médicos, familias de abogados, familias de futbolistas, de carpinteros, de militares y de policías”.
Es poco probable que en la “familia policial” sigan a alguien de acuerdo a lo que explica la Teoría de la Evolución, máxime cuando poco tiempo atrás fue el enemigo de su abuelo, de su padre, de su tío o de su hermano, a quién consideran deshonesto o que crean que puede aprovecharse de ellos. La honestidad es absolutamente esencial para el liderazgo, si las personas van a seguir a alguien al campo de batalla, primero quieren estar seguras de que es digno  de su confianza.  
La “habituación” es algo aprendido, que por tanto se puede manipular. La “teoría de la mente” integra el adn humano. Perdura de acuerdo a la Teoría de la evolución.
Los delitos descienden, no están al frente los mentores de la violencia. La efectividad y eficiencia de la policía, retorna a sus niveles tradicionales.




ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



Crónica de otros tiempos
Mentirosos al referéndum
Engañaron al pueblo, le mintieron con alevosía a sus propios votantes.
Prometieron públicamente y con fervor religioso desde la Presidencia de la República moderar el gasto del Estado, evitar el despilfarro, no aumentar los impuestos ni crear otros nuevos, reducir a su mínima expresión el uso de la locomoción oficial, y convertir el aeródromo de Melilla en un aeropuerto semejante al Aeroparque de Buenos Aires.
A vuelo de pájaro, también prometieron, chocheando, (Mariano Arana), "que volverían los cisnes a navegar en un recuperado Arroyo Pantanoso que acrecentó su ruina; que la Educación sería profesionalizada, y que serían construidas y entregadas en el período decenas de miles de viviendas".
En materia de hurtos y rapiñas el gobierno prometió reducirlas en un mínimo de 30%, cuando en los hechos, entre 2015 y 2018 las rapiñas crecieron un 36,7%, mientras que los hurtos aumentaron 33,6%. Los homicidios, en tanto, treparon al 40%.
Igualmente prometieron que sería detenida la emigración de las familias, cuando es público y notorio que se fueron del país decenas de miles de uruguayos entre 2005 y 2018.
Aseguraron que no habría más ajustes fiscales, y que sería absolutamente trasparente la gestión pública. No se acudiría al rescate de las empresas fundidas; se velaría por el cuidado ambiental, y se reduciría el déficit de las empresas del Estado. Nada de esto se hizo.
Aplicaron a rajatabla la frase atribuida a Maquiavelo: “el fin justifica los medios”, y se alzaron con el gobierno a costillas de la credibilidad e imbecilidad popular.
Uniformaron la pobreza, le dieron statu quo; están destruyendo la clase media, y fomentan a más no poder la holganza y la vagancia en todo el país.
Facilitan, encubiertos, la deserción estudiantil; por omisión e ineptitud la delincuencia organizada, el auge expandido del narcotráfico a todos los rincones del país, y a sabiendas el crecimiento descontrolado de los asentamientos, villas y miserias, en cumplimiento de una política de expansión tutelada y financiada con abusivos e impresionantes impuestos ciudadanos.
La sucesión de huelgas docentes, injertadas en una muy mal entendida y peor aplicada autonomía, afectó en grado superlativo la educación primaria y secundaria, al punto que los estudiantes egresan de la escuela sin saber leer con fluidez, y menos restar, multiplicar y dividir. Y del primer ciclo secundario, sin comprender lo que leen.
El gobierno ha despilfarrado a trochemoche los dineros públicos, y sigue gastando muy por encima de las posibilidades nacionales. Lo peor, que constituimos un país que soporta una carga impositiva terrible, con el agravante de que los servicios públicos mal esconden más gravámenes impositivos que desdibujan su cometido social. Las tarifas de la electricidad, gas, naftas y teléfonos son las más caras de la región, y compiten para alcanzar a ser las más onerosas del mundo.
El gobierno del Frente Amplio endeudó con irresponsabilidad manifiesta el país, y atiborró de funcionarios las empresas públicas. Ante la descomunal deuda externa del Uruguay, 60 mil millones de dólares, cachafaces y bribones sostienen que no hay por qué preocuparse: “la deuda no se paga, se administra”. ¿Consolidación fiscal? ¿Reperfilamiento?...
Desfigurado el Poder Legislativo, hoy baluarte del Poder Ejecutivo; galanteada la Justicia, cortejada por el gobierno frenteamplista que arregló con suculentas retribuciones los cargos judiciales de mayor relevancia, el Uruguay se ha despedido de la división de poderes.
En estos tiempos de Lacalle Pou, hubo que desandar el camino. El Presidente del Frente Amplio, en una perfectísima vuelta de carnero mostró uñas y pezuñas, y declaró muy suelto de cuerpo que denuncias de abuso policial no prosperaban en la Justicia aunque “llevan meses”, y que “la única razón” de esto era que las supuestas víctimas “son hijos de pobres”. El titular del Poder Judicial, John Pérez, replicó al pucho: “niego terminantemente que haya una Justicia para los pobres y otra para los ricos”. Y enseguida agregó: “esto es agraviante para la Justicia”.
En el tema que nos ocupa, el Frente Amplio se ha revelado como un partido político mentiroso a más no poder. El engaño colosal y colectivo que le endilgamos al Frente Amplio, sin atenuantes, determinó el uso y abuso de los brazos enyesados de las mayorías frenteamplistas durante todo el período.
Abundando, no debe obviarse que la maquinaria legislativa está orientada por el accionar de las grandes corporaciones. Los políticos del siglo XXI son empleados muy bien pagos de estas instituciones internacionales que han tomado al Uruguay como conejillo de indias.
La bancarización obligatoria, so pretexto de controlar la evasión fiscal, ha puesto de rodillas el país, entregado por este gobierno a las ocurrencias y dictámenes siempre nefastos y perjudiciales de la banca internacional.
Concluyendo, el porvenir político del Uruguay, de cara a las próximas elecciones nacionales, ha sido perfectamente dibujado por el poeta y compositor Enrique Santos Discépolo:

“Si uno vive en la impostura
Y otro roba en su ambición,
Da lo mismo que sea cura,
Colchonero, rey de bastos,
Caradura o polizón”.

Ricardo Garzón
Acto final del extravío
(Por Julio María Sanguinetti) La campaña opositora ha sido algo muy triste. Para el país, para su democracia. Desde los primeros pasos hablando de privatización de la educación o la conjura contra Antel, todo han sido falsedades, alarmismos, anuncios apocalípticos.
Estamos en el final y en actos inexplicables de desesperación y arrogancia, el Frente Amplio "emplaza" al gobierno a que en 30 días le responda por 50 presuntos abusos policiales.
No escarmentaron con la derrota electoral, en la que su espantosa conducción en el tema seguridad fue un factor muy relevante. O sea que carecen de toda autoridad política para enjuiciar a nadie, cuando en sus gobiernos se pasó de 7 mil a 30 mil rapiñas. Igualmente insisten en el tema, a los gritos, como si estuvieran parados sobre el pedestal de un éxito.
Naturalmente, hay una acción concertada y generalizada. La intervención de la Institución Nacional de Derechos Humanos, a 15 días del referéndum, cuestionando tres artículos de la LUC, es realmente un atentado. Un instituto del Estado impugna una ley cuyo destino está en manos de la ciudadanía. Realmente, han conducido a la institución a un desprestigio casi terminal.
Al mismo tiempo, toda gremial o entidad donde el Frente Amplio tiene influencia, se ha sumado a los cuestionamientos que se hacen a la acción policial. El propósito es obvio: el gobierno está logrando resultados en ese tema que fue uno de sus mayores fracasos y tratan de contrarrestarlos intentando crear un inexistente clima de abusos policiales. No hay límite. Hasta una extraña iglesia casi desconocida ha salido a confundir con un sacerdote, ataviado de un particular hábito, denunciando de modo burdo un acción agresiva contra una mujer.
La verdad es que abusos policiales siempre hubo, hay y seguirá habiendo. En esa actividad tan riesgosa, siempre está esa posibilidad, pese a la instrucción realizada para que un profesional no se exceda. Es así aquí y en el mundo entero. Se trata, entonces, de saber si esas situaciones han crecido y si no han sido atendidas.
Y allí es donde está la mentira. Según la información oficial, las denuncias han bajado. En el 2021 hubo 134 denuncias cuando en 2019, tiempo en que reinaba el Frente Amplio, fueron 152.
En cuanto a las formalizaciones, o procesamientos, como decíamos antes del nuevo Código, también.
Las 100 denuncias de los defensores de oficio, no tuvieron -según lo dicen ellos mismos- ningún andamiento judicial. Las 50 que aparecen ahora son una ensalada en que, mayormennte, delincuentes con antecedentes formularon denuncias que se tramitaron. Algunas se desecharon en la vía judicial de modo rotundo y otras están en trámite. Unas son de 2020, otras del año pasado. En cualquier caso, sugerir que hay una multitud de denuncias superior a lo habitual es falso y decir que se ignoran sistemáticamente aún más.
El otro gran capítulo de la ofensiva es el apoyo del Ministro Heber a policías enjuiciados por la muerte de una persona que se negó a detenerse ante una orden policial, aceleró su motocicleta para huir, fue perseguido y en esa acción chocó contra un árbol y falleció. Por supuesto, tristísimo accidente. Los policías están acusados de homicidio. ¿Mataron a alguien o fue una conducta irresponsable la que llevó a la muerte al infortunado muchacho? Si hubiera atropellado a un peatón, en la calle, ¿eran los policías los responsables? El Ministro fue a saludar a sus subordinados, preocupado, simplemente para que sientan que no están solos y que tendrán las mayores garantías. Es obvio, además, que si estos policías terminan condenados, no habrá más persecuciones policiales aunque se trate de un delincuente que mató a cuatro personas. No es una anécdota lo que está en juego. En todo caso, ¿cuál es la presión? ¿En qué inhibe a un juez que el Ministro haya visitado a sus subordinados? Lo ha dicho con claridad el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, respondiéndole a Fernando Pereira, Presidente del Frente Amplio, que ha abandonado su espíritu de componedor sindical para mutar hacia un iracundo político.
Estamos ante el final lamentable de una campaña entristecedora para la democracia. Después de todas las falsedades y disparates, se culmina con este acoso a la Policía, no importando si se desmoraliza en su lucha contra el delito. Es algo muy serio. Nuestro Estado de Derecho por supuesto que garantiza todos los procedimientos para enjuiciar a alguien sospechado o acusado de un delito. Pero también está en juego algo tanto o más importante que la protección a la sociedad, agredida por una delincuencia ensoberbecida que recién en estos dos años retrocede en algo.
La conferencia de prensa del Frente Amplio con esas denuncias lanzadas al barrer es el acto final de un largo extravío.
Derogar la LUC solo recibirá el festejo del mundo del delito. Hay que saberlo. Y actuar responsablemente en consecuencia. (Nota que se comparte con Correo de los Viernes)

 



 



 

 
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