El elogio de Mauricio Macri a la puntualidad de Aerolíneas Argentinas, ni bien aterrizó proveniente de Madrid a las cuatro de la mañana del domingo, fue un mensaje con más de un sentido: hacia fuera, avisó a la oposición que no piensa dejar vacante ese espacio en plena campaña electoral, sino que más bien va a utilizar cada logro de la empresa como herramienta de campaña. Pero hacia adentro, la consigna hacia los más de 12.000 empleados de Aerolíneas y Austral es que les espera un año movido y no precisamente confortable.
Para empezar, la nueva conducción de Aerolíneas sabe que este año tendrá que hacer malabares para poder seguir volando con la mitad de los subsidios que tuvieron el año pasado: según el plan diseñado desde el Ministerio de Transportes, Aerolíneas y Austral recibirán en conjunto un auxilio de no más de 170 millones de dólares. Equivalen a poco más de la mitad que recibió Isela Costantini durante su único año al frente de Aerolíneas y a la cuarta parte del dinero que Cristina Fernández y Julio De Vido le giraron a Mariano Recalde durante cada uno de los los siete años que estuvo al frente de las dos compañías.
Además, en las gateras esperan cinco potenciales competidores para dar pelea en el mercado de cabotaje, el único donde Aerolíneas siempre ganó dinero gracias a su posición dominante de mercado y cuyo único competidor de envergadura hasta hoy es Lan Argentina.
Ahora están a un paso de ser aprobadas por el Ministerio de Transportes 135 nuevas rutas que ya tienen el visto bueno de la ANAC en favor de Alas del Sur, American Jet, Andes (ya en operaciones), Avian (de Avianca, gerenciada por Carlos Colunga, ex empleado de la familia Macri) y FB o Fly Bondi. El 90% de esos destinos son de cabotaje y le presentan pelea directa a la empresa que desde enero preside Mario Dell'Acqua.
El sucesor de Isela ya integró las gerencias que habían quedado vacantes con Abbott Reynal en finanzas, Juan Uribe en relaciones laborales y Siro Astolfi en el área legal. Fuentes de la compañía aseguraron a este diario que en lo comercial la estrategia de la empresa seguirá el plan diseñado durante 2016, muy focalizada en asegurar su amplio dominio del mercado de cabotaje y con una progresiva reducción de costos en los vuelos de menos de dos horas, donde ya fueron suprimidos los "snacks". También fueron eliminadas las comisiones por la emisión de pasajes a las agencias de turismo (decisión que posteriormente también adoptó Lan Argentina).
Pero donde tanto el ministro de Transportes, Guillermo Dietrich, como el propio Dell'Aqua esperan hacer una gestión diferenciadora de Isela es la revisión de los números, lo cual incluye no sólo gastos sino también la revisión caso por caso de todos los empleados. "Se están mirando costos, procesos y también se están haciendo controles de tareas. En pocas semanas estarán listos los balances de 2015, el último de la gestión Recalde, y también el de 2016. La directiva es hacer de Aerolíneas una empresa sustentable, con eje en su salud financiera", agregaron las fuentes.
En cuanto a las rutas, según las fuentes, se le está poniendo muchas fichas al Aeropuerto de Córdoba como base operativa independiente de Ezeiza y Aeroparque, que conectará vuelos entre el norte y el sur del país sin pasar por Buenos Aires. También habrá nuevos vuelos directos desde Rosario hacia el Interior.
En el tramo internacional, que es el que le genera a Aerolíneas las mayores pérdidas operativas, habrá nuevas frecuencias a Río de Janeiro, Montevideo, Santiago de Chile, Roma y Barcelona. Y sobre todo, entrarán operación los nuevos Airbus A330 de dos motores, que reemplazarán a los ya envejecidos cuatrimotor A340.