Edición Nro. 1847 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 30 de diciembre de 2013
 
 
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Jorge Azar Gómez - Ex representante de Uruguay ante ONU
¿Quién pulverizó nuestro estilo de vida?

No sé bien si hace dos o tres décadas – o algo más o menos - y en todo caso es lo de menos, pero sí puedo afirmar que el país era otro, muy distinto al actual. Se produjo una metamorfosis.
Tenía menos vehículos circulando, pero caminábamos más y sin peligro. Tenía menos presupuesto educativo, medido en relación al PBI, pero mayor calidad de la educación. Tenía pobreza, pero más digna y, sobre todo, con esperanzas ciertas de ascender social y económicamente. Teníamos inestabilidad política, pero dirigentes más formados. En suprema síntesis, teníamos muchísimos problemas, pero mucho orgullo de pertenecer a Uruguay y una inmensa confianza en el futuro del país, en el destino común.
Todos tenían una segunda madre, la señorita maestra, grandiosa constructora de la sociedad. Era inspiradora de una suerte de nobleza republicana.
Hace medio siglo faltaba mucho por hacer, pero nos prodigábamos un envidiable respeto entre nosotros. Todas las instituciones funcionaban con insuficiencias y deficiencias, pero eran creíbles. Confiábamos en la Justicia, en la Policía, en el burócrata que nos atendía, en el partido político que nos representaba, e incluía al plomero y a los electricistas, a los dirigentes deportivos, al servicio penitenciario. La confianza reinaba, aunque siempre hubo estafadores y tramposos.
Nuestras calles estaban limpias. Comparándolas con las de hoy, eran un espejo. Inclusive, podían verse advertencias en los muros de los inmuebles que indicaban la prohibición de escupir que todos acataban.
Éramos un país en serio de buena gente. A pesar de que la política había agitado el resentimiento de clases, los trabajadores eran señores y la clase media sabía que, más tarde o más temprano, esos asalariados le golpearían a sus puertas, deseosos para ingresar, lo cual hacían con todo derecho y naturalmente. Era un Uruguay progresista de veras.
Teníamos un país en el que los padres les decían inexorablemente a sus hijos, cuando orillaban los 17 o 18 años: “Hijo, o estudias o trabajas”. Ningún hijo ignoraba o era displicente ante ese dilema. Imperaba la cultura del trabajo, esa herramienta colosal que construye dignidad personal y, a la postre, colectiva. Nadie creía que podía realizarse llevándola ‘de arriba’. El esfuerzo era la clave y el mérito sabía ser la llave abrepuertas.
Esencialmente, teníamos orgullo uruguayo y enormes expectativas. No estábamos conformes – la queja es proverbial al ser uruguayo -, pero sí esperanzados.
Adictos siempre hubo, pero si se estaba bajo los efectos de estupefacientes no se le ocurría conducir. Tampoco embriagado. Existía tanto respeto por los otros que eso no se le pasaba por la cabeza.
Viajar en el transporte público era casi un placer..
Íbamos al fútbol en familia. En los estadios no existía nada más que algarabía vocinglera. Cierto es que los baños de los estadios no eran un dechado, pero el contexto general era de alegría sana.
No se escuchaban en la calle insultos e improperios. No regía la prepotencia, el avasallamiento del otro. Esa acechanza que puede aparecer en cada esquina.
Teníamos falsas disyuntivas como campo vs. industria, pero en general tratábamos de debatirlas civilizadamente hasta que pudimos comprender que el desarrollo englobaba a las dos y que las perspectivas de cada uno de esos sectores productivos no mejoraría a pesar de, sino con el otro, articulados en un proyecto de organización económica.
Siempre se le hizo trampa a la ley, pero ésta inspiraba gran respeto y todos intentábamos que fuera cumplida.
Cerveza siempre se bebió, pero los adolescentes nunca lo hacían. Ellos sistemáticamente consumían alguna bebida no alcohólica. Era la conducta normal, no porque hubiera un celador que la imponía. Era la educación que establecía comportamientos y límites.
Hace dos o tres décadas, es lo de menos, precisamente todos tenían límites puestos básicamente por la conciencia individual y social.
El honor y la honradez eran valores que estaban antes que nada en el currículum de cada uno. Eran el punto de partida y acompañaban toda la vida, nunca un "prontuario" se consideraba como currículum.
Ese Uruguay, ¿volverá? Porque para ir, algunas veces hay que retornar, no para quedarse atrás, sino para recobrar energías, básicamente espirituales, y reimpulsarnos. ¡Ojalá!

Por Javier Bonilla
Edgard Snowden 
¿Gran elector de la mayor compra de  aviones de Brasil?
  • Más allá de la estupidez de los servicios de inteligencia norteamericanos -como la inmensa  mayoría, integrados por empleados públicos que aplican el mínimo esfuerzo, por más astutos que sean o se crean…- en espiar ostensiblemente a cuanto líder mundial aparezca, como si el 95% de la información no estuviera en las redes, no deja de ser sospechoso e insólito que la explotación oportuna y continua de este escándalo, haya derrotado a Boeing en la larguísima y disputada licitación de la FAB por aviones de combate…

Casi 15 años, lobbys caradurescos, impresiones y denuncias de coimas al mismo Lula (que, en 2009 y en copas, salió a anunciar al carísimo “Rafale” como vencedor sin que nadie se hubiera expedido), por parte del fabricante francés Dassault, varios ministros de defensa desde 1999 -y uno, José  Viegas, el primero del período de izquierda, apartado por posible connivencia con la rusa Sukhoi, vieja licitante-demoró insólitamente esta convocatoria, en dos tiempos para dotar a la Fuerza Aérea Brasileña de nuevos cazas.
Siendo los tres últimos finalistas designados el Dassault Rafale, el Saab JAS 39E/F y el Boeing F/18 II, poco después de la asunción de Dilma Rousseff, ya bajando bastante las acciones del postulante francés -sospechas y altos  precios mediante- ante la opinión pública, un decidido acercamiento estadounidense, a partir de una visita del senador y ex candidato republicano John Mc. Cain (él mismo, piloto naval retirado), seguido por otros congresistas, y luego por la entonces Secretaria de Estado Hillary Clinton, hasta llegar al mismísimo Barack Obama, junto a mejores condiciones comerciales e industriales, hicieron casi vencedor al F-18.
En ese tiempo, la Boeing se instaló en Brasil con todas las de la ley, relevó capacidades industriales, firmó acuerdos con fábricas locales -desde Embraer, para vender su nuevo carguero militar y civil KC-390 en Norteamérica, hasta AEL, con la cual desarrolló proyectos comunes en materia de aviónica– universidades, centros de investigación científica, etc.
Inclusive, el Congreso  estadounidense aceptaba charlar de transferencia tecnológica, el gran tabú de la izquierda y el nacionalismo brasileño, y Obama prometió el mismo trato en la materia, que a los aliados extra Otan de EEUU (Australia, Nueva Zelanda, etc.). Es más: sabiendo de la megalomanía de la Rousseff y el terror a las escalas en sus viajes oficiales, se había empezado a negociar dentro del paquete un novísimo Boeing 747/8 para Presidencia, modelo que aún no utiliza ni el mismo mandatario estadounidense…
Nadie le arrebataba el triunfo a Boeing, que Dilma y Obama anunciarían juntos en Estados Unidos, en la gira que, finalmente no tuvo lugar, pocos meses atrás, cuando estalló el escándalo Snowden, y, si bien el episodio resulta desagradable, casi tonto y evitable, tampoco es de extrañar que se espíe a los díscolos gobiernos izquierdistas iberoamericanos (si a Angela Merkel!!!!), máxime  cuando el chavismo, el castrismo y las FARC campean alegremente por Brasilia…
Ahora….., hay formas y formas….!
De todos modos, y eso para los que apuestan solo a los lobbys y la payada en las altas esferas -caso de Elta o los chinos en el tema radares navales uruguayos…-, basta este grupejo de pillines (porque, no obstante su pátina de héroes se trata de gente que, poseyendo información, quiso hacer plata y punto…!) y pervertidos -porque tanto Snowden ,como Assange, como el soldado/soldada Mannings son bastante depravaditos, una suerte de trío ronga/pironga- saltando a la fama para hacerle perder miles de millones a la Boeing. Y, claro, una borrachera de Lula afirmando que ganaban los franceses, ya había producido el mismo resultado…..
Ni el lobby francés, ni el  peso de Boeing!
 Ganaron los suecos de Saab con su Gripen NG! Y es un excelente avión, aunque parecía  (para los profanos, no para nosotros….) el patito feo de la licitación. En realidad, sin la inmensa cantidad de F-18 vendidos por Boeing en muchas partes del mundo, y sin su experiencia de combate, el caza sueco- de la misma fábrica del popular Saab 340, en nuestra zona utilizado por Sol y Lade- es utilizado por países como el suyo propio, Hungría, República Checa, Tailandia, y Sudáfrica, además de Suiza, que lo acaba de encomendar. Carga hasta 6 toneladas de armas, usa los misiles que le pidan, bombas inteligentes, cohetes de 135 mm, etc., amén de poseer sofisticados recursos electrónicos y sensores de todo tipo.
Además, era el más barato de todos, y por eso, fue hasta ridiculizado por sus rivales, y, no obstante,  ofrecía a Brasil el mayor intercambio comercial  industrial y académico posible…
Sin embargo, y pese a tratarse de una muy respetable elección, aplaudida por los técnicos de la FAB, esta hace pocos meses hubiera sido impensable,  de no mediar el escándalo Snowden, que lo proyectó por descarte, cuando ya se pensaba en re convocar la larguísima licitación, aún con los daños imaginables a la imagen brasileña, ya sugeridos por la inusual y llamativa extensión de la misma.
O sea…por más Boeing que ud. se llame, nunca venda la piel del oso antes de cazarlo…! Menos ,si se juegan 6.000 millones de dólares (los suecos costarían bastante menos y los franceses 7.100). Haga el negocio recién en la curtiembre! Y cuando vea a algún pervertidito con carita de “yo no fui”, salga corriendo….
Igual, Dilma podría comprar el nuevo Súper Jumbo 747/8 presidencial, como premio consuelo, y, hasta , en una próxima licitación por helicópteros pesados algunos Chinook NG. Si no aparece otro Snowden...

Alberto Medina Méndez
Los protagonistas de la proeza

Argentina ha vivido momentos de mucha zozobra en estas semanas. El conflicto salarial de las fuerzas policiales puso en el centro de la escena un problema social mucho más profundo, que fue la plataforma ideal para la proliferación de hechos vandálicos y saqueos en diferentes puntos del país.
Los observadores locales e internacionales hicieron todo tipo de lecturas. Los más, prefirieron enfocarse en la política, en la reacción entre timorata e insensata y hasta demagógica de la clase dirigente que lejos de asumir sus propias responsabilidades, pretendieron quitarse el asunto de sus espaldas buscando culpables a quienes endilgarles semejante contratiempo.
El debilitado liderazgo de muchos gobernadores y la mezquina actitud de los funcionarios nacionales, lejos de resolver la cuestión, solo generaron inconvenientes adicionales innecesarios que se pagaron con demasiadas vidas humanas y cuantiosos daños materiales, absolutamente evitables.
Es inadmisible que la política haya caído en la perversión de hacerse la distraída, especular electoralmente y hasta realizar festejos frente a la inocultable adversidad e instalada sensación de tensión general. Gestos como estos, que abundaron por cierto, solo muestran la baja calidad humana de la inmensa mayoría de los políticos, su escasa catadura moral,  y la ausencia de sensibilidad y escrúpulos a la hora de utilizar a los individuos como parte de su rutinario juego de conquista del poder.
La displicente decisión de otorgar aumentos salariales a mansalva, demostró una irresponsabilidad absoluta para gobernar. Esa conducta solo provocará nuevos embates similares muy pronto. El modo de cancelar esos compromisos será con mas emisión monetaria ( inflación ), endeudamiento e impuestos, mecanismos que invariablemente castigarán en idéntica proporción a los ciudadanos que pagaran de alguna manera esos aumentos. La única forma genuina de incrementar salarios es con una mayor productividad real, es decir generando riqueza y trabajando más y mejor, sino solo se reparte lo existente sacando a unos para darles a otros. Este conocido experimento tiene resultados tan predecibles como indeseables.
No menos grave es la reacción masiva de una sociedad que mientras se angustia frente a los sucesos, pide demagógicamente,  que se reconozcan salarios más dignos a los policías, reiterando la formula políticamente correcta de quedar bien con los que reclaman sin animarse al debate de fondo, ese que tiene que ver con demandar los talentos básicos que debe exhibir el que pretende mayores remuneraciones. En ninguna profesión "todos" son buenos en lo suyo, ni merecen cobrar algo solo por desempeñar esa tarea. El criterio no puede ser general, en todo caso existe un estándar mínimo que define quienes están calificados para una posición y bajo esas reglas de exigencia y competencia caben mejores compensaciones.
Del lado de la policía, hubieron posturas disimiles, desde los fundamentalistas que no temieron en usar ( como lo hizo la política ) a los ciudadanos como rehenes de esta manipulación salarial, a los otros que entendieron que no se puede dejar de trabajar para forzar situaciones. No es con posiciones incorrectas, que se puede exigir justicia y equidad. Algunos lo comprendieron poniendo lo mejor de sí, mientras el resto recitó lo que todos querían escuchar, al mismo tiempo que por lo bajo fomentaban el caos para obtener lo que pretendían sin importar las consecuencias.
Cuando el reconocimiento no llega espontáneamente sino bajo la presión del eventual daño a terceros, lo obtenido es solo producto de la extorsión y lejos está de ser entonces un mérito del que se pueda estar orgulloso.
Los saqueadores son la muestra de la degradación moral en la que está inmersa la sociedad. La noticia de que las fuerzas de seguridad no estarían en las calles fue, para casi todos los ciudadanos, la señal de que había que buscar refugio para evitar ser la próxima víctima de los delincuentes.
Es trágico observar como un sector de la población, mínimo afortunadamente, pero extremadamente agresivo, consideró que esta era su gran oportunidad para quedarse con lo ajeno, para tomar por la fuerza la propiedad de los otros, sin importar el esmero que ponen aquellos en obtener su sustento con dignidad. Estos criminales se aprovecharon del resto, desplegando su resentimiento, envidia y odio, aplicando la violencia para apoderarse de lo que muchos consiguieron con trabajo y esfuerzo.
Es preocupante el panorama, porque los hechos solo pusieron en evidencia la presencia de un grupo de inadaptados sociales, que siguen ahí, entremezclados con los decentes y honestos, agazapados y listos para dar su próximo golpe al corazón de una sociedad que lucha por ser mejor.
Entre tantas aristas que tiene esta patética historia reciente, una de ellas tiene ribetes heroicos y no fue debidamente señalada por los medios de comunicación ni tampoco suficientemente revalorizada por la ciudadanía.
Merecen realmente ser aplaudidos, los hombres y mujeres que se animaron a poner el cuerpo en el sentido literal de la palabra, esos propietarios de comercios, sus empleados, familiares y amigos que frente a la adversidad, decidieron no dejarse avasallar, ni permitir que una banda de rufianes inescrupulosos, se quedaran con el fruto de su sacrificio cotidiano.
No descansaron mansamente en la ilusión de que la policía los protegería, sino que se decidieron a ser protagonistas y defender lo propio como sea, con la convicción de que nadie tiene porque robarles ni su presente, ni sus sueños. Algo de épico se puede rescatar en medio de tanta calamidad. Es tiempo de reconocer el heroísmo, el coraje y la valentía de aquellos que se arriesgaron en serio, que dejaron horas de descanso de lado para trabajar durante el día y montar guardia por las noches durante varias jornadas. Ellos fueron los verdaderos protagonistas de la proeza.

Enrique Guillermo Avogadro
Fiestas, Mariposas y Tsunamis
  • “Sospecho que el mejor antídoto para ese dolor –causado por quien monopoliza tu patria y emplea sus símbolos, su historia y sus recursos para reprimirte y desprestigiarte- es escribir sobe la experiencia misma que originó el dolor” Roberto Ampuero

Resulta ineludible referirse a la extraña celebración de los treinta años de ininterrumpida ¿democracia? que el Gobierno nacional perpetró el martes en dos etapas: el extraño e indignado discurso presidencial y el baile de Cristina que, mientras rezaba laicamente “que la muerte no me sea indiferente” permitía la incorporación de nuevos nombres a la luctuosa lista que la politiquería barata y la mala praxis confeccionaba desde Córdoba, primero, y luego desde Tucumán, Chaco, Entre Ríos, La Pampa, Catamarca, La Rioja, Neuquén, Tierra del Fuego, Río Negro, Santa Cruz, Santa Fe, Jujuy y hasta el Conurbano bonaerense.
La autoreferenciación ha sido una constante de la década kirchnerista, pero la reaparición de la noble viuda en un acto público luego de sus problemas de “capocha” se produjo pocos días después que se conocieran los resultados de las pruebas PISA y que comenzaran los saqueos en la Docta. Por eso, llamaron la atención varias frases que, con ceño fruncido y mucho rencor, salieron de la boca presidencial, tan maquillada. Entre los logros que prolijamente enumeró se refirió a la donación –con plata de los jubilados- de varios millones de computadoras y un mayor destino presupuestario para la educación; que esas bondades fueran correspondidas por una notoria caída en la calidad de la enseñanza parece que no ha tenido que ver con este Gobierno y, sobre todo, con la forma de ejercerlo, ya que nada dijo al respecto.
Pero la cima fue alcanzada por doña Cristina cuando relató que trabajaba desde los dieciocho años, y que nunca se le había ocurrido robar un televisor mejor que el que tenía. Es cierto, por supuesto, pero omitió reconocer que, con su marido, se robaron el país entero; no hizo comentario alguno a la masiva corrupción del régimen que encabeza, y al injustificable crecimiento patrimonial que registra su familia ya desde la época de la Intendencia de Río Gallegos; su Vicepresidente, el inefable Guita-rrita, no sólo continúa alegremente en libertad sino que, para propinar una nueva ofensa moral al mundo entero, se lo designó para asistir a las exequias de Nelson Mandela, una de las personas más inobjetables del escenario global. 
La frutilla del postre fue la suspensión, orquestada por ¡Giles! Carbó, del fiscal Campagnoli por haber cometido el crimen de lesa majestad de investigar a Lázaro Báez, testaferro y socio de la familia presidencial. La ausencia notoria de la ciudadanía de la protesta callejera previa a este nuevo atentado contra la República equivale a la falta de preocupación general por la ley de autoamnistía de los funcionarios o por la modificación del Código Civil, que tampoco generó una generalizada reacción popular, pese a que el texto altera toda la forma en que los argentinos convivimos.   
Pero volvamos a la razón del título de esta nota. Una mariposa aleteó originalmente en Córdoba; cuando el viento generado por sus alas se transformó en una tormenta, el Chino Zannini, por orden de la Presidente, se negó a enviar la Gendarmería y permitió que vándalos arrasaran con la tercera ciudad del país. Pero la mala leche que, con torpe praxis, pretendía destruir sólo al Gallego de la Sota terminó, en pocas horas, por incendiar el país entero; en Catamarca, sobre todo, estuvimos al borde de presenciar una guerra abierta entre policías locales y las fuerzas nacionales.
El más que razonable aumento de sueldo –y el blanqueo de gran parte de éste- a los miembros de las policías provinciales, obtenido con formas extorsivas, agregó fuerza a ese fenómeno “meteorológico”, y desató un tsunami de incalculables consecuencias fiscales; cuando llegue a las costas financieras de este país exhausto por el latrocinio gubernamental arrasará, más temprano que tarde, con lo poco que aún sigue en pie, de la mano de los reclamos salariales de los gremios que ven cómo la voraz inflación deglute cualquier conquista; para confirmarlo basta con recordar que el Estado, en sus tres niveles, ha sido el único generador de empleo en los últimos años.
La solución, ya que Obama sigue negándose a prestar su maquinita de imprimir dólares, sólo podrá llegar de la mano de una mayor emisión de roca’s y evita’s. Si pensamos que este año cerrará con un aumento real del 30% en la inflación –algunos analistas hablan de 32%- el mero arrastre hará que, en 2014, llegue al 40%; uno de los mayores economistas nacionales ratificó esa afirmación, pero agregó algo más preocupante aún: “será del 40% sólo si hacen todo bien”, algo no esperable de este grupo de incapaces.
Hace mucho tiempo que pronostico que, cuando finalmente estos se vayan, por las buenas o por las malas, dejarán tierra arrasada; inclusive, mencioné alguna vez a Nerón y su incendio de Roma. El Estado continúa desertando de sus obligaciones, y ello ha obligado a los ciudadanos a reasumir algunas potestades que le había delegado, como se vio cuando se vieron forzados a armarse en defensa propia; el panorama que se presenta hoy no permite encontrar demasiados resquicios para la esperanza.
No quedan organismos de control que puedan terminar con la fiesta del masivo saqueo kirchnerista, la Justicia federal brilla por su ausencia y los opositores (no hay oposición) se mueven en su universo personal, sin atinar siquiera  a reaccionar frente a un Gobierno que conserva una enorme capacidad de daño y los borra de la agenda cotidiana. 
Los logros de la década pueden medirse en la pérdida de nuestra preponderancia en carnes y trigo, en la crisis energética, en la desbocada inflación, en la desaparición de las reservas del Banco Central y de los fondos de la Anses, en el aislamiento regional e internacional, en la brutal presión tributaria, en el crecimiento negado de la pobreza y de la indigencia, en el deterioro educativo, en el desorden generalizado, en la destrucción del tejido social, en la indefensión de nuestras fronteras y el crecimiento exponencial del narcotráfico, en el millón de jóvenes “ni-ni”, en la pauperización de las economías regionales, en la indiscriminada inmigración y su consecuente crecimiento de las villas de emergencia.
Despedir a Patotín tampoco ha significado un cambio en el Gobierno ya que, después de los cambios cosméticos introducidos por la señora de Kirchner en su gabinete, la burla mayor llegó el viernes, de la mano del INDEC que ahora conduce el Bambino Kiciloff, para el cual una familia tipo cuyos ingresos superan los $ 750 mensuales, no es indigente y, si recibe más de $ 1.750, tampoco es pobre. Como esa estructura familiar tiene cuatro miembros, la información oficial establece que con menos de US$ 0,62 diarios se sale aquí de la miseria, y con US$ 1,50 por día se pasa a integrar la clase media. ¡Ni en los tigres asiáticos se registran tan bajos niveles de ingresos familiares!
Que todo esto se haya producido, como bien dijo la Presidente en su discurso, en el período de mayor crecimiento económico del país en los últimos cien años, no hace más que agravar la condena que debemos imponer a quienes tanto han delinquido y tanto han atentado contra la República y la Constitución. Como son conscientes de ese futuro de cárcel e iniquidad que los espera, me permito pronosticar que sólo hemos visto, hasta hoy, una pequeña punta del iceberg contra el cual harán chocar a la Argentina. 




ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.







 

 

 



 

 

 


Prensa Uruguaya e Independiente
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 ENERO 2014

PARANOIA

Adam Cassidy (Liam Hemsworth) es un muchacho de 26 años que odia su empleo en su compañía tecnológica Wyatt Corporation. Cuando manipula el sistema para ayudar a un amigo, es acusado de un delito federal. Su empresa, a través de su jefe Nicholas Wyatt (Gary Oldman), le ofrece un trato para escapar de prisión: convertirse en espía industrial e infiltrarse en la compañía rival, propiedad de Jock Goddard (Harrison Ford), antiguo mentor de Wyatt. Adam acepta, y logra ascender rápidamente, descubriendo cualidades que jamás imaginó poseer. Ahora su vida es perfecta; adora su trabajo, tiene un Porsche y sale con la chica de sus sueños. Y todo lo que tiene que hacer es traicionar a los que lo rodean.
Título Original: Paranoia
Director: Robert Luketic
Actores: Harrison Ford, Gary Oldman, Liam Hemsworth
Duración: 106 minutos
Calificación: Apta

MITTY

La increíble vida de Walter Mitty, cuenta la historia de una persona que fantasea con sus propios sueños y que por los avatares del destino de repente se verá embarcado en una aventura mucho más grande de lo que jamás hubiera imaginado.
Protagonizada y dirigida por Ben Stiller, en un registro totalmente diferente al de la comedia que nos tiene acostumbrados, La Increíble Vida de Walter Mitty cuenta con las actuaciones de Sean Penn, Kristen Wiig y Shirley McClaine.
Título Original: The secret life of Walter Mitty
Director: Ben Stiller
Actores: Ben Stiller, Kristen Wiig, Sean Penn, Shirley McClaine
Duración: 114 minutos


CAMINANDO CON DINOSAURIOS

Por primera vez en la historia del cine, las audiencias verán y sentirán de verdad cómo era cuando los dinosaurios dominaron la Tierra. CAMINANDO CON DINOSAURIOS - LA PELÍCULA EN 3D  es la aventura cinematográfica más grandiosa y absorbente, para toda la familia. Conocerás a los dinosaurios más reales que jamás hayas visto, mientras emprendes un emocionante viaje prehistórico, donde Patchi, un dinosaurio que las lleva de perder, triunfa contra toda probabilidad hasta convertirse en un héroe de todos los tiempos.
Título Original: Walking with dinosaurs 3D
Director: Barry Cook y Neil Nightingale
Actores: John Leguizamo, Justin Long, Karl Urban
Duración: 87 minutos

EL MAYORDOMO

Cecil Gaines (Forest Whitaker) es un joven que trata de escapar de la segregación racial del Sur de EE. UU. en busca de una vida mejor. A lo largo de su arduo viaje a la madurez, Cecil adquiere habilidades inestimables que le permiten acceder a una oportunidad única en la vida: un trabajo como mayordomo en la Casa Blanca. Allí, Cecil se convierte en testigo directo de la historia y del funcionamiento interno del Despacho Oval, mientras se gesta el movimiento por los derechos civiles, los asesinatos de John F. Kennedy y Martin Luther King, los movimientos de los Freedom Riders y las Panteras Negras, la guerra de Vietnam y el escándalo de Watergate. Pero, al mismo tiempo, la dedicación de Cecil a su trabajo comienza a distanciarlo de su esposa Gloria (Oprah Winfrey) y crea conflictos con su hijo Louis (David Oyelowo). Con un reparto secundario estelarque incluye a Yaya Alafia, Mariah Carey, John Cusack, Jane Fonda, Cuba Gooding, Jr., Terrence Howard, Elijah Kelley, Minka Kelly, Lenny Kravitz, James Marsden, Alex Pettyfer, Vanessa Redgrave, Alan Rickman, Liev Schreiber y Robin Williams, “EL MAYORDOMO” es una historia sobre la resistencia de un hombre, la maduración de un país y la fuerza de la familia.
Título Original: The Butler
Director: Lee Daniels
Actores: Forest Whitaker, Oprah Winfrey, David Oyelowo
Duración: 132 minutos

BLUE JASMINE

“Blue Jasmine”, lo último de Woody Allen, trata sobre la crisis de una ama de casa neoyorquina.
Después de que todo en su vida se cae a pedazos, incluyendo su matrimonio con el adinerado empresario
Hal (Alec Baldwin). La distinguida dama de la alta sociedad neoyorquina Jasmine (Cate Blanchett) se muda al modesto
apartamento de su hermana Ginger en San Francisco, para intentar recuperarse de su profunda crisis junto a ella.
DIRECTOR
Woody Allen
GUIÓN
Woody Allen
REPARTO
Cate Blanchett, Alec Baldwin, Peter Sarsgaard

SÉPTIMO

Un padre. Dos hijos. Un juego. A ver quién baja primero a la calle desde el séptimo piso en el que viven: el padre en el ascensor, o los niños por las escaleras. El padre llega a la planta baja, como siempre, pero los niños esta vez no bajan. No hay rastro de ellos. A partir de ahí, comienza la búsqueda frenética de un padre (Ricardo Darín) y una madre (Belén Rueda) por encontrar a sus hijos. ¿Dónde están? ¿Qué les ocurrió? ¿Por qué a ellos?
Director: Patxi Amezcua
Elenco: Ricardo Darín, Belén Rueda, Luis Zembrowski, Jorge D’Elía
Duración: 88 min.
Calificación: Apta para todo público

 
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