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INFORME ESPECIAL - ESTADO DE CORRUPCIÓN
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ANTEL, ¿OTRA ANCAP?
¡Intervéngala Presidente!
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- Proveedores que eligen gerentes y aún pretenden seleccionar directores; subsidiarias caras e incontrolables, con actitudes frecuentemente poco confesables, vendiéndole servicios caros al resto del Estado y a la propia Antel, usando empleados de Antel. Gerentes, subgerentes, gerentes de área, de sector, de unidad, referentes, expertos y "especialistas", a veces sin personal a cargo y prácticamente pechándose en los corredores de la empresa; asesores, secretarias generales que se van con rabia y destapando tarros, secretarias adjuntas que hacen firmar el famoso documento de los 857 al ex presidente, sin consultar; un verdadero burdel, con perdón de las esforzadas meretrices...
(Por Javier Bonilla). Ya desde que asumió, el Ing. Iglesias ("Guillermo El Breve") se preveían serios problemas. Se sabía de su cercanía extrema al binomio Cosse-Tolosa y su permeabilidad a la barra del MPP. Pero, ¿los blancos no tienen gente? Sin embargo, el citado Iglesias fue el plan B, ya que el ministro Paganini pensó inicialmente en otro ex Gerente General (en funciones al final de la gestión del inefable Gabriel Gurméndez, y hasta buena parte del reinado de la Hormiguita Viajera, María Simón, junto a los triunviros Carvalho y Perera, -el matemático loco que fingía ataques y golpes tras extenuantes jornadas en el gimnasio que, cual haría luego el poco original Enrique Pintado, se hizo montar en su despacho- en ocasión de los primeros escándalos, designaciones de agentes de inteligencia en cargos clave mediante.
El primer agraciado del nuevo gobierno iba a ser entonces este personaje, el Ing. Jorge Henón (quien tiempo atrás supo tener actividades comunes con el ministro), hoy un próspero empresario del sector y proveedor de Antel, quién, como le va mejor en la actividad privada, sugiere a Iglesias, a quien todos suponían muy permeable a la barra de Cosse, MPP, etc, y probablemente a quien los iniciados denominan "el 4o. director de Antel", ni más ni menos que un bien hablado (y mejor pago) gremialista: el "Chifle" Molina! El mismo que tiene a buena parte de su familia acomodada dentro del ente y sus filiales... El mismo Molina que no tuvo empacho en confesar en TV, no sólo que le pagamos el jardín de infante y otras cosas más a muchos funcionarios de Antel, sino que el ente ha entregado a rentas generales un promedio de 110 millones de dólares anuales. Eso significa que le roban año a año al usuario el equivalente a esa cifra, además de otros enjuagues y jodas varias, como tener centenas de funcionarios gerenciales, algunos sin empleados a cargo,y quizá, ni oficina. De compras directas ampliadas sucesivas, de licitaciones sigilosas e auspicios más que dudosos, de Kibones y Anteles Arenas, ni hablamos...
De familias "reales", tan comunes de cerca de los 90 en adelante, y consagradas con el Frente Amplio, tampoco? Y las hay!! Si por un lado hay apellidos muy comunes en ciertas áreas técnicas (los Figueiredo, por ejemplo), hay familias donde trabajan el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo y el que lo invoca....! Los "condes" de Uranga, por ejemplo... La madre, Ing. Gladys Uranga fue gerente de división, gerente general e integrante del Directorio (poco después del bizarro episodio de la renuncia de Perera, tras inventar falsos encapuchados que lo ataban y le pegaban en el Parque Roosevelt, con suerte para no sufrir consecuencias penales). Uranga, casada con el Cdor. Pignataro, también funcionario de Antel, acomoda, por designación directa a uno de sus hijos, ingeniero, en un cargo gerencial, nombramiento que, tras llegar a la prensa y evidenciarse la poca aptitud del mismo, queda sin efecto por orden del propio Tabaré Vázquez, quien, saturado en 2009 de tantos escandaletes (como aquel funcionario de Inteligencia que ingresó invocando a su hermano can) determinó una investigación jamás realizada. En 2011, el Ing. Pignataro Uranga reingresó en Antel. Su hermana, Natalia, también ingeniera, hoy está al frente de la División Técnica de Desarrollo, mientras Juan Pablo funge en el Antel Arena. ¡Qué nos vamos a extrañar por los acomodos de Molina, otro que se puso el coliseo faraónico al hombro!
Y se queda corto Alfie cuando lo tasa a 35 millones de dólares. A eso habrá que sumarle el mantenimiento anual y la compra de equipamiento audiovisual, aún faltante. ¿Adónde fue el resto, faraona? Siguen payando con la "marca país" o el "proyecto país" como los fantasmas de Alas-U (otro mujiquesco clavo) y otros. ¿Están lindas las plantitas, Tabaré? ¿Hay que proteger a todos los que acomodaste ahí, Carolina? ¿Desde el hijo de Sonia Breccia (el mismo Fabregat que fue un pésimo encargado de prensa en el Ministerio de Defensa, donde usualmente sus voceros nada saben del tema) hasta los 14 integrantes de tu lista? De lo de Kibón, ni nos acordamos, ¿verdad? Un emprendimiento privado que depende exclusivamente para subsistir de gruesos apoyos de Antel o cierra.
De los auspicios (desde los Olimareños, con aquellos insólitos cientos de miles de dólares despilfarrados hasta el Antel Rock, pasando por Paul Mc. Cartney, con gruesos canjes por entradas para amigos y conocidos, habría tela para cortar. De aquel logo, confeccionado con simples letras de molde que costó más de 100.000 dólares, o de las notas a la emperatriz Cosse compradas en el exterior, nadie parece acordarse! De las renovaciones de flotas, que hasta a connotados sindicalistas podrían haber beneficiado, directa o indirectamente, ni pensar.
¡Las filiales! Desde los call centers de Accesa, HG, ITC hasta las dudosas filiales en el exterior (Brasil, Argentina y USA), cuyos balances y salarios no conocemos. El reiterado esquema de trabajo "por proyectos", que nunca se terminan y raramente se controlan, como los viáticos... De los 7.100 funcionarios que tiene Antel en toda su expresión, casi 1000 trabajan en las vidriosas subsidiarias (que también las tienen Ute y Ancap, con nada menos que 22 monstruos!).
¿Qué sueldos se pagan? ¿Qué cuentas presentan?
¿Y los gerentes de la matriz? Tres gerentes generales a 210.000 pesos + compensaciones, viáticos, etc.
Ocho subgerentes con 180 palitos mensuales, más mimos varios, cuyo papel ni siquiera está claro en la Carta Orgánica...
Gerentes de área, son 83 a 130 palitos e ainda mais por cabeza, 130 gerentes e sector, que perciben entre 80 y 99 mil pesos básicos y 386 Jefes de Unidad que perciben entre 59 y 85.000 pesos básicos.
Además, uhlala!!!! Hay 134 funcionarios con grados similares a gerente de área, sector y unidad, recibiendo iguales emolumentos, denominados "referentes", "expertos" y "especialistas". ¡Imaginemos las filiales! Las del exterior, directamente, exilios dorados.
Además existen los asesores y el personal adscripto a la Secretaría General, cuya titular anterior, por no haber sido mantenida en el cargo habría sido quien divulgó la lista de los 857 contratos renovados, a su vez impulsados por su número dos, alguien, como tantos ejecutivos actuales, muy relacionada con el entorno de Cosse y Tolosa.
Señor Presidente... sinceramente... ¿se puede domar este potro caro, agresivo, indisciplinado y hace tiempo desbocado? ¿Se puede pensar en nombrar un simple directorio, creyendo que esto se encausa así nomás? Esto es para intervención y múltiples auditorías, previa a la desregulación y el deseable ingreso de socios privados, si es posible... Pero, Dr. Lacalle... ¿qué podemos pensar de una Ancap monopólica que antes del virus chino ya había perdido otros 42 millones de dólares? ¿O de una UTE con el lastre de la Regasificadora, su inoperancia y sus juicios corruptos? De la Ose que deja el impresentable Sendic Boy, Ing Machado, tampoco espero optimismo en los balances. Mire, los uruguayos sabremos apoyar, agradecer y entender si ud se olvida de compromisos preelectorales -no puede ser que poner comités, clubes y baluartes equivalga en nuestro país a comprar acciones en la bolsa...- e interviene a todos los entes. Dificilmente quede otra salida. Es menos dolorosa que mantener el status quo. Y si me animo a ser atrevido, le sugeriría que, aprovechando la luna de miel del electorado con usted, cambie al Ministro de Industria, Energía y Minería, ante la próxima duda o error, como el de Antel, cuyo presidente saliente apoyó. Podría, quizá, no estar a la altura...

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| ¡Vamos Presidente! |
Las redes sociales han terminado de desnudar el sistema político uruguayo. Ponen diariamente sobre el tapete informativo los diferentes actos de corrupción política que se vienen sucediendo con manifiesta impunidad a través de los tiempos, y descubren minuto a minuto que el andamiaje político todo, frenteamplistas, blancos y colorados, vienen traicionando desde larga data el voto ciudadano.
Alta traición, que se le debe atribuir con fuertes razones al Frente Amplio, partido que llegó a la Presidencia de la República en ancas de una promesa ladina y malevolente de subsanar los desastres generacionales en que habían incurrido en reiteración y corrupción, por décadas, los partidos tradicionales.
Ha sido, todo, más de lo mismo. A la pandemia del coronavirus debe agregarse el estado de pobreza generalizada que traducen las canastas y proliferación de ollas populares en todo el territorio. El pueblo con hambre, en un país que, sin pudor, exhibe un sistema político desaprensivo e irresponsable, que le ha puesto candado a sus bolsillos llenos.
El sistema político uruguayo comparte responsabilidad en el repudiable monto que exhiben los impuestos descomunales que se tragan en un santiamén los exiguos sueldos y pasividades ciudadanas, con el arrastre y afane permanente en el tiempo de las tarifas de las empresas públicas. Desvirtuadas en su finalidad, éstas no solo sirven para el pago de los consumos de los combustibles, agua, teléfonos y electricidad, sino que han trasmutado, degenerado, hasta constituirse en gravámenes adicionales que no tienen por qué pagar los ciudadanos, y que se destinan a Rentas Generales.
En tanto, los señores diputados y senadores cobran sueldos de varios centenares de miles de pesos por mes, alrededor de 12 mil pesos diarios los primeros, y 15 mil pesos diarios los segundos.
Como “contrapartida”, más de un millón de limosneros viven en condiciones deplorables, y asisten, vencidos e impotentes, al derroche persistente y continuado de los dineros públicos. Alta traición frenteamplista, decíamos, que se extiende a todo el espectro político, aunque quepa reconocer que los actos de corrupción existieron desde el despertar político del país. Es mafia de toda la vida, enaltecida y exaltada, que compró su impunidad a la prensa grande, diarios y televisión. No vacilaron en vender el rico patrimonio para su pervivencia: autocensura sostenida y ominoso silencio.
Empalmaron la baraja, se repartieron el botín, y siguen repartiéndose el botín. Millones de dólares compraron ese silencio, y siguen comprando ese silencio. Las noticias incómodas al poder, ineludibles, salían disfrazadas, y siguen saliendo disfrazadas.
Durante ininterrumpidas décadas, que abarcan bastante más que una centuria, el Estado mantuvo a discreción los antojos de la clase política gobernante. El despilfarro de los dineros públicos destruyó el país, y comprometió pagos a los que deberán hacer frente las generaciones venideras. Han reventado el Uruguay con este cáncer continental del populismo que ha invadido el continente en las últimas décadas.
Las redes sociales desnudaron procederes, y hoy la población está enterada perfectamente de la mala administración y derroche de los dineros del pueblo.
En el presente, complace señalar que un viento fresco y renovador acaba de darse con la irrupción en la escena política del doctor Lacalle Pou.
Firme, sereno, diestro, entró en la presidencia de la república por la puerta grande, en tanto se le colaba por detrás la peor pandemia mundial que viene sumando, implacable e incontenible, centenares de miles de muertos en los cinco continentes.
Ni blancos ni colorados estuvieron históricamente a la altura de las circunstancias. Por irresponsables, insuficientes y caóticos como políticos, entregaron el país en bandeja, dándole letra a la irrupción dictatorial, primero, y a los gobernantes populistas enemigos de la democracia representativa, durante y después.
La llegada de Lacalle Pou es un arribo de esperanza. Lo mejor que le pudo pasar a la república.
Ha enfrentado con arrojo y aplomo la invasión de la pandemia; ha demostrado autoridad en estos tiempos de tsunami universal, y ha sabido incorporar a su gestión a los más destacados científicos compatriotas que asesoran en la guerra contra el coronavirus.
Priorizó la salud de la ciudadanía, y comparte el pan con los desposeídos. Apeló a la responsabilidad del pueblo para alinearse en frente de batalla, y ejerce con sorprendente y agradable autoridad la presidencia de la república.
Lacalle Pou está escribiendo páginas de historia. Personalmente en el ocaso, advierto que cambió el discurso. Cambiaron los vientos.
Esta renovada página, estimado presidente, no está ni remotamente a punto de terminar. De ahí que me permita recomendarle al desprestigiado parlamento nacional que mude el discurso; que senadores y diputados se incorporen sin más trámite ni cálculos electorales a la reconstrucción del Uruguay, y que se acabe de una buena vez por todas el recurrente despilfarro.
¡Vamos Presidente!
Ricardo Garzón |
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