Edición Nro. 2143 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 6 de diciembre de 2019
 
 
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Javier Bonilla
Bayardi:  penúltimos toqueteos a las Fuerzas Armadas
Que también querría un "milicos nunca más", que a los generales "los designamos nosotros", que muy probablemente pasa información trucha a los medios, que" Manini esto, que Manini lo otro", "que echar a Bolsonaro", "que Chile duele" declara el impresentable ministro de Defensa que padecemos, y hasta terminar seguirá -a veces iracundo, otras tragicómico- destratando a las FFAA uruguayas y hasta de la región.
Poco bien le hacen a ciertas instituciones, las discusiones obscenas y públicas sobre sus relevos jerárquicos. Pésimo cuando se trata de las jerarquías judiciales o Ministerio Público, peor cuando atañe a uniformados.
Era malo cuando se trataba que predominasen colorados; no fue bueno, aunque lógico, cuando Herrera decía que había que emblanquecer el vino, y sonó horrendo este último incidente de los 5 generales, tanto por Bayardi, como por el tira y afloje.
Irónicamente, quienes liquidaron los cargos de general, brigadier o contralmirante por méritos, concursos o curriculum, temiendo a Seregnis y Licandros, fueron los propios militares en la Ley Orgánica de 1974, cosa que luego los políticos aplaudieron porque por foja se había colado Gregorio Álvarez al generalato.
Sin embargo, es una vergüenza que un oficial que se mató estudiando y saliendo a cursos y misiones, dependa del dedo imperial de turno para ascender, cosa que es entendible en cargos políticos como son los Comandos y Estados Mayores de cada Fuerza, algunas representaciones diplomáticas, Casa Militar de Presidencia y bien poco más. La meritocracia debe impregnar a nuestras Fuerzas de Defensa y Seguridad, porque, como está el barrio, hay que ser cada día más profesional e impoluto, en la medida de lo posible.
Nos preocupa, y esto es un insumo para el gobierno entrante, que las nuevas autoridades deban gestionar unas Fuerzas Armadas, además de pobrísimas de equipamiento y ninguneadas, vapuleadas un día sí y al otro también por temas relativos a la vieja dictadura, que la mayoría de los efectivos activos actuales, ni vivieron. Siempre postergadas.
Además, el próximo Ejecutivo tendrá que administrar a los soldados que quisieron ser convertidos en organizaciones fidelizadas por gente como la actual vicepresidente, o absolutamente desconsideradas por buena parte de los ministros de Defensa, especialmente el actual, además de llenar la Cartera de civiles mayoritariamente inútiles y muy bien pagos, también en Interior, quizá allí con dudosos asesores "tropìcales"...
Lustros de ineptitud y  manoseo!
Carlos Asecas
La mentira y la soberanía los puso en su lugar
Después de quince años de gobiernos progresistas los uruguayos dijeron basta, queremos un cambio. Basta de promesas incumplidas, basta de corrupción, basta de despilfarro, basta de actuar con soberbia. A pesar de haber atravesado un período de bonanza económica nunca visto, esto no se ve reflejado en los resultados. Más de 300.000 personas sin trabajo, inflación cerca del 9%, déficit fiscal del 4,7%, record en concordatos y cierres de empresas, record en rapiñas y asesinatos. Evidentemente quienes los apoyaron por primera vez en el 2004 y les siguieron dando crédito en los dos siguientes períodos, se cansaron y votaron por el cambio. Sin duda que el gobierno enceguecido por la soberbia y por su mayoría parlamentaria pensó que nada cambiaría y seguirían gobernando por cuarta vez. Previo a la elección del 27 de octubre rompieron toda aproximación con la oposición y sus votantes. Cuando el resultado no reflejaba lo que ellos esperaban dieron un giro de 180 grados y trataron de conquistar a los electores de la oposición cambiando totalmente el discurso. Estos ya no eran liberales ni oligarcas y su único fin era conquistar su voto. La gente no es tonta y se dieron cuenta que les querían hacer pasar gato por liebre. Evidentemente fue un resultado muy reñido y a pesar de eso afortunadamente no sucedió ningún hecho que empañara ese día. A pesar de eso no debemos confiarnos y habrá que mejorar los servicios de inteligencia tanto de la policía como del ejército. Recordemos que en dos oportunidades desconocidos intentaron ingresar a una Cuartel del Ejército especializado en explosivos. No olvidemos todos los hechos violentos que están sucediendo en distintos países latinoamericanos y que se ha comprobado por detenciones efectuadas que hay personas extranjeras participando y alentando los mismos. En Chile por pintadas efectuadas por los revoltosos en distintos muros donde decía: Muerte a la Yuta, quedó claro que hubo participación de argentinos pues el término Yuta es el lunfardo de policía y es típico de los porteños. Todos estos hechos son consecuencia de lo planificado en el Foro de San Pablo y el Grupo de Puebla donde se juntan toda la izquierda más rancia y con apoyo de grupos del narcotráfico que mueven mucho dinero y apoyan a estos a fin de lograr zonas liberadas.
De acuerdo a lo que dijo el presidente electo ahora lo más importante es unir a la sociedad. Es sabido que desde que gobierna el Frente Amplio algunos de sus integrantes se han dedicado a generar divisiones en la misma invocando que los problemas que afectan a la población de menores recursos es causa de quienes están en escalones superiores. Típico discurso que la izquierda ha aplicado en muchos países de forma de mantenerse en el poder. No debemos olvidar una frase que en su momento dijo Jorge Giordani, Ministro de Planificación del gobierno de Chávez: ¨la revolución se trata de mantener a los pobres, pobres, porque son los que votan por nosotros y mientras hacemos el discurso de su defensa, no los podemos pasar a la clase media porque pasan a ser nuestros enemigos¨. Conociendo el pedigree del progresismo no me genera mucha confianza las declaraciones de Javier Miranda cuando dice que el Frente hará una oposición responsable, seria y constructiva. Recordemos cuando Lucía Topolanski dijo que si ganaba la oposición habría conflictividad. Acaso sus declaraciones no fue encender la mecha por lo sucedido en Kibon? La versión oficial que fue una guerra entre bandas es mentira. No se peleaban entre ellos, vandalizaban edificios,vehículos y rapiñaban transeúntes.
Jorge Azar Gómez - Ex representante de Uruguay ante ONU 
Banda y vocero presidencial
Señor presidente Lacalle Pou, de acuerdo con lo que Ud. comentó a nivel periodístico, qué oportuno sería la figura del “vocero presidencial” que trasmita lo indispensable de sus acciones y decisiones.
También debe establecerse la diferencia entre el poder y su apariencia. Uno de los más socorridos elementos aparenciales del poder es la banda presidencial.
Con frecuencia, quien la viste cree tener el poder. Habría que revisar cuidadosamente la actuación de cada presidente uruguayo para ver quiénes la tuvieron realmente y en qué medida.
Lo cierto es que Ud. presidente Lacalle Pou, ha ganado el gobierno y el poder, y el 1 de marzo Ud. lucirá la banda presidencial por primera vez.
Muchos presidentes, quizá en medio de tanta euforia y emociones, no se percataron del poder que tiene ese instrumento que hasta ahora les fue decorativo, y solo la usaron cuando asumieron..
Señor presidente, me permito sugerir que use Ud. más seguido la banda presidencial. Que ella le trasmita al pueblo, junto con su gestión, el poder que Ud. logró.
Sabemos que Ud. no permitirá que le administren el poder que le corresponde como titular del Poder Ejecutivo; conociendo su capacidad, no dudamos que Ud. manejará los tiempos y las formas de gobernar; y que gobernará Ud. a las circunstancias, y no dejará que las circunstancias, ni los intereses partidarios, lo gobiernen a Ud.
Eso nos permitirá vivir, a los que lo votamos y a los que no lo votaron, en un Uruguay con decisiones firmes y no en este pantano actual en el cual nunca se sabe cuándo se hunde una decisión tomada por el presidente Vázquez, despreciada posteriormente por su entorno.
Señor presidente, como Ud. lo manifestó, designe un vocero presidencial, es que cuando habla el presidente habla el País, y use la banda presidencial que es símbolo de poder.
Sabemos que el poder, lo administrará usted, que es lo que corresponde.
El pueblo verá con satisfacción que Ud. vista su banda presidencial; el pueblo, después de 15 años de anarquía, necesita saber dónde esta el poder.

Michael S. Castleton 

Dos para el tango

Ya tenemos presidente. El cambio tan añorado, tan deseado por tantos orientales  viene en camino. Viene en camino de mano de un grupo de brillantes jóvenes, formados, honestos , capaces y liderados por quien no me cabe duda representará un punto de inflexión en la historia del país.
El Dr. Lacalle Pou es un hombre que ha sufrido un proceso de maduración y formación para quienes lo conocemos hace tiempo que  no deja de asombrar y realmente llenar a todos los buenos orientales de satisfacción sin distinción partidaria. Como todo en la vida no todo es color de rosa. 
Lacalle Pou y su gente agarran un país en desorden. En alguna columna anterior he dicho que agarran un país que es un relajo. Un relajo en todos los aspectos de la vida nacional desde la educación pasando por la seguridad, la salud y fundamentalmente en la economía. La realidad que no hay area del país donde el Frente Amplio, después de quince años, no haya dejado serios problemas a enfrentar y solucionar.
El problema es que esta gente, la mayoría neófita en cuestiones políticas pero destacados técnicos en sus áreas respectivas piensen que con su capacidad, voluntad y trabajo las cosas se solucionen. 
La política no es así. La política extrae lo peor del 90% de la gente y lo mejor de solamente el 10% de la gente. Esto obviamente tiene variaciones pero más o menos, después de alrededor de cuarenta y cinco años de militancia política puedo afirmar que es así.
No se puede entrar al ruedo político ilusionado como esas mujeres que se casan con un badulaque y piensan que lo pueden cambiar. En la política se debe ser hiper realista y manejarse dentro de lo posible dejando muchas veces alguna prenda por  el camino. El tema es no ser cándido. Las acciones de gobierno no pasan, por desgracia, por la buena voluntad o no de los eventuales opositores . Pasa por el criterioso uso del poder.
El éxito de un gobierno depende de su capacidad de negociar y forjar acuerdos y aceptar compromisos sin hipotecar la esencia del gobierno ni las ideas fundamentales de los hombres y mujerres que la integran. 
El Dr. Lacalle Pou y muchos de los que lo rodean, al igual que el que escribe estas líneas tuvieron la misma formación colegial y liceal, donde realmente se forjan las personalidaes y se cultivan las virtudes. Todos ellos tienen un sentido de decencia, de justicia y de ‘fair play’ británicos que por desgracia no se transmiten con gran facilidad a la vida cotidiana y menos a la política. Lo que es seguro es que esas virtudes están presentes en bien pocos integrantes del gobierno que se va. 
Entonces el nuevo, y repito, brillante elenco de gobierno deberá tener cuidado de no dejarse llevar por sus ideales de decencia y corrección, pero con el mismo cuidado,  no perderlos. 
Los que se van han demostrado demasiadas veces no ser confiables. De ‘como te digo una cosa te digo la otra’. Por lo tanto todo lo que digan debe tomarse con suma cautela . Ya están dando muestras de su duplicidad.
En un mundo ideal el nuevo equipo de gobierno debería tener un enorme crédito en todos los sectores políticos. Pero, esto es política y nunca es así. El nuevo gobierno deberá esperar lo mejor pero preparse para lo peor en sus relaciones con el Frente Amplio en la oposición. 
Como me enseñara uno de mis profesores de relaciones industriales nunca dar nada por sentado ni algo por nada.
La confianza, la decencia, la hombría de bien deben ser un camino de ida y vuelta. Son sin embargo bienes bien escasos en la actividad política. 
Este nuevo gobierno, que tanta esperanza nos trae, nunca deberá olvidarse que su mayor bien de cambio deberá ser el respeto que genere en todos los órdenes. 
En el gobierno las relaciones con la oposición son como bailar un tango donde los bailarines aceptan ciertas reglas básicas, donde hay acuerdo, para poder realizar el baile. Uno lidera y el otro sigue. Lo contrario es imposible. Lo que este nuevo gobierno nunca debe olvidarse es que para bailar un tango se necesitan dos y que ambos quieran hacerlo. No parece que el Frente Amplio tenga reales inclinciones para el baile.



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