Edición Nro. 1968 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 27 de mayo de 2016
 
 
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HOY ESCRIBEN f
Ricardo Puglia
Mirándose el ombligo

El fanatismo religioso que profesa el Frente Amplio (FA) contagia a sus más fervientes fieles quienes aceptan turbados la suba de los impuestos para financiar el escandaloso déficit fiscal que venimos heredando de Vázquez-Mujica-Vázquez, estimándose para 2016 en 4.1% del PIB.
El 29 de junio, o sea, un mes y algo después del tercer ajuste fiscal 2016, cuando la cosa esté fría, la orden de los frailes del Pit-Cnt realizará un paro general. Tarde piaste. El pescado está vendido.
Lo que el Uruguay requiere no es una suba de impuestos. La misma se establece a raíz del riesgo de perder el grado inversor, lo que significaría dificultades para colocar emisiones futuras de deuda pública y maquillar el déficit fiscal procurando hacer creer a las calificadoras de riesgo que: “Vamos Bien!
Uruguay enfrenta desde la baja de los precios internacionales de nuestros commodities de exportación una crisis económica producto de haber mantenido y no modificado la estructura de nuestras exportaciones, y de un endeudamiento asombroso en procura de financiar el déficit fiscal provocado por los papas, obispos y sacerdotes. Seguimos como hace más de un siglo. Exportamos carne, lana, cueros, granos, etc., sujetos a las oscilaciones de precios de los grandes mercados y cuando intentamos exportar derivados de la vaca (lácteos) elegimos mal a los compradores.
Nada cambió con el FA, excepto que los habitantes de este país cuentan con todos los derechos que hombres, mujeres, niños que se les pueda ocurrir y profusas organizaciones defensoras de los mismos financiadas por el Estado Socialista al que hemos sido sometidos.
Lo primero, ante esta herencia vazquista-mujiquista de siderales déficits fiscales y pésima gestión de las finanzas del Estado y la complicidad del actual ministro de economía, debió haber sido el descenso del gasto público en al menos us$ 1.500 millones de dólares a través del recorte en cada oficina estatal y la creación de un seguro de paro estatal por la baja generalizada de la actividad económica, sea, de servicios, industrial, comercial, de producción primaria, etc. Hay 40.000 nuevos empleados en el Estado que no los precisamos.
Lo segundo, la creación de un plan productivo intentando diversificar el combo estructural de nuestras exportaciones facilitando la creación de valor agregado a nuestra producción de insumos nacionales y el estudio de las importaciones actuales para determinar la conveniencia o no de continuar o de crear condiciones alternativas de producción nacional. Siempre encontraremos en el mundo un lugar en que cualquier producto sea más barato que en Uruguay, los 2.500 uniformes importados desde China por el Ministerio del Interior son un ejemplo a no seguir.
No es condición suficiente tener una ley de inversiones que otorga beneficios fiscales a quien cumpla con sus requisitos a expensas del no pago de impuestos que se recaudarán por otro lado.
Las concesiones de obras públicas en infraestructura vial, ferrocarriles, navegación marítima y fluvial, etc., no cuentan para los marxistas.
Hay que salir al mundo con agendas establecidas buscando inversores reales, de gran porte pero previo, se deberá reconocer y comenzar a trabajar en el Uruguay de 2016 que está viviendo una crisis Económica, una crisis de Educación, una crisis de Salud, una crisis de Seguridad y una crisis de Valores Éticos y Morales como nunca en su corta historia ha vivido.
Dificulto que los hombres y mujeres que nos gobiernan tengan la capacidad intelectual y biológica para enfrentar estas crisis solos y que por su arrogancia y autismo no pedirán la ayuda patriótica que los demás partidos les han ofrecido en una y mil oportunidades a cambio de nada.
De continuar por este camino, o sea, primer ajuste en enero con las tarifas públicas, segundo ajuste con la mini reforma tributaria incorporada en ley de presupuesto y el tercero ahora en la próxima rendición de cuentas nos está dejando muy claro que estos ajustes continuarán a través de sendos impuestos, nuevos o aumentos de los existentes en los próximos periodos mientras esta religión nos gobierne.

Michael S. Castleton- Bridger
La incomprensible uruguayez

Dijera el Cnel. Latorre: ‘los uruguayos son ingobernables’.
El discutido coronel, quien objetivamente hiciera un gobierno excelente con métodos absolutamente reprobables, quizás y solamente quizás hijas de su tiempo histórico, entendería lo del título.
La tentación para quien escribe sería entar en el repudio general a las medidas propuestas por el Cr. Astori para morigerar las consecuencias de la desastrosa gestíon del Frente Amplio en el gobierno.
Pero no, eso es llorar sobre leche derramada, y la verdad que hoy los uruguayos no tenemos escapatoria a estas medidas.
Lo que es incomprensible, lo que uno no llega a entender es como hay muchos, increíblemente muchos uruguayos que no reconocen los garrafales errores de estos gobiernos que hemos padecido y padecemos.
Peor aún los uruguayos que defienden modelos económicos absolutamente terroríficos, no solamente en materia exclusivamente económica sino social y humana.
Así es que en estos días se ha visto una simpática señora panelista de un popular programa de televisión defendiendo la barabaridad venezolana. El relajo que han armado los progresistas corruptos seguidores del megalómano Chávez Frías. No se puede creer. Escapa a toda lógica.
Del mismo modo sucede en Argentina, donde todavía hay gente coincidentemente del mismo pelo político que la panelista mencionada, que niegan lo innegable, o sea, que niegan las fechorías de la viuda Kirchner y sus asociados para delinquir.
En la vida hay que tener un poco de honestidad intelectual. No tenerla es receta en el corto, o a lo más, mediano plazo para el fracaso absoluto en cualquier orden de la vida.
Es incomprensible entonces que con los hechos a la vista haya un porcentaje alto de uruguayos, a no engañarse, que aún sostienen y creen en las teorías neo- marxistas que han llevado a buena parte de nuestro continente al desastre en que está.
Son los mismos que apoyaron la suspensión de Paraguay del Mercosur para deshonestamente permitir el ingreso de la Venezuela Chavista en esa organización donde nada tenía que hacer.
Son los mismos que hoy deberían estar vociferando por la suspensión de Brasil de la organización regional si la teoría del golpe de estado tuviera el más mínimo asidero. No lo tiene en Brasil ni lo tuvo en Paraguay.
Es un problema de honestidad intelectual y una forma muy ingenua o cínica de ver el mundo.
En efecto,  hoy la misma panelista a la que aludiera anteriormente,  vociferaba que por algún misterio divino los orientales debiéramos tener una especie de confianza ciega en nuestras autoridades sanitarias e ‘ipso facto’ ir a vacunarnos contra esta misteriosa gripe que curiosamente, como el dengue, aparece cuando el gobierno que padecemos entra en crisis por su propia asombrosa incapacidad e inoperancia. Justamente, por eso es que no debemos tenerle confianza a ojos cerrados a ningún gobierno, sea del pelo que sea.
No debemos perder la capacidad de discernir, de protestar, pero de reconocer cuando nos equivocamos. Lo contrario es convertirnos en mansas ovejas dispuestas a ir plácidamente en cualquier dirección o a cualquier matadero que el incapaz de turno nos indique.
Los uruguayos, los orientales, tenemos al parecer hiperdesarrollado la capacidad de protesta, muchas veces irracional, pero ni cultivamos la honestidad intelectual ni mantenemos claramente la habilidad para  discernir la capacidad de la ineficacia o la verdad de la mentira lisa y llana.
Para el nunca bien ponderado Cnel. Latorre los orientales serían ingobernables en su momento, hoy probablemente lo sigamos siendo, pero más que eso, somos incompresiblemente incomprensibles.
Cosas de nuestra uruguayez, posiblemente.
Pero, así estamos, así vamos.

Carlos Asecas
Las mentiras del equipo económico

Las recientes declaraciones del  Ministro Astori, con respecto al aumento de impuestos, no constituyen novedad. Es algo que hace tiempo se veía venir, a pesar de las engañosas promesas electorales que el presidente Vázquez hizo.
Danilo Astori, en su momento vicepresidente de la República, negó que la situación económica en ese momento fuese mala y que las perspectivas  mundiales, no fuesen buenas.
El Partido Nacional lo advirtió, y aseguró que todo lo que el Frente Amplio prometía, no se podría concretar, en virtud del incierto panorama económico mundial y a su vez la desastrosa situación económica, que quedaba tras el gobierno de Mujica.
Los votantes creyeron en Papa Noel y así estamos. Lo más lamentable, es que las consecuencias de una mala gestión de gobierno y una desastrosa administración en ANCAP, la tenemos que pagar quienes todos los días nos esforzamos. En este país quienes nos gobiernan, parecería que no comprenden que deberían rendir cuentas ante los ciudadanos, por los errores cometidos.
Tanto Mujica, como Sendic  fueron unos irresponsables totales, y como sobraba la plata, gastaron más de lo que tenían, sin pensar que en algún momento, se corta el chorro.
Esto demuestra que no estaban capacitados, para lo cual fueron elegidos. El primero de ellos que dedique su tiempo a plantar flores, y el otro que haga méritos para conseguir su licenciatura.
Actuaron igual que aquel que saca el 5 de oro y en un mes se gasta toda la guita; total, vino de arriba. El Pepe que se jacta de ser una persona austera, parecería que ese criterio lo aplica cuando es su plata, pero cuando la plata es del pueblo, no importa. Este aumento del IRPF se junta con los impuestos encubiertos en las tarifas públicas. En ANCAP seguimos pagando los combustibles como si el barril de petróleo estuviera en U$S120. Las autoridades de UTE, cuando se comenzó con la energía eólica, prometió bajar las tarifas. Por el contrario se subió más que la inflación, a pesar que el año pasado se ahorraron U$S500 millones, al no utilizar combustibles fósiles y haberse generado en casi un 95% con energías alternativas.  
Algunos economistas auguran que no será suficiente el aumento del IRPF y el IASS, para cubrir el déficit. Sería necesario una baja del costo país, algo que considero no lo harán, teniendo en cuenta que en los últimos años el Frente Amplio amplió en setenta mil personas la plantilla de empleados públicos.  Muchos de ellos son cargos de confianza, que en realidad son pagos  por favores recibidos en la campaña electoral.
Piensan que aumentando los impuestos van a aumentar la recaudación, cuando en realidad esto va a producir una gran retracción en el consumo, lo cual puede generar más desempleo, con el  consiguiente costo para el BPS. A su vez un menor consumo será  igual a una disminución en el IVA.
Muchos uruguayos en las últimas elecciones nacionales se comieron la pastilla que les ofreció el Frente Amplio. Ahora a quejarse al cuartito, y mientras tanto repitan a coro: “festejen uruguayos, festejen”.

Alberto Medina Méndez
El riesgo de quedarse a mitad de camino

El recorrido ha sido trazado y parece estar suficientemente definido. Más allá de las eventuales coincidencias o discrepancias que, tanto desde la política como desde la sociedad se plantean, el actual gobierno parece decidido a transitar el sendero que ya ha elegido.
Los que no comparten esa orientación general lo han manifestado expresamente. En muchos de esos casos se trata de personas que han ocupado puestos de conducción y que han demostrado con creces lo que pueden ser capaces de hacer cuando disponen de cierta supremacía al frente de la administración de la cosa pública.
La visión del populismo y sus programas socialistas ya han sido probadas con resultados catastróficos demasiado evidentes. Concentración del poder, intervención del Estado en la economía, discrecionalidades por doquier y un espíritu autocrático que no han logrado disimular, por solo citar algunas de sus más inocultables y despreciables características.
El debate del presente tiene que ver con la dinámica seleccionada en esta ocasión, la velocidad con la que se intentan implementar ciertos cambios, la oportunidad de las necesarias reformas y la gobernabilidad imprescindible para llevar adelante esta intrincada etapa.
Muchos factores e ingredientes se conjugan en la actualidad y es difícil saber como administrar las fuerzas para llegar a buen puerto. No existe receta infalible, ni fórmula segura para enfrentar esta compleja transición.
Algunos suscriben cada paso que se ha dado, avalando no solo el rumbo de esas determinaciones, sino también sus tiempos y modos. Otros, más escépticos, reclaman más celeridad, convicción y eficacia para cerrar pronto esta fase y dar vuelta la página sin estériles dilaciones.
Este parece ser el gran dilema del momento. Resolver algunos asuntos relevantes, desactivar ciertos peligros latentes, timonear esta mutación, no parece tarea sencilla, pero existe un riesgo implícito y es saludable ponerlo sobre la mesa, exteriorizarlo y hablar de él con absoluta crudeza y claridad.
Ignorar esta cuestión, hacer de cuenta que no existe chance alguna de que los escollos atenten finalmente contra el resultado esperado, no ayuda en nada. Es importante analizar todas las posibilidades y testear cuidadosamente la secuencia de los hechos, para disponer de un plan alternativo que no sea extemporáneo y permita reaccionar a tiempo.
Muchos dicen que los gobiernos siempre tienen esa variante a su alcance y que todo está debidamente previsto. Sin embargo, por momentos, diera la sensación de que se trata de apuestas únicas, de callejones sin salida y que se deambula por la cornisa, solo intentando minimizar costos políticos.
Resulta muy razonable que la agenda contemple aspectos políticos y prevea controlar el poder, mantener la sustentabilidad electoral y el acompañamiento cívico. Sería ilógico que no lo tuvieran en cuenta.
Pero no menos cierto es que cuidar ese costado importante pero no vital y poner en jaque el objetivo principal implica asumir mayores riesgos que podrían traer complicaciones que pueden ser absolutamente evitadas.
En concreto, la actual gestión está intentando alcanzar la meta, pero ha elegido una estrategia demasiado prudente, y esa actitud le puede costar caro no solo al oficialismo, sino fundamentalmente a la sociedad.
El diagnóstico de casi todo el arco político es que el futuro depende, en buena medida, de la marcha de la economía. Si ella no se endereza pronto, los tropiezos políticos no tardarán en aparecer. No es necesario que todo sea un éxito pero si es imprescindible que se inicie el camino de la recuperación, hecho que no solo debe ocurrir, sino que además debe ser percibido inconfundiblemente por la ciudadanía.
Buena parte de la esperanza del gobierno se ha depositado en la suficiente cantidad de confianza inyectada en los actores económicos locales y foráneos. La visita de muchos mandatarios extranjeros, los inconfundibles guiños hacia el mercado de capitales, la eliminación de ciertas arbitrariedades y dislates del pasado, son datos alentadores.
Pero el asunto es más profundo. Si una parte significativa del plan que permitirá el resurgimiento del país, depende del ingreso de inversiones desde afuera aun quedan muchos deberes por hacer y señales contundentes que enviar a quienes pueden mostrar genuino interés en considerar las inmensas posibilidades que esta Nación ofrece.
Sin una estructural reforma fiscal y laboral consistente, sin una racionalización del tamaño del gasto estatal y un proceso de modernización de todos sus estamentos, ningún proyecto podrá ser sostenido en el tiempo.
Las inversiones, de todo tipo, son bienvenidas en esta difícil instancia, pero no serán las mejores las que vendrán ahora, al menos no en el volumen deseado. Todavía esta tierra sigue siendo destino de pícaros y oportunistas. Los grandes, los que realmente cambian la inercia, esos capitales que no solo vienen a hacer la legítima diferencia de corto plazo, sino que también pretenden quedarse por un largo tiempo, tardarán en aterrizar aún.
La confianza no se construye con un chasquido de dedos. Es un largo proceso que emite gestos permanentemente y que al final del trayecto consigue consolidarse. Recién cuando la credibilidad se fortalece las bondades del sistema consiguen dar sus frutos. Suponer que eso ocurrirá mágicamente es caer en una ingenuidad imperdonable.
El gobierno tiene un enorme desafío por delante. Está a tiempo de hacer lo necesario sin postergaciones especulativas. Claro que hacer lo que corresponde tiene consecuencias negativas indeseadas. Pero no hacerlo también e implica cometer una equivocación de una magnitud superior.
Es deseable ser optimista. Las ganas son un requisito pero no alcanzan, ni resuelven nada. Al optimismo hay que darle contenido y motivos suficientes para creer que todo será diferente. Alguien dijo en cierta ocasión que "lo difícil no es hacer lo correcto, sino saber qué es lo correcto". El gobierno con esta actitud sinuosa, corre el riesgo de quedarse a mitad de camino.




ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.














 



   



Mayo de 2016

ALICIA A TRAVÉS DEL ESPEJO


3 AL HILO


ENEMIGO INVISIBLE


LA BRUJA


LATIN LOVER


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BUENOS VECINOS 2


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100 AÑOS DE PERDÓN


ANGRY BIRDS, LA PELÍCULA


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ENREDADAS... PERO FELICES


KÓBLIC


AL FINAL DEL TÚNEL


¡POR LA VIDA!


EL LIBRO DE LA SELVA


ME CASÉ CON UN BOLUDO


SI DIOS QUIERE


ZOOTOPIA


IL TROVATORE, DE VERDI,
OPÉRA NATIONAL DE PARIS


IOLANTA - EL CASCANUECES, DE TCHAIKOVSKY,
OPÉRA NATIONAL DE PARIS


RIGOLETTO, DE VERDI,
OPÉRA NATIONAL DE PARIS




  I CAPULETI E I MONTECCHI, BELLINI - LICEU



DER ROSENKAVALIER, DE STRAUSS - SALZBURG FESTIVAL




DAMNATION FAUST, BERLIOZ - OPÉRA NATIONAL DE PARIS



La temporada 2016 incluirá siete títulos de Opera y tres de Ballet.  También se agregan nuevos escenarios:  además de la Opéra National de Paris,  este año recibimos importantes producciones desde la Scala de Milan, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y el Festival de Salzburgo.  Y por último, anunciamos que, a pedido del público, ampliamos los horarios de manera que cada pieza será exhibida dos veces: un martes de cada mes a las 16hs y un jueves a las 19hs.
Para quienes aún no han tenido la experiencia de asistir a una Ópera o Ballet en cine, los invitamos a comprobar que dado que las salas están dotadas con tecnología de alta definición y con sonido íntegramente digital, el espectador podrá sentirse parte del evento, tal como si estuviera sentado en el mejor lugar de la platea y apreciar las excelentes puestas en escena y la distinguida calidad artística que ofrecen estos destacados teatros.  
 

Las entradas tienen un costo de $390 y podrán ser adquiridas de forma anticipada en la boletería de Life Cinemas Alfabeta (Barreiro 3231 esq. Berro) y por la web, www.lifecinemas.com.uy

·                 Martes 7 de Junio, 16hs:  El caballero de la Rosa (Strauss) –Salzburg Festival

·                 Jueves 16 de Junio, 19hs: El caballero de la Rosa (Strauss) –Salzburg Festival

·                 Martes 12 de Julio, 16hs: La condenación de Fausto (Berlioz) – Opéra National de Paris

·                 Jueves 21 de Julio, 19hs: La condenación de Fausto (Berlioz) – Opéra National de Paris 

·                 Martes 9 de Agosto, 16hs : Il Trovatore (Verdi) – Opéra National de Paris 

·                 Jueves 18 de Agosto, 19hs : Il Trovatore (Verdi) – Opéra National de Paris

·                 Martes 6 de Setiembre, 16hs : Iolanta / El Cascanueces (Tchaikovsky)– Opéra National de Paris

·                 Jueves 15 de Setiembre, 19hs: Iolanta / El Cascanueces (Tchaikovsky)– Opéra National de Paris

·                 Martes 18 de Octubre, 16hs: Rigoletto (Verdi) – Opéra National de Paris

·                 Jueves 27 de Octubre, 19hs: Rigoletto (Verdi) – Opéra National de Paris

·                 Martes 15 de Noviembre, 16hs: Los Capuleto y los Montesco (Bellini) -  Gran Teatre del Liceu, Barcelona

·                 Jueves 24 de Noviembre, 19hs: Los Capuleto y los Montesco (Bellini) -  Gran Teatre del Liceu, Barcelona  

 


 


 

 
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