- Los chanchos, mal que le pese a la voracidad frenteamplista, votaron por Cattivelli; en desbandada incomodaron el sosiego presidencial, y largaron al mercado un chorizo de demanda universal por su reconocida calidad: el extra de Cattivelli.
Con un atrevimiento soberano, salió de cuevas la ministra de Turismo para juzgar que en las recientes elecciones departamentales la ciudadanía terminó "dándole el voto al que siempre mintió y uso a la gente".
Atrevida, y con antecedentes al respecto, ha vuelto al tapete el desborde de la funcionaria gubernamental, que en abril de 2013 no dudó en calificar de hijaputez un comentario intrascendente de un calificado periodista turístico, a quien no le ofreció disculpas.
Repite el plato, y ataca con violencia el sistema republicano, enceguecida por la luz del voto que entronizó a Enrique Antía en la gobernación de Maldonado.
Pese a todo, la culpa no es del chancho, sino de quién, le rascó el lomo. Y éste, fue Mujica.
Desde hace años, este inventor de frases sueltas, arrojadas con irresponsabilidad en ambientes divertidos, refiriéndose al voto de los ciudadanos de Maldonado había apresurado declaraciones para anticipar a los cuatro vientos que la población de este departamento no votaría a los blancos, "porque está escrito que es como si los chanchos votasen a Cattivelli".
Este pensamiento, tonto al diagnóstico, irresistible a la parábola, ha sido reiteradamente expuesto por el ex mandatario, y repetido una y otra vez por la corte de adulones y alcahuetes políticos y sindicales que se amontonan bajo su paraguas.
La última vez, al cierre de la campaña electoral de 2015.
Volvió el ex presidente a utilizar la vieja imagen retórica ya dicha por él mismo durante la campaña electoral de 2009 acerca de la no conveniencia de votar a determinados perfilismos políticos: “dije años atrás (reiteró) que si los chanchos votaban, seguro no votaban a Cattivelli”.
Rienda suelta a Kechichian, que salió disparada, olvidando que no fue un dedazo presidencial el que sentó a Antía en el sillón del viejo jabalí, sino que este ciudadano fue entronizado por el voto.
Los chanchos, mal que le pese a la voracidad frenteamplista, votaron por Cattivelli; en desbandada incomodaron el sosiego presidencial, y largaron al mercado un chorizo de demanda universal por su reconocida calidad: el extra de Cattivelli.
Ministra Kechichian, en rigor y usted lo sabe, es un gran chorizo; un embutido de puta madre, un chacinado excepcional.
Ricardo Garzón
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