• ¿No correspondería liberar los tránsitos aéreos y navales entre Uruguay y las Falklands?
• Después de 1982, ya no hay razones para apoyar a ultranza y ciegamente a la Argentina, -mendicante sudamericana en reivindicaciones territoriales de ultramar que no le corresponden-, y que dieron paso a impertinentes reclamos de soberanía sobre las Falkland Island, demandas improcedentes que han arrastrado a sus vecinos de límites en particular, y a Latinoamérica en general.
•     Bastante diferente al tema Gibraltar, sobre el cual, en el concierto europeo, el  histórico y frecuentemente tozudo Reino Unido debería haber llegado a algún tipo de acuerdo con España

Aunque demasiado generoso El Diario en su título:  “Estrategia  Geopolítica oficialista hace perder 60 millones de dólares al país”, -no creemos que desde el Palacio Santos les dé el cerebro pro árabe, bolivariano y sumiso frente a la Casa Rosada para elaborar “estrategias”-,  en el entendido que a la  principal terminal portuaria del país dejan de ingresar a sus arcas entre 54 millones y 72 millones de dólares al año, como consecuencia de una decisión tomada por el gobierno de Uruguay de prohibir expresamente el ingreso con buques portadores de bandera de las Malvinas, en solidaridad con el reclamo de Argentina sobre la soberanía del archipiélago en el Atlántico Sur”.
Con fuertes razones, aún creemos que se queda corto el medio digital, si contabilizáramos servicios conexos de esparcimiento, gastronomía, compras ocasionales, eventuales chequeos médicos, traslados internos, hotelería y aeropuertos (recepción de eventuales chárteres incluidos) , cambios de tripulación, fletes, manejo de conteiner, combustible, agua potable, mantenimiento naval,  cambio de moneda, gastos administrativos, etc.
Lo más absurdo es que, mientras Mujica, Almagro y Fernández Huidobro echan barcos y aviones – a la RAF o los vuelos fletados  también- hacia o desde las Falklands, tanto los aeropuertos de Río de Janeiro, como el de Porto Alegre, al igual que el entorno del puerto de Río Grande, caro y de difícil acceso, los reciben de brazos abiertos.
Es más, entre su actividad normal, la exportación de productos agropecuarios, el ingreso de insumos agrícolas, las reparaciones de barcos, y la construcción de gigantescas plataformas petroleras, con la actividad malvinense, el terminal portuario del extremo sur de Brasil tal vez resulte insuficiente.
El generoso -siempre con dinero ajeno- Presidente de la República, agregó prosperidad a una ciudad brasileña que ya está en uno de sus períodos dorados, siendo uno de los tres principales polos industriales navales de Brasil.
Actualmente, y pese a sus 200.000 habitantes, el tránsito un viernes de tardecita parece ser el de una metrópolis, embotellamientos y todo.
Recibe 4 vuelos diarios desde Porto Alegre (más los que llegan a Pelotas, de Azul, Brava y próximamente Avianca), y constantes servicios de coche cama desde Porto Alegre, de la empresa Planalto, la misma que atiende el Chuy, última frontera. Es la ciudad riograndense donde más crece el PIB, que se expande en una misma conurbación a Cassino, y hasta la otrora humilde Sao José do Norte. Tan bien les va, que, además de construir dos shoppings,  ya  van a instrumentar unir a Capao do Leao, Pelotas y Río Grande/Cassino, con un tren de alta gama y tecnología acorde.
Con el golpe –casi de gracia- argentino sobre nuestro puerto, ¿no correspondería (aunque el bolivariano gobierno uruguayo ya no es nada confiable), liberar los tránsitos aéreos y navales entre Uruguay y las Falklands?
¿No correspondería recomponer las relaciones diplomáticas con el Reino Unido y la Comunidad Británica? ¿Para qué, a santo de qué seguir apostando a este perverso  y estéril Mercosur, alianza de las aristocracias barriales argentinas con las nordestinas y paulistas brasileñas, auxiliadas por centenas de intelectuales zurdos y antinorteamericanos? Si el crecimiento del sur de Brasil -también ignorado en el Tratado de Asunción- se dio a pesar del Mercosur, lastre que, con diferentes nombres, Alalc, Aladi, etc., agobia al pueblo uruguayo desde tres generaciones atrás.
¡Peor aún! Apostamos, no solo al mamarrachesco y abusivo Mercosur, sino a la ideologizada y estéril UNASUR, que más parece una versión caribeña y chapucera de lo pretende ser, en un futuro, ojalá que imposible, una suerte de UNA…URSS!!!
¿No es acaso infinitamente más atractivo (a excepción de Chile, Panamá y Costa Rica), el perfil de la mayoría de las islas caribeñas relacionadas -en distintos grados- a países europeos (excluyamos a Jamaica, que fuera del turismo es un desastre), e inclusive a Estados Unidos -Islas Vírgenes o Puerto Rico- que el de los degradados países bolivarianos y neo bolivarianos?
¿Y no son justamente aquellas naciones africanas que deciden  no solo tener buenas relaciones con Occidente, sino, en mayor o menor medida, aceptar sus valores, las que, comparativamente marchan mejor? ¿No es preferible, aunque falte recorrer un largo camino, la realidad de Cabo Verde, Namibia, o Ghana, que los Congos, las Ruandas, los Mozambiques, los Zimbawbes y las Guineas?
¿No es infinitamente mejor la situación en las Islas Canarias o Madeira que en Gambia o Mauritania?
¡¡No insistan con Malvinas!! 1982 fue la última oportunidad, en la que, si Belaúnde hubiera sido escuchado, tal vez se hubiera esbozado una solución a la andorrana (¡otro principado próspero!). Ahora, ¿qué sentido tiene hostigar y aterrorizar a los habitantes de Malvinas con los Kirchner, a los que no pueden ver ni pintados?
¿Qué me viene a hablar Almagro de desconocer plebiscitos -aunque de eso sí sabe…- en Malvinas por población implantada, si antes de esa gente no había nadie y ya pasaron unas 12 generaciones más que las que preceden a los uruguayos actuales???
Uruguay, si no se hubieran ido los ingleses (nuestro primer gran error; el segundo, no adherir a la Comunidad Ibérica de Naciones, sugerida por los liberales españoles en Cádiz, en 1812, ¿no estaría en mejor posición que casi adherido -a la fuerza y por caudillos ineptos- a este tenebroso universo bolivariano?
¡Claro que Mujica no sería presidente!
 Los blancos, no sé, a veces me hacen acordar a los acobardados terratenientes escoceses de “Corazón Valiente”…
Los Colorados, como dijo Wilson, serían el nombre del gobierno, y tal vez estuvieran asociados al Partido Liberal, una parte al Laborista. ¿El FA? No me lo imagino… Ni siquiera haciendo líos frente al Palacio del Gran Duque (una posible solución para el destino del Hotel Carrasco, ¿vio?). No serían más que un bando de outsiders…
El Ñato podría haber cumplido su sueño de ser un marino tatuado, sin riesgo de emborracharse hasta las patas en las orillas del Támesis!

El país todo observa entre atónito y asustado los hechos en el barrio Santa Catalina. Barrio con fama de bravo pero, como todos, con una mayoría de gente trabajadora, sacrificada , seria, como la gran mayoría de los orientales.
Parecería que estamos ante un clarísimo caso de brutalidad e ineficacia policial.
El tema es quién es el responsable. Claramente, a juicio de quien escribe la génesis de hechos como estos se encuentra en la degradación de los valores de nuestra sociedad, luego de casi diez años de permisividad y desgobierno frenteamplista.
La izquierda en el poder es el ataque y la erosión a las instituciones, valga la redundancia, institucionalizado.
La izquierda tiene como doctrina atacar, y en lo posible derruir las costumbres y normas de una sociedad que la han regido por siglos.
Así vemos los matrimonios entre personas del mismo sexo; vemos el asesinato de niños homologado por el estado, vemos la droga legalizada, vemos en los liceos y en las escuelas que mandan los alumnos y tantísimas cosas más demasiado numerosas para enumerar en este escrito.
Cuidado, las sociedades deben evolucionar. No es cuestión de mantenernos con valores victorianos o para ser extremo reinstitucionalizar la Inquisición por ejemplo.
Pero, el gran pero, es que la izquierda institucionaliza la más absoluta permisividad y falta de valores básicos en su sistema de gobernar, que no puede menos que traer lo que actualmente vivimos los orientales en nuestra otrora ejemplar sociedad.
Todo se basa en la falaz premisa de que todos los humanos somos iguales. Nada menos cierto a Dios gracias. Somos por definición todos distintos con distintos talentos y distintas virtudes.
Lo que sí deberíamos ser es todos iguales ante la ley. Ley que es nada más que el pacto no escrito de todos los miembros de una sociedad en cómo convivir sin sacarnos los ojos.
Si un gobierno, una parte de una sociedad no hace nada más que atacar frontal o subrepticiamente ese pacto, el resultado es el que vivimos.
No se puede pagar a la gente para no trabajar. No se puede pagar a gente para que simule trabajar. No se puede expoliar a la población con fines absolutamente improductivos por tiempo indeterminado.
Una sociedad, cualquier sociedad, debe tener reglas si ha de subsistir en el tiempo. Reglas pactadas, aceptadas y escritas para evitar errores.
Los humanos no precisamos tiranías, pero sí disciplina, respeto y orden. La izquierda no parece tener claro esto tan simple y su trabajo de zapa permanente sobre las instituciones de nuestra sociedad nunca pueden llevar a buen fin.
Generalmente, la historia reciente nos indica que en los gobiernos como el que padecemos se termina con algunos chanchos más iguales que otros como en el libro de Orwell, 'Rebelión en la Granja', y con esos chanchos más iguales que los demás manejando gigantescos aparatos de represión y muerte para imponer sus trasnochadas ideas.
Como en la Cuba de los hermanos Castro Ruz, en la Venezuela Chavista, o yendo más lejos en la historia en la fenecida Unión Soviética.
Ojalá los orientales nunca lleguemos a tan desgraciado extremo. Debemos confiar en la fundamental decencia y sentido común que por tanto tiempo ha caracterizado a nuestra gente.
De lo contrario y por desgracia recogeremos las tempestades que indefectiblemente traerán los vientos que la izquierda ha sembrado y siembra diariamente en nuestro bendito país.
¿Lo de Santa Catalina? Sólo un ejemplo, un episodio.

Es el pensamiento que surge cuando, en instancias de la proclamación de la precandidatura presidencial del frente amplio, su candidato masculino, don Vázquez, junto a la juvenil Constanza Moreira, (todo es relativo)  dialogó con los integrantes de la Mesa política que lo acababa de votar. Estos, extasiados por las palabras del buen pastor, escuchaban fascinados, en una atmosfera cuasi orgásmica que trasmitía el disertante. Éste les contaba que había estado en el oráculo de Castro, quien le había dicho que iban muy bien. Lo dijo más que parafraseándolo, casi imitando su voz, a fin de aumentar la adrenalina de los presentes. Ya en el éxtasis, repitió las sabias palabras de dicho eximio político latinoamericano, de que iban muy bien encaminados al socialismo.
Ante este hecho  me surgen varios pensamientos.
El primero, ¿es posible que estos señores sigan cual gurú, al dictador, asesino y violador de los derechos humanos de Fidel Castro, que aún al borde del final de su vida no ha pedido ni siquiera disculpas por una sola de todas las atrocidades que ha hecho en su vida? ¿Sus mentes están, acaso, tan atrofiadas que carecen de la capacidad de razonar frente al disparate que se les está diciendo? ¿Es que están convencidos que este señor creo el paraíso sobre la tierra? Más bien ha creado el paraíso del terror y la corrupción sobre la tierra.
Segundo. ¿Es  tan poco lo que tiene para ofrecerle a quienes lo quieren votar que necesita mimetizarse con dicho sujeto? ¿Es tal la pobreza intelectual que no les da a ninguno de los allí presentes para decir: no señor, no me tome el pelo?
Realmente me dio pena por el país que piense que un señor así pueda llegar nuevamente a ser Presidente.
Tercero. Vamos al socialismo. Bueno, por fin me dije: se empezó a sacar la careta! Durante muchos años ocultó sus verdaderas intenciones y más allá de ello llegó a negarlo, tal cual lo hizo alguna vez su mentor Fidel Castro. Lo que faltó en sus palabras, pues no lo explicó, fue hacia qué socialismo vamos. ¿Al de Felipe González, Ricardo Lagos, Craxi, al batllismo, al de Fidel Castro, o al del sicópata de Corea del Norte? Creo que vamos a todos ellos a la vez y a ninguno. Como hizo en sus días de gobernante, apuntaba hacia un lado e iba hacia otro. Como decía Perón: sacaba la mano para doblar a la izquierda y doblaba a la derecha.
Finalmente, ofreció sus palabras a la prensa, las que no fueron mejores. En síntesis, dijo que todo estaba bárbaro, que en muchísimas áreas estaba todo fenómeno, con lo cual es de presumir que en ellas nada cambiará, pues además vienen de otro gobierno progresista. Nuevamente la incapacidad de tener un razonamiento crítico acerca de lo que realmente pasa en el país. Una vez más nos toma el pelo, pensando que ninguno de los que vivimos aquí podemos razonar para darnos cuenta de la hipocresía que afloran de sus palabras. Hubiese sido bueno que se sincerara y hablara de lo mal que están la seguridad, la educación, la salud, la conectividad aérea, (todos desastres creados en su administración). Tampoco dijo qué actitud tomará frente al gobierno argentino. Si llamará a la Casa Blanca requiriendo ayuda, o bien: ¿acudirá presto a la Rosada a dar consejos médicos a su Presidente?
Pero negando todo como hace, no creo que le arrime muchas voluntades más. La pena es que el conglomerado tiene en su seno la paradoja de ser a la vez amplio y estrecho, muy estrecho, con dirigentes que apuestan a la estrechez de mente de sus adeptos a fin de perpetuarse en el poder, como Castro.

Desde que asumió el segundo gobierno del Frente Amplio, nuestro país ha venido sufriendo un deterioro en valores, que nunca nos hubiéramos imaginado. Aquello de lo cual durante años nos sentimos tan orgullosos, hoy ya es pasado. Esto cada vez va de mal en peor y obedece a la actitud de algunos integrantes de este gobierno. Personas que ocupan puestos de jerarquía en el mismo, actúan en forma pública en forma tan deplorable, que da vergüenza tenerlos en ese lugar. Tal es el caso del Ministro de Defensa, el Sr. Huidobro.
En ocasión de una entrevista que varios periodistas le hicieron, con respecto a la formación del Partido de la Concertación, respondió en forma  tan ordinaria, vulgar y chabacana, que da a pensar que tiene algún problema neurológico. No es el único en tener esa actitud, pues incluso el propio presidente Mujica, tiene un comportamiento similar. Creo que cuando alguien actúa de esta manera, obedece a que no tiene argumentos valederos para ir en contra de alguien o algo que le molesta, en consecuencia insulta y agrede.
En un país, así como en una familia, el ejemplo viene de arriba, por lo tanto resulta gracioso que estas mismas personas digan estar preocupadas por la falta de valores y la educación en los jóvenes, cuando ellos son el peor ejemplo. Es ridículo que le pidan a los alumnos que respeten a sus maestros, cuando ellos en forma pública dicen todo tipo de ordinarieces, como una cosa natural. Lo más sano sería transmitir estas entrevistas en el horario de protección al menor.
Lo que asombra es que a pesar de todo esto, las encuestas les dan un 44% de aprobación. Parecería que estas actitudes no afectan y el actuar y comportarse en forma tosca y grosera, es un nuevo valor en la sociedad uruguaya. Ya no se valora el ser educado, respetuoso, trabajador y emprendedor para tener una vida mejor.
Lo que sí llama la atención es que este tipo de ordinarieces las aplican contra cierta parte de la sociedad: empresarios, intelectuales, profesionales y todo aquel que no sea afin a sus ideas radicales. En ningún momento he sentido que apliquen estos términos contra los delincuentes, los que no laburan y todos aquellos que son enemigos de una sociedad respetuosa y educada. Nuestro país parece haberse convertido en una cloaca, donde los coliformes son las estrellas. Esto es representativo, pues muchos de los que hoy nos gobiernan, durante muchos años, los pluviales fueron su habitat natural. Por buen camino vamos, con personajes así gobernándonos.