|
El Mides fue creado el 21 de marzo de 2005 durante el primer gobierno del Frente Amplio. Fue designada al frente del mismo a la comunista Marina Arismendi. Esta creación fue votada por todos los partidos con el fin de solucionar los problemas de pobreza que había causado la crisis del 2002 y que el gobierno consideraba que en un año quedarían resueltos. Gran mentira. Ya desde el vamos se pudo comprobar que esto se iba a prestar para cualquier artimaña y más con una comunista al frente. El otro ejemplo desastroso de gestión fue el de Ana Olivera al frente de la IMM, que como premio en el último gobierno del Frente, la nombraron Sub Secretaria del MIDES. En 2006 Marina Arismendi acomodó a su yerno, miembro del PCU, como responsable del Area de Relaciones Internacionales del INJU; su madre fue contratada como Jefa del Area Jurídica; su padre como chofer y la esposa de su sobrino como Jefa del Area Financiera. No le encontraron puesto, a la mascota de la casa porque no votaba.
Este ministerio se caracterizó por tener el record de observaciones por parte del Tribunal de Cuentas, de parte del cual recibió 230 denuncias, las cuales fueron ignoradas totalmente. Entre las mismas tenemos la contratación de una asociación civil para gestionar un refugio para personas en situación de calle, cuando su objetivo era tener una radio comunitaria de izquierda; una ONG creada para hacer trabajos de limpieza que terminó contratada para hacer arreglos eléctricos; renovación de un convenio con técnicos cubanos a los cuales se les proporcionaba toallas y sábanas; pago de servicios de guardería a integrantes de una ONG. En el último período de gobierno del Frente Amplio también estuvo al frente Marina Arismendi y a pesar que dice defender a los pobres, la pandemia puso en evidencia que había 400.000 personas que no figuraban en ningún registro como en situación extrema. A tal punto esto llama la atención que hasta el propio Raul Sendic declaró que no entiende como en pocos días se tuvo que recurrir a ollas populares. Es la típica, sin pobres no hay izquierda. La historia lo demuestra.
La primera situación anómala que se descubrió fue la aparición de un contenedor con insumos médicos que el Rotary de Canadá le había donado al Cotolengo Don Orione y que éste le había pasado al Mides pues no podía abonar los gastos de despacho. Este estaba abandonado en un depósito a pesar que su contenido era muy importante pues ya teníamos en el horizonte la pandemia. Como perdieron la elección nacional lo abandonaron, caso contrario hubieran hecho conferencia de prensa. Es algo similar a lo que sucedió con el contenedor, también con insumos médicos, abandonado por el Ministerio de Defensa. Ahora que comenzaron las auditorías en el Mides se descubrió que se habían abonado a distintas ONG amigas la suma de $10.000.000 para abonar alquileres de locales para refugios y que este dinero nunca había sido abonado a los propietarios. Estos no reclamaban pues la garantía era la Agencia Nacional de Vivienda, la cual pagaba. Evidentemente alguien se quedaba con la plata. La otra que se descubrió fue que el programa Uruguay Trabaja no había abonado los aportes al BPS, lo que asciende a la suma de $4.000.000. Llama la atención que la ex ministra Marina Arismendi no pone la cara para aclarar esto, sino que lo hace la ex sub secretaria Ana Olivera, que argumenta que esto había sido anunciado en la transición. Esto es desmentido por el Director del Mides, Nicolas Martinelli.
Queda claro que este ministerio desde que fue creado no tuvo otra finalidad que funcionar como un Comité de Base para ayudar a ONG compañeras que hacían negocio con la necesidad de la gente y estas como contrapartida inducían a quienes visitaban que debían seguir votando al Frente Amplio, para seguir manteniendo los beneficios. El gobierno actual ha demostrado las mentiras que le inculcaban a los beneficiarios e incluso ha ampliado los beneficios a otros que antes no estaban contemplados. La izquierda es eso, mentir y obtener votos y si pedís explicación hacen como en Cuba y Venezuela, te eliminan por pensar demasiado. Espero que la justicia no actúe como en Argentina.

|