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Que en el culebrón aeronáutico uruguayo sobran los Riales, Venturas y Lanatas, dado que hoy López Mena denuncia a Cosmo por extorsión, vuelta de galera que le permite mágicamente trascender de posible indagado por estafa a acusador, en tanto el exabogado de la firma Daniel Rocca le inició una demanda por un par de millones de dólares en concepto de honorarios impagos, daños varios y perjuicios.
Que los honorarios que reclama Rocca son por múltiples, complejos y continuos asesoramientos legales brindados entre el 3 de octubre de 2012 (dos días después del remate de Pluna) y el 23 de mayo pasado, dado que ese día cesó la relación profesional entre el abogado y Buquebus.
Que el otrora abogado de Buquebus reclama honorarios por gestiones varias, entre ellas frecuentes reuniones con altos funcionarios del gobierno, Banco República y sistema político, confirmando en su escrito que estuvo directamente involucrado en las negociaciones del aval a Cosmo.
Que miles de taxistas en las principales ciudades del Viejo Continente se movilizaron ayer para protestar en contra de las aplicaciones de celulares que han facilitado el surgimiento de "taxis piratas" en estas urbes.
Que Alas Uruguay, créase o no, sigue en el trámite burocrático, y si bien se le autorizó la línea de crédito, hasta el día de hoy no ha accedido a un sólo dólar.
Que Antel, que nos maravilla con su imagen y publicidad un día sí y al otro también, enviará al espacio un satélite, precursor del Antel Arena, pero no dispone de bornes en la zona del World Trade Center, con demoras de instalación de teléfonos fijos que superan los treinta días de espera.
MUY BREVE
El CEO de Cosmo hizo saber que el negocio que le transmitió Calvo se resume rápidamente en lo siguiente: “Yo compro los aviones a US$ 137 millones, y luego, la realidad es que yo (López Mena) te los voy a comprar por 60 o 70 millones. Le damos 10 a Cosmo y ya está. El gobierno paga la parte que sea, se pone una medalla, porque negoció que los aviones se queden y el personal es necesario, porque BQB no tenía personal para poder volar”. “Pero eso no es lo que tenía López Mena en mente. Él sabía, a lo mejor por culpa mía, que esos aviones eran una ruina para Uruguay. Esos aviones eran nefastos para Uruguay. Te voy a explicar por qué: eran demasiado caros, con una reserva de mantenimiento altísima, negociados en condiciones malísimas”.
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