La vida política es a veces muy dinámica y el periodismo, ya sea informativo o de opinión, nos obliga a seguir su ritmo. Me he ocupado escasamente, en el pasado, del “affaire Pluna” en esta columna. Pero no puedo evitarlo hoy a raíz de las noticias que en los últimos días se han venido acumulando. La empresa aeronáutica de propiedad compartida entre el Estado y capitalistas privados, padeció algo más que un “aterrizaje forzoso”. Se trató de un verdadero y dramático siniestro acerca de cuyas responsabilidades, como cuando ocurre una tragedia aérea, empezamos a conocer detalles, con el hallazgo y desgrabación de la “Caja Negra”, ese dispositivo que registra la actividad de los instrumentos y las conversaciones en las cabinas de los aviones.
Los diálogos mantenidos en el “interior de la cabina” -así podríamos llamar al intercambio de mensajes electrónicos entre Hernán Calvo y el principal de Cosmo- se están empezando a decodificar desde que los publicó la prensa hace pocos días. Han puesto de manifiesto la indecente maniobra y desvergonzada mentira a que se nos estaba sometiendo.
Es de esperar que pronto se rastree lo trama entre el piloto y la “torre de control”, en la cual a todas luces operaban el propietario de Buquebús y los más altos jerarcas de nuestro gobierno. Tan altos como que el propio Presidente no podrá negar haber estado pidiéndole a López Mena que le resolviera el problema que él mismo había creada con el intempestivo cierre de Pluna, mientras que el empresario corría solícitamente tras un excelente negocio para sí y desastroso para los uruguayos.
En esa manipulación que entrevera un remate amañado, un oferente con nombre cambiado, un escribano que extiende una certificación falsa, un aval deficientemente contragarantizado entregado a quien ni siquiera acredita representar al beneficiario, pero gestionado y parece que hasta dictado por un tercero (López Mena) y concedido a partir de una fuerte presión del Poder Ejecutivo sobre el Presidente del BROU… se mezcla todo, y bate bien, con más sustancias malolientes, como la reunión reservada (pero descubierta por un fotógrafo de prensa) entre el presunto adjudicatario en la subasta, el Ministro de Economía y -nuevamente- el Presidente de Buquebus que, vale recordarlo, ¡resultó unos de los más favorecidos por el cierre de la empresa que competía con la suya!
Esto va mucho más allá de las imputaciones que motivaron los procesamientos dispuestos hasta ahora por la Justicia. Parece superar -inclusive- los límites del mero abuso de funciones por el cual se procesara a dos jerarcas de la administración. Y permite descartar toda coartada fundada en las buenas intenciones o los alegados errores excusables.-
Todo el negocio de Pluna huele muy mal desde su inicio cuando se seleccionó al bróker que elegiría al inversor privado, recayendo la contratación en el mismo ex director del Nuevo Banco Comercial (Paul Elberse) a quien se había despedido a raíz de un escándalo político producido por su sueldo supuestamente elevado. Después de ganarle un juicio millonario al Estado, el mencionado asesor fue recontratado por la misma institución en tiempos en que el actual Presidente del BROU -de confianza del Cr. Astori e ingresado en sustitución del procesado Calloia- ocupaba un cargo en el Directorio de aquella entidad financiera.
Pero si la memoria no nos engaña y resulta que el Grupo Advent fue el que terminó adquiriendo el Banco, no estaría de más recordar que el padre de Matías Campiani era titular de más de la mitad del paquete accionario del grupo adquirente.
Porque la trama sigue y la madeja se devana más fácilmente al descubrir que Elberse (de Ficus Capital) también fue el contratado por los ministros Rossi y Astori para  oficiar de bróker en la compraventa del 75 % del capital de Pluna a Leadgate, liderada por el Sr. Matías Campiani.
En el 2008 Pluna, bajo control de Leadgate y su principal, Matías Campiani, adquirió siete aeronaves Bombardier con un crédito del Scotiabank de Canadá que garantizó en un 100 % el Estado uruguayo. Tanto esta operación como el proceso de privatización de Pluna fueron objetados por el Tribunal de Cuentas. (No sea cosa que sigan sosteniendo ligera y alegremente que no fueron advertidos…)
Como acotación al margen señalo que en el 2009 el Scotiabank adquirió todas las acciones del Nuevo Banco Comercial, o sea que también las del padre de Matías Campiani. Admito que supongo que por mera coincidencia.
Después del cierre de Pluna, el concurso de acreedores, la  ley especial que redactó el mismo abogado que había asistido a Campiani cuando el gobierno pactó con él una importante indemnización y su desvinculación de la aerolínea; después de todo lo que ya describimos en los párrafos precedentes -y aún de los procesamientos de los ejecutivos privados de Pluna, el Ministro Lorenzo y el Presidente del BROU, Calloia- aparece y llega manos de la Justicia todo el intercambio de correo entre el “testaferro” de López Mena y el principal accionista de Cosmo, evidenciando una sofisticada confabulación de la cual este gobierno es responsable. Por acción o por omisión, pero responsable al fin. En el terreno político sin duda alguna. En el del derecho civil, por lo dispuesto en los artículos 24 y 25 de la Constitución. Y ¿quién sabe si no es posible que también en el ámbito penal por la actuación de algunos connotados jerarcas?
Las noticias más recientes nos ponen al tanto de que los aviones que quisieron hacernos creer que valían 137 millones de dólares, podrían negociarse a 70 millones según propuestas recibidas por la sindicatura concursal. Y la Jueza que conduce el proceso ha confirmado el “cierre de fronteras”, extendiéndolo hasta el final del concurso, para los ex directores de Pluna S.A. y el asesor legal de la aerolínea.
La sindicatura y el fiscal actuante han solicitado al Juzgado que se declare “culpable” el concurso de la empresa, en cuyo caso, si la Jueza así lo dispusiera, el Estado y el empresario Matías Campiani, deberán hacerse cargo del pasivo de la aerolínea quebrada, en todo lo que exceda el producido por la venta de sus bienes (incluyendo los aviones). Por ahora, la diferencia entre activo y pasivo suma 100 millones de dólares en rojo. Si el Estado los paga, los extraerá de su bolsillo y del mío, amigo lector. Como quien dice: pagaremos “los nabos de siempre”…

• Ahora trascendió, por una serie de emails que entregó a El País el dueño de la española Cosmo, Antonio Álvarez, que el dueño de BQB, Juan Carlos López Mena, fue el artífice de la maniobra para quedarse con los aviones y las frecuencias de Pluna. Fuentes del caso dijeron que por el momento todo forma parte del mismo presumario y luego se definirá si se separan las causas y si López Mena pasa a la categoría de indagado.

Aerovip era una empresa quebrada en Argentina sin frecuencias de vuelos regulares, que no contaba con aviones, y que fletó uno que había adquirido Pluna, con la finalidad de atender una frecuencia que correspondía a la propia Pluna. Esa situación fue catalogada por la jueza de Crimen Organizado, Adriana de los Santos, como una más de las "maniobras" de Matías Campiani, Sebastián Hirsh y Arturo Álvarez, "en beneficio propio". La jueza señaló en el auto de procesamiento de los socios privados de Pluna, que "se desconoce cual era el beneficio" para la aerolínea. La jueza y el fiscal Juan Gómez formaron ahora un presumario para indagar a otros responsables del entramado de empresas, entre ellos el presidente de Aerovip, Pablo Vera Pinto, y a la abogada Cecilia De Marco, (ver nota en la Sección AVIACIÓN COMERCIAL), quien fue presidenta de Eastern Jets Limited, otra empresa que creó Pluna SA en Inglaterra para arrendar los aviones a Aerovip. La Justicia sospecha que ambos eran testaferros de Campiani. También están citados otros abogados, representantes legales de Leadgate. Hasta el momento la Justicia no ha citado a ninguno de los representantes estatales en Pluna SA a pesar de que en un acta del 21 de mayo de 2009, que fue agregada al expediente judicial, surge que miembros representantes del Estado en la comisión fiscal avalaron el contrato de Pluna con Aerovip. En el acta a la que accedió El Observador se deja constancia de que los concurrentes a la asamblea "representan la totalidad del capital integrado de la sociedad" Pluna. En el punto 2 de acta se menciona que Febamil SA constituirá en Argentina una sociedad cuyo objeto será de inversión, que operará bajo la denominación Sociedad Aeronáutica del Sur (SAS), la que pasó a participar como accionista mayoritario de Aerovip. En el acta se señalaba que "con lo previsto en el acuerdo" entre Pluna y Aerovip se generarían "ingresos adicionales significativos para Pluna". Ese acuerdo que fue mencionado por la jueza como perjudicial para Pluna, implicaba "un contrato de arrendamiento de aeronaves para proveer un avión tipo Bombardier CRJ 900 a Aerovip". También implicaba "un contrato de comercialización y asesoramiento operativo, para brindar asistencia comercial y operativa a Aerovip". En virtud del "acuerdo de gestión" Pluna cedería a Femabil (Aerovip) y hasta un máximo acumulado de US$ 1,2 millones, todos los excedentes por encima de dicho ingreso mensual mínimo". Asimismo acordaron celebrar un contrato de opción de compra sobre la totalidad de las acciones de Femabil.

Presumario variado
En el nuevo presumario también esta incluido el argentino Hernán Antonio Calvo Sánchez, quien ofertó en el remate de los aviones en julio de 2012 en representación de Cosmo. Ahora trascendió por una serie de emails que entregó a El País el dueño de la española Cosmo, Antonio Álvarez, que el dueño de BQB, Juan Carlos López Mena, fue el artífice de la maniobra para quedarse con los aviones y las frecuencias de Pluna. Fuentes del caso dijeron que por el momento todo forma parte del mismo presumario y luego se definirá si se separan las causas y si López Mena pasa a la categoría de indagado.