1ro. de Marzo 2015: En pocos minutos más el Presidente Electo Jura en el Parlamento: cumplir y defender y hacer cumplir la Constitución y las leyes de la República. Al día siguiente después de festejar, descansar y dormir la realidad le pega un aldabonazo en la puerta, y le dice: Presidente, ¿qué va a hacer con la seguridad, con la educación, con la salud?, ¿va a dejar que se siga deteriorando todo o va a intentar cambiar y mejorar?

Enseguida, la realidad le va a hacer varias preguntas más, y el Presidente escuchará la realidad que le dice: ¿Presidente, va a seguir con este tipo de cambio con el que no le podemos exportar a nadie ni un tornillo, con esta inflación, va a seguir con este Mercosur que lo tiene atado de pies y manos y que no nos ha permitido mantener, ni siquiera, la noble y antigua industria textil, o va a cambiar, qué va a hacer con todo esto, va a seguir igual ó va a intentar cambiar?.

El Presidente se contestará ¿cómo hago para cambiar si no tengo mayoría parlamentaria y si todos los Diputados del Partido que yo represento no quieren cambiar nada?, al contrario, quieren profundizar más lo que está. Ya llegó Olesker, y más tarde apareció Lorier y luego Constanza Moreira y después algunos Diputados y finalmente los integrantes del MPP. Ninguno quiere cambiar nada.

Todos quieren más de lo mismo. Todos quieren 5 años más de peor seguridad, peor educación, peor salud, peor situación internacional y peor competitividad con los propios países que integran este corral de ramas llamado Mercosur.

Entonces el Presidente, como no tiene mayoría parlamentaria para cambiar nada y sus correligionarios no quieren cambiar nada, se da vuelta y llama a los Partidos de la oposición y les pregunta, ¿y ustedes que opinan?, los Partidos de oposición le contestan, si usted consigue el voto de sus correligionarios lo ayudamos a cambiar. Si usted quiere terminar con las ocupaciones, cambiar la Ley de educación, mejorar el sistema de enseñanza, todas cosas que usted inventó, lo ayudamos, pero usted necesita que sus correligionarios le voten.

El Presidente después de la conversación se queda sólo en su casa y dice: con los míos no puedo cambiar nada, con los otros no puedo conseguir los votos si no votan los míos, qué tragedia!, recién empiezo y esto dura 5 años.

Al día siguiente llama al Ministro de Economía y le pregunta ¿cómo está pensando para presentar el próximo Presupuesto general de gastos?. Y el Ministro de Economía le dice: Presidente, estamos atados de pies y manos. El anterior Presidente, el Sr. Mujica, no pudo aumentar los salarios en la rendición de cuentas, no ha pasado nada nuevo, estamos igual, perdón Presidente, estamos peor porque los granos han bajado de precio, los intereses empiezan a subir, debemos 31 mil millones de dólares y la situación para nosotros es como dijo el Presidente Mujica: “estamos empantanados”.

Es por todo esto que el Dr. Vázquez no se puede decidir porque sabe que lo que le espera es un calvario. Sabe que no puede cambiar nada, y también sabe que no le puede proponer al país 5 años más de lo mismo. El Dr. Vázquez, está igual que el Presidente Mujica, preso de la situación que él creó, que Mujica heredó, y que hoy sufrimos todos.

¿Quién inventó este tratamiento de la seguridad en dónde la sociedad es culpable y el delincuente es la víctima?, ¿quién inventó este sistema educativo y su correspondiente Ley?, ¿quién inventó el FONASA? O nos olvidamos que el Dr. Vázquez es médico, ¿quién inventó repartir plata sin exigir trabajo?
Y... fue el Dr. Vázquez el inventor de todas estas locuras. ¿Qué hizo entonces el Presidente Mujica?, multiplicó la apuesta, y ¿qué pasa ahora?, no hay un peso más en la lata, han conseguido lo máximo, un año entero sin educación, un costo de la vida que sube por minutos todas las semanas, un país tan caro que ni los uruguayos veranean en el Uruguay y una industria a punto de su extinción, en una palabra, como lo decían en el slogan electoral: “Un País de primera”.

Para terminar, suprimen el alcohol y el tabaco, no permiten ni la sal, ni la mostaza ni los escarba dientes arriba de las mesas de los bares y reparten marihuana.

¡UN PÁIS DE PRIMERA!

• Democracia y orden

La pregunta que en algún momento nos tendremos que hacer los uruguayos es si es posible la democracia sin orden.
Nuestro querido país es un relajo. Nada sorprendente luego de dos gobiernos de izquierda.
El problema es que los valores tan caros a una gran mayoría de la ciudadanía, sin perjuicio de colores políticos, se han degradado de tal manera que es casi inevitable preguntarse si son recuperables en Democracia.
¿Por qué? Porque las reformas que se necesitan son profundas y en algunos casos seguramente dolorosas y en el desquicio actual muy poco probable realizables.
La democracia es un sistema que lleva implícito la responsabilidad. Es un sistema al cual no solamente se le pude exigir sino que, para que funcione, se le debe aportar.
¿Qué cosas? Respeto, trabajo, responsabilidad, coraje, generosidad, sacrificio, y por cierto otras virtudes demasiadas para enumerar.
La pregunta es que si luego de dos gobiernos bastante malos del Frente Amplio los uruguayos siquiera se acuerdan de que la democracia como sistema es un camino de dos vías. Una de ida y otra de vuelta.
Ya no puede haber ninguna duda que en nuestro país hay que ordenar mucha cosa . Hay que disciplinar a los que hay que disciplinar y empezar entre muchas otras cosas por cierto a asignar responsabilidades claras y ciertas en el manejo de la cosa pública y exigir resultados acordes.
No parece que la izquierda vernácula sea la más indicada para actuar de esta forma. Las pruebas están al vista. Es tedioso repetirlas pero la verdad es que la educación es un desastre, la salud peor, la seguridad de niveles africanos, la gestión gubernamental igualmente africana salvo alguna excepción muy meritoria casualmente en manos de los menos izquierdistas del elenco gubernamental.
La democracia se basa en la confianza. Confianza de los gobernados en los gobernantes , de los goberantes en los gobernados y de los dos en el sistema. Cuando esto se pierde como se perdió en los meses antes del golpe de estado del siglo pasado los resultados están a la vista. El espacio que deja el desorden, el desquicio como el que hoy vivimos,  alguien o algunos lo ocupan.
No es posible, como ejemplo nomás, que a un excesivamente locuaz abogadito con muy escasa experiencia, tanto gubernamental como en la vida, se le encomiende algo tan importante y complejo como lo es el tema de la liberalización de las drogas. No puede , no debe ser que se vaya inprovisando sobre la marcha en un tema tan fundamental para nuestra sociedad. Sin embargo todo parece que es así. Como te digo una cosa te digo la otra. Así no hay país, ni sociedad, ni sistema de gobierno que resista.
Los gobernantes deben predicar con el ejemplo pero también deben liderar, marcar el rumbo de la nave del estado.
Hoy en el Uruguay pareciera que el capitán del barco estuviera mamado y la oficialidad paralizada. La tripulación, que somos todos los orientales, desconcertados y ya desconfiando cada vez más de los que tienen la responsabilidad de timonear la nave.
No pasará mucho tiempo antes que todos reclamemos un capitán que quizás sea menos filósofo de boliche pero más capaz de conducir la nave en que estamos todos embarcados.
Para mejor el viento arrecia, el temporal se aproxima y cualquier marino sabe que donde manda capitán no manda marinero, pero, el capitán, debe saber mandar, tener claro hacia dónde lleva el barco y cómo llevarlo a buen destino.
Por desgracia no parece ser el caso en este Uruguay frenteamplista que padecemos.
La gran pregunta es entonces hasta cuándo los orientales toleraremos el relajo actual.
Democracia y relajo son términos generalmente antinómicos.
No deberíamos olvidarnos de algo tan sencillo, pero a la vez, tan complejo.

Si hay algo en que nuestro Presidente – el Pepe, como lo llaman los propios frentistas – es absolutamente coherente, es en su incoherencia.
Esa ha sido, es y será, la esencia de su existencia. Nunca ha tenido una línea de pensamiento consistente y por lo tanto, nunca ha desarrollado en la acción algo constructivo. A veces, tiene chispazos de lucidez y lo admite, como cuando Alfredo García - en las charlas que luego se convirtieran en “Pepe coloquios” – le preguntó: ¿qué hizo hecho como Ministro de Ganadería? Y él le respondió “nada”.
Lo malo de esto, es que el Pepe es el Presidente de todos los orientales y de a poco se ha ido creyendo (aunque se mande la parte de modesto) que está ahí porque es un genio. Así que, ya sea en el boliche, ante la prensa, en los micrófonos de la radio (en la que le habla semanalmente al pueblo), o cuando hace uso de la palabra en organismos o foros internacionales, comparte sus incoherencias de una manera actoral. Esto le ha creado una aureola de personaje fantástico, entre aquellos que nunca conocieron los resultados de su gestión, al punto que hay quienes lo promueven para un premio Nóbel.
No obstante, todos sabemos que la frase que lo representa mejor y que ha repetido hasta el cansancio, es “como te digo una cosa, te digo la otra” y que no se queda ahí, ya que también, “como te dice una cosa, hace la otra”, dado que si en algo es también coherente, es en su falta de principios y no importa lo que prometa, lo más probable es que no lo cumpla. Recordemos cuando antes del balotaje juró que iba a respetar la Ley de Caducidad (no fue el único, Astori estaba en el mismo programa de TV y reafirmó los dichos del Pepe) y luego le pasó por arriba a la Constitución y a las decisiones del Cuerpo Electoral (máxima expresión soberana de la República) en dos consultas populares.

Hoy estamos ante una nueva incoherencia, en un tema que tiene que ver con los Derechos Humanos del pueblo, en el sentido que es un cometido esencial del Estado, garantizar la salud de los ciudadanos, como forma de cumplir con el Art. 7 de la Constitución: “Los habitantes de la República tienen derecho a ser protegidos en el goce de su vida, honor, libertad, seguridad, trabajo y propiedad. Nadie puede ser privado de estos derechos sino conforme a las leyes que se establecen por razones de interés general.
Por supuesto que nos estamos refiriendo a la media sanción de una ley, que promueve y patrocina el uso de la marihuana por parte del Estado, así como su producción y comercialización, siendo que es una sustancia altamente adictiva, dañina para la salud y puerta de entrada para otras drogas más peligrosas, como lo han expresado infinidad de profesionales de la salud de primer nivel, incluyendo al Dr. Dip. Darío Pérez, que terminó votando la norma (¿tendrá algo que ver su desespero por ser el Intendente de Maldonado? todo hombre tiene su precio). Por supuesto que, lejos de ser de “interés general”, esta iniciativa tiene el repudio general.
Pero no sólo es incoherente promover la legalización de dicha droga en los citados términos, sino que el mismo Pepe, ante la contundencia de las encuestas, que decían que cerca de un 70% de la población está en contra de tamaño disparate, dijo que no se podía aprobar una ley como esa, pese a lo cual envió el proyecto al Parlamento y en ningún momento dijo que lo vetaría. En eso debemos reconocerle a Tabaré su actitud, al vetar la ley del aborto.
Es tan grande el disparate, que hasta la ONU, a través de sus organismos de Control de Drogas, salió a advertir que se estarían violando importantes tratados internacionales en la materia. Como la soberbia “progresista” no tiene límites y los voceros del Pepe han contestado con una nueva incoherencia. Han afirmado que la ONU no tiene nada que hacer, pero no dudaron en violar la Constitución y dos consultas populares, invocando otros tratados, cuando quisieron eliminar la Ley de Caducidad. El mismo Pepe, primero dijo una cosa – que iría a hablar en la Asamblea de la ONU para defender a la ley -  y luego (fiel a sí mismo) dijo la otra -  que no hablaría de eso.

Si algo faltaba, ahora que es inminente que se vote la ley en el Senado, el Pepe se ha despachado con otra incoherencia más. Según “La República”, ha dicho que es un problema que debe resolver el pueblo y que si la oposición no promueve un referéndum, el gobierno debería hacerlo - cosa que no puede, ya que el Art. 79 de la Carta prevé ese derecho partiendo de una iniciativa de la ciudadanía -. Pero, si él cree que el pueblo debe decidir, teniendo en cuenta que las encuestas son más que claras, la oposición – que representa a la mitad de la población (recordemos que el oficialismo en el Parlamento tuvo sólo el 48% de los votos) – está en contra y varios de los legisladores oficialistas votaron por “disciplina partidaria” (lo que daría que con el voto libre, no podrían aprobarla), ¿por qué no abortan esta farsa?
Aún pueden echarse para atrás en el Senado, o vetando la ley, si la misma es votada.
Claro, ese sería un signo de coherencia inadmisible en el Pepe. Por una vez  actuaría como el Presidente de todos los orientales, asumiendo la responsabilidad como corresponde, en lugar de contarnos por radio esas ideas magníficas, que nadie de su gobierno luego toma en serio.

Y, por otra parte, ¿será que hay compromiso – como dicen las malas lenguas – con Monsanto y veremos al Estado comprando sus semillas transgénicas y por eso Cánepa (Presidente de la Junta Antidrogas) defiende tan enérgicamente este mamarracho? 
Pero, como eso es muy difícil que suceda, será la ciudadanía, una vez más, la que deba salir a pelear democráticamente para derogar esta fantasmada.
De todos modos es bueno, una vez que se promulgue la ley, comenzar a andar el camino del plebiscito.
Eso va a demostrar que deciden en contra de la gente y, particularmente, de sus propios votantes. No hay que cometer el error del último (en contra de la ley del aborto), en el que se eligió el camino corto.

Hay que seguir el camino largo - las firmas del 25% del padrón - que es más fácil de lograr – si se trabaja como en el de la baja de la imputabilidad -  que esperar que vayan a votar para habilitarlo.
Hay que ir pidiendo firma por firma, feria por feria, puerta por puerta, hasta alcanzar ese 25%, llegando a la gente con el mensaje de que firme, para que no le vendan droga a sus hijos en la farmacia y vamos a ver si no lo conseguimos.
Por otra parte, estamos muy próximos a entrar en el año electoral y la campaña para la juntada de firmas y el propio plebiscito el día de las elecciones, tiene efecto contrario al Frente y eso, también es positivo, ya que cualquier cosa que contribuya a que se vayan, lo será.

Este gobierno está deseando que alguien promueva un plebiscito para derogar la ley, es lo único que lo puede salvar del ridículo frente a parte mundo, y a la prensa y organizaciones que están opinando sobre la misma sin conocer el fondo de la ley ni lo que piensa el pueblo uruguayo.
Es que esta ley de obtener la doble sanción parlamentaria, no podrá reglamentarse ni aplicarse y será "la herencia maldita" que este gobierno dejará al que ingrese en 2015, pues hasta esa fecha el gobierno la "congelará".
Lo único que salva al gobierno del ridículo, es una consulta popular que anule la ley y después, en una insana estrategia, se muestran frente al mundo, que hoy los aplaude como focas, como los incomprendidos, cuyo pueblo no tuvo la mente abierta como para interpretar el sentido "filantrópico" de esta siniestra Ley.
Mucha prensa internacional gasta tinta aplaudiendo esta normativa sin conocer las barbaridades de la misma, y los vacíos que hay en ella, además de los mercados negros que crea (para menores de 18 años y para extranjeros), tampoco saben en el exterior que este gobierno, no tiene noción de cómo y dónde distribuirla, y algo más importante aún, que es cómo y quién proveerá las semillas del cannabis, y más si son transgénicas.
Según la Junta Nacional de Drogas, la marihuana oficial costará US$ 2,5 por gramo, pero no tuvo en cuenta o no tiene conocimiento (lo más seguro) que un fumador promedio fuma alrededor de 25 gramos al mes, hoy día 25g está en promedio de $700 (mercado negro) y con esta ley quieren venderlo a $1350 (depende del dólar). Creo que a este precio no van a terminar con el mercado ilegal de la marihuana, los de la boca enseguida lo van a bajar a $400, y lo peor de todo es que el bajo precio que el Estado le pagará al "productor" va a hacer que este vuelque parte de su producción al mercado negro... Lograrán vender un poco pero no van a terminar con la venta ilegal de la marihuana.
Seguramente el gobierno, ya desde el 710 de la Pza. Independencia, estará elaborando su estrategia para que la consulta popular se concrete, y ellos la apoyarán por medios directos e indirectos, pues es su ÚNICA SALVACIÓN. 

Reanudando mis actividades, me encuentro con dos noticias en la prensa escrita. Una que indicaba  que se prohibiría la venta de bebidas alcohólicas  a partir de las 22 horas, más otras limitaciones en el mismo tenor. Todo ello se encontraría en un novedoso proyecto de ley promovido por el co legislador (una nueva atribución constitucional)  pro secretario de la Presidencia, Diego Cánepa.
Me pareció algo excesivo, debo confesar. La iniciativa, además  me pareció poco eficaz como instrumento como para evitar el mal. Baste recordar los efectos de la ley seca en los Estados Unidos  a principios del siglo pasado y ver como la misma finalizó como para darse cuenta de su ineficacia.
Acto seguido pasé a la segunda noticia, la cual hablaba de la próxima venta de la marihuana por las farmacias, de aprobarse en senadores el proyecto de ley que libera la venta de dicho producto por intermedio de dichos comercios..
Y bueno, quedé perplejo. Por un lado la prohibición de venta de alcohol por parte de los establecimientos autorizados, incluido el delivery, y por otro la venta de marihuana por farmacias, las cuales en caso de atender las 24 horas podrán enviar un delivery de estupefaciente a la casa de la persona, pero no una botella de vino u otro producto espirituoso. No al vino, y sí a la marihuana, ese es el mensaje.  Bastante contradictorio por cierto, pero hay que entenderlo todo esto alentado  por un gobierno imbuido de desvalores o valores adversos al término medio, que provocan este tipo de situaciones extrañas. De paso, claro, se sigue destruyendo el cúmulo de valores sobre los que se ha asentado la sociedad por más de 183 años. Hoy desgraciadamente estamos siendo famosos por el tema de la legalización de su venta, y diarios como El País de Madrid nos dedican páginas abordando el mencionado proyecto.
¿Qué quedará cuando se vayan estos señores? Porque que se irán delo por sentado. Se irán en algún momento y dejaremos de vivir bajo la lógica del presidiario, cargada de anti valores y de situaciones ilógicas y contradictorias como la que nos ocupa.
Y seguiremos en este mar de contradicciones y situaciones absurdas, siendo cada día menos, un país donde nos sintamos orgullosos de vivir en él y de ser parte del mismo. Al parecer con esta ley estaríamos incumpliendo varios tratados internacionales de los cuales somos parte. No se actuó de la misma manera con respecto a la OCDE, organismo internacional del cual no somos parte y del cual solo son miembros un reducido número de países, y para el cual presto fue el gobierno en acudir a cambiar la normativa sobre el secreto bancario.
Y agrego: toda esta estéril discusión sobre la marihuana, ¿a dónde nos lleva? ¿Qué beneficio reportará al país? ¿Mayores ingresos por turismo marihuanero, turismo de qué calidad? Además de aquellos amigos a los cuales se les den licencias para la comercialización, ¿quién más ganará? ¿Seremos más cultos, más civilizados, nos facilitará la comprensión de algún idioma? ¿Constituirá un avance tecnológico que nos haga dar un salto cualitativo en algún aérea específica? De seguro nada de ello ocurrirá y entonces me pregunto: ¿para qué? Si fumar es malo, ¿por qué me alientan fumar una droga como la marihuana?
Muchas preguntas sin respuestas, solo comprender que se trata de un gobierno anarco peronista.