Edición Nro. 2428 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 24 de octubre de 2025
 
 
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UN ARGENTINO ORIENTAL OPINA - ENFOQUES COMPARTIDOS f
Enrique Guillermo Avogadro
Sí, “Somos Nosotros”
  • “Porque veo, al final de mi rudo camino, que yo fui el arquitecto de mi propio destino”. Amado Nervo
En el libro así titulado, Willy Kohan nos describió con precisión quirúrgica y hoy, ante las reacciones que produjo el monumental e inédito respaldo que recibió la Argentina de los Estados Unidos, pésimamente comunicado por nuestro Gobierno, esos textos recuperan actualidad. Para algunos, nos ofrece recuperar el rol de faro que ocupamos en Latinoamérica hasta la II Guerra Mundial y sumarnos a las alianzas más virtuosas del mundo. Las razones detrás de esos anuncios, que no paran de sucederse, son varias y van desde la situación geopolítica global y la necesidad de impedir la conquista del hasta hoy olvidado subcontinente por China - con su Ruta de la Seda - hasta la vocación por demostrar los beneficios del modelo capitalista impulsando el desarrollo de nuestras naciones.
Sin embargo, aterrado ante ese panorama que, de concretarse, lo llevaría para siempre al sótano más nauseabundo de la historia, el pero-kirchnerismo (que tiene todo el pasado por delante y ayer, patéticamente, peregrinó al lugar de detención de su jefa espiritual) y sus compañeros de ruta idiotas útiles o muy malintencionados – el radicalismo de Martín Lousteau, Facundo Manes, Ricarguito Alfonsín y Emiliano Yacobitti, los ex gerentes de la pobreza, los dinosaurios sindicales, el club de los devaluadores, los industriales sólo aptos para no competir, los cárteles de la droga, la izquierda trotskista, etc. - quieren dinamitar esa posibilidad esgrimiendo mentirosos argumentos pseudo nacionalistas.
Pretenden que olvidemos las canalladas qué hicieron ellos, que tantos condenados tienen entre sus filas, con la base militar china en Neuquén, con la importación de vacunas estadounidenses para el Covid, con la delincuencial complicidad con Hugo Chávez, con la oferta a Vladimir Putin de convertirnos en su puerta de entrada a América Latina, con su respaldo irrestricto a las salvajes tiranías de Venezuela, Cuba, Nicaragua e Irán, con la expansión del narcotráfico y con la glorificación de los terroristas subversivos locales.
Con el trágico pasado de defaulteadores seriales, de asociación con las dictaduras más corruptas y violentas del mundo, de gigantesco saqueo a las arcas públicas, de clara vinculación política y judicial con los clanes del narcotráfico, de inseguridad jurídica, de legislaciones fascistas y anquilosadas, y de la eterna marchita que sigue cantando “combatiendo al capital”, que nuestro país arrastra desde hace tantas décadas, no puede llamar la atención que Donald Trump haya dicho que, si el proceso de cambio que llevamos adelante con tanto sacrificio se viera frustrado por una victoria electoral de los mismos falsarios y ladrones, no pondrá un centavo aquí ni llegarán las inversiones que necesitamos más que agua en el desierto. Y no puede sorprender porque tampoco aparecerán capitales argentinos.
Pese a que no se trate de una elección presidencial, hay una alta probabilidad de ocurrencia el próximo 26 si (como yo mismo, que tanto he criticado a Milei en estas notas semanales) no nos movilizamos y concurrimos a votar por ese futuro que hoy aparece como cercano, aunque sea tapándonos la nariz. Sé, como todos, que la oferta electoral que propone la “Armada Brancaleone” de La Libertad Avanza no resulta atractiva, pero la alternativa que ofrece el “tren fantasma” pero-kirchnerista resulta, absolutamente, repugnante. Por nosotros, por nuestros hijos y nietos, debemos hacer que el oficialismo y sus aliados republicanos alcancen en el H° Aguantadero el tercio de bancas necesario para frustrar cualquier maniobra destituyente que intenten los conocidos malandras.
En el agitado campo regional, todos aguardamos con ansiedad el resultado del ballotage en Bolivia, mañana, porque allí nada estará claro por bastante tiempo. Si el sector del MAS que respalda a Evo Morales sigue teniendo peso en el Gobierno que surja, la crisis que vive ese país llevará, sin duda, a un nuevo drama migratorio que afectará a todos sus vecinos. Perú, en el terreno político (no en el económico), sigue sufriendo una terrible inestabilidad; la destitución de Dina Boluarte y su reemplazo por José Jarí, tan sospechado de corrupción, continúa la saga de Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Alan García, Pedro Kuczynski, y Pedro Castillo, que ha llevado a tantos de ellos a la cárcel o al suicidio. Ecuador sigue bajo el acoso del narcoterrorismo, al que se han sumado las organizaciones indígenas que reclaman por el aumento de los combustibles con bloqueos de rutas. Y Cuba, en medio de la desesperanza de la población,  se encuentra en coma terminal por la incapacidad de Venezuela y Rusia de ayudarla ahora.
Las maniobras aeronavales de EEUU frente a las costas de Venezuela, a mi modo de ver, no tienen por objetivo una invasión terrestre, sino incentivar a los mandos militares no vinculados a la gigantesca corrupción del régimen a levantarse contra la tiranía de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. Si tal cosa se produjera, la OEA estaría habilitada para formar una fuerza multinacional de paz y, con ella, tratar de impedir una masacre y llevar a juicio y condena al sinnúmero de dirigentes y generales que tanto han violado los derechos humanos de su pueblo.
Y en el escenario internacional, más allá de observar con preocupación la evolución de la situación en Gaza, donde Hamás se resiste a entregar sus armas y a perder su caudal político en cumplimiento del plan de veinte puntos firmado, que hasta ahora sólo produjo un frágil cese del fuego, las miradas del mundo están concentradas en la guerra de Rusia contra Ucrania. Un demasiado optimista Trump, que ayer recibió a Volodimir Zelensky y habló el jueves con Vladimir Putin, parece no percibir que éste gana tiempo al dilatar la conferencia bilateral que le ha ofrecido y, mientras, continúa destruyendo infraestructura esencial del país invadido y aterrorizando a su población civil con ataques masivos de drones y misiles.



ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



Columna de Ricardo Garzón
SE DICE

Que con la decisión de rescindir el contrato con el astillero español Cardama y el comienzo de acciones judiciales ante indicios de estafa o fraude contra el Estado uruguayo, el gobierno puso sobre la mesa un nuevo cuestionamiento a la administración anterior, que fue la que negoció la compra de dos patrulleras oceánicas (OPV) para la Armada Nacional.

Que la decisión del gobierno de rescindir el contrato con el astillero español Cardama para la construcción de dos patrulleras oceánicas, por indicios de “fraude” o “estafa” contra el Estado uruguayo, irrumpió con fuerza en la agenda política y suscitó la sospecha de que la rescisión del contrato va a dejar al país sin posibilidades de cuidar nuestro mar.

Que el gobierno expone al Uruguay a demandas y a romper con la seriedad de nuestro país en el cumplimento de un contrato. La política menor, lamentablemente, le ganó al presidente.

Que con esta jugada expone al Uruguay a demandas y a romper con la seriedad de nuestro país en el cumplimento de un contrato.  La política menor lamentablemente le ganó al presidente. Si quiere discutir las garantías que presentó la empresa lo puede hacer, pero reconoce en la conferencia de prensa que se están construyendo y expone al Uruguay a dejarlo sin barcos por política menor. Nunca quisieron las patrullas por razones políticas.

Que el gobierno denuncia irregularidades de gestión anterior, y blancos prevén una "cacería".

Que Uruguay corre el riesgo de que le ocurra lo de Ecuador, donde las mafias se hicieron del control de las cárceles y luego, tomando rehenes e intimidando a la población desafiaron a todo el país; jamás en la historia de esa nación se había visto tal nivel de inclemencia y de penetración de la violencia.

Que el eterno discurso político del Frente Amplio apuntó siempre a envenenar a la gente con las acciones de los distintos gobiernos de los partidos fundacionales.

Que, sin embargo, al llegar el Frente al poder, no cambian las leyes que supuestamente están mal; dejan todo como está; no tocan nada, y siguen el mismo derrotero en el cual el más claro ejemplo es el del ministro Oddone, quien a ojos vista sigue los mismos pasos fructíferos que arrojó la gestión de Susana Arbeleche.

Que lentamente, sin prisa y sin pausa,  se advierte que el gobierno frenteamplista encaminó sus pasos para modificar subrepticiamente el sistema de la separación de poderes; ahoga económicamente al Poder Judicial, y no tiene apuro en crear un ministerio de Justicia sustituto, incialmente acordado entre el Frente Amplio y sectores del Partido Nacional y Partido Colorado.

Que si bien las comparaciones son odiosas, el ahorcamiento silencioso, persistente y de lengua afuera del Poder Judicial indica que Uruguay transita hacia el poder absoluto del gobierno de turno, que llegó al poder para tomar el poder, según se advierte en la reiterada denuncia legislativa de que somos un estado fallido en el que se ha dado un golpe de estado técnico.

Que de 100 enfermos terminales que requieren atención paliativa, tanto a nivel domiciliario como hospitalario, la gran mayoría fallece antes de recibir la visita médica, y si los pacientes no se mueren en la espera pueden llegar a pasar varias semanas para que se concrete la visita del galeno.

Que pinchándose con alfileres, los senadores Lema y Caggiani se enfrascaron en el demorado episodio que lleva de protagonistas a Marset, a Ache y otros "personajes" más, -detenidos todos en el tiempo-, capítulo que refiere al legislador frenteamplista, quien precisó que otorgarle el pasaporte a Marset debía interpetarse como un favor al narcotraficante.

Que saltó el conejo, presto y decidido, para enrostrarle a Caggiani "que cuando se desconoce el Derecho es mejor callarse la boca y no hacer afirmaciones que no tienen ningún tipo de justificación jurídica", apuntó Lema. 

Que también le tocó el reto y turno al cardenal Sturla, reconvenido por Fernando Pereira por "hacer política desde la Iglesia"; "ofende a los cristianos", le dijo, porque la ley que regula la eutanasia es "un derecho que le permite morir de otra manera". (Requiem aeternam, dona eis Domine... et lux perpetua luceat eis". Que la luz eterna les ilumine, Señor, con tus Santos para toda la eternidad).

Que a cada chancho le llega su San Martín, y Nicolas Sarkozy se convirtió en el primer expresidente francés en pisar la prisión de La Santé, donde ingresó el lunes para cumplir una condena de cinco años por conspirar para financiar su campaña electoral con dinero del difunto dictador libio Muamar el Gadafi.

Que cabe recordar que a instancia solapada de la entonces presidenta argentina Cristina Fernández, en la cumbre europea de aquellos tiempos celebrada en Cannes, Sarkozy acusó a Uruguay de ser un "paraíso fiscal"; afirmó que sería "apartado de la comunidad internacional", indignó a Mujica, entonces presidente, quien tuvo el apoyo explícito del gobierno y de la oposición política uruguaya, y que ordenó sin más trámite llamar en consulta al embajador uruguayo en París.

Que en esta hora de "consolidación judicial", para remedar a Astori con su sonsonete de "consolidación fiscal" que tanto daño le ha hecho al pueblo uruguayo,  y enjuiciamientos varios al más alto nivel político por el mundo entero, el Tribunal Superior de Bogotá absolvió al ex presidente Álvaro Uribe de los delitos de soborno de testigos y fraude procesal, tras la apelación en ultimísima instancia del expresidente de Colombia. (Gol en los descuentos)

Que tras casi 20 años de gobiernos de izquierda, el senador moderado Rodrigo Paz, de 58 años, asumirá el 8 de noviembre la presidencia de Bolivia tras ganar el balotaje a Jorge Tuto Quiroga con el 54% de los votos.

Que el Reino Unido registra en estos tiempos que el histórico bar donde la banda Iron Maiden dio sus primeros conciertos se convertirá en una mezquita.

Que Trump acusó al presidente de Colombia, Gustavo Petro, de fomentar la producción de drogas en Colombia y anunció la suspensión de pagos y subsidios al país sudamericano.

Que en el avión presidencial, en un vuelo de Florida a Washington, Trump dio una rueda de prensa y anunció que evalúa abrir las fronteras a la carne argentina, dado que una medida de ese tipo bajaría los precios del producto en su país.

Que, acto seguido, Trump manifestó que aunque no toda la carne se compre a la Argentina, esas importaciones ayudarían a “un muy buen país, un muy buen aliado” en América del Sur, una región en la que varios estados “están empezando a girar mucho hacia nosotros, alejándose del socialismo”.

Que una periodista le preguntó a Trump “qué tiene para decirles a los agricultores de Estados Unidos, que sienten que el acuerdo con Argentina los beneficia [a los argentinos] más que a ellos”.

Que “Argentina está luchando por su vida”, respondió el presidente. “No sabés nada de esto, jovencita, están luchando por su vida. No es que beneficie a Argentina, es que están luchando por su vida. ¿Entendés lo que eso significa? No tienen dinero. No tienen nada. Luchan con todas sus fuerzas por sobrevivir”, agregó.

Que Ivar García, alias El Colla, quien fue testaferro de Sebastián Marset y el segundo al mando de la organización criminal, denunció en un video que el narcotraficante uruguayo secuestró a su expareja y madre de su hija, así como al chofer de la mujer.

Que en un video, García hizo saber públicamente que “Marset viene amenazándome desde hace un tiempo atrás, acusándome de haber sido la persona que hablé de él; diciendo que entregue mi vida o, de lo contrario, empezaría a secuestrar a mi familia más cercana". Al mismo tiempo, "quiero hacer conocer que Sebastián Marset se encuentra en Bolivia, viviendo en la zona del Urubo, que queda en Santa Cruz".

Que la calificadora de riesgo Morningstar DBRS, -una de las cinco agencias que le ponen nota a la deuda uruguaya-, emitió un comentario en un documento sobre el gobierno de Orsi del que dijo que tiene un "alto grado de continuidad" respecto a la administración de Lacalle Pou, con "políticas económicas" que se "caracterizan más como refinamientos que como cambios radicales".

 

No es de izquierda
Por Julio María Sanguinetti. Entre la nostalgia revolucionaria y la resignación pragmática, la izquierda uruguaya atraviesa una crisis de sentido.

Se escucha con cierta frecuencia el comentario de militantes radicales del Frente que afirman que el gobierno que preside Yamandú Orsi no es de izquierda.
La pregunta entonces es: ¿qué quiere decir, en el mundo de hoy y aquí en Uruguay, ser de izquierda?
Para ese grupo, hoy se reduciría a la simpleza de imponer un 1% al patrimonio de los más ricos y afectarlo a combatir la pobreza infantil. Si pensaran un poco, advertirían que la pobreza infantil es la pobreza de sus familias y que la pobreza infantil no es un fenómeno autónomo. Se trata, entonces, de algo más amplio que involucra a todas las políticas del gobierno, y que se supone debe mejorar empleo, salario, educación, asistencia en salud, etcétera. Podemos repartir dinero, como ya se hace, pero no por ello transformaremos la matriz productiva del país, que está en la base de todo. Lo único que significaría ese discriminatorio 1% añadido al patrimonio es desalentar la inversión, al contradecir el mensaje permanente del gobierno en busca de quienes puedan generar empleo.
Así lo ha dicho el gobierno, y de ahí el desaliento militante.
El problema es que para el Frente Amplio en 1971, izquierda era romper con el Fondo Monetario Internacional, desconocer la deuda externa, monopolizar el comercio exterior y la banca, hacer una reforma agraria y desarrollar una política exterior antinorteamericana, basada en la confraternidad con la Unión Soviética y la Cuba aún con cierto ropaje revolucionario.
Desgraciadamente, la otra izquierda, la armada, desde 1963 había renunciado a la acción política democrática y, con sus secuestros, asaltos y asesinatos, sacó a los militares de los cuarteles luego de sesenta años. Por supuesto, nada justifica el golpe de Estado que dieron esas Fuerzas Armadas embriagadas por su victoria, luego de haber liquidado el movimiento tupamaro en ocho meses. Tampoco tenía la menor explicación ese desestabilizador movimiento armado, que pretendía liquidar la institucionalidad democrática para marchar hacia algo parecido a Cuba. En 1961, con todas las letras, les dijo aquí en Montevideo el Che Guevara que era una locura, pero siguieron adelante y deslizaron al país a ese esquema de violencia que terminó como terminó.
Luego del golpe, los viejos guerrilleros, encabezados por Mujica, se sumaron a la vida normal de la democracia y, con Eleuterio Fernández Huidobro ministro de Defensa, hasta defendieron la ley de caducidad que amnistiaba a los militares por los delitos cometidos en la dictadura. Se horrorizaban los militantes, pero soportaban… ya no sabían dónde había izquierda.
Los otros frentistas, los de la línea política, entendieron también el mensaje y, de la mano de Astori, se terminaron todos los eslóganes. El Dr. Vázquez se filmó con Astori en la puerta del Fondo Monetario Internacional anunciando que se sumaban al mundo capitalista y sus reglas, al comenzar su campaña electoral de 2005. Así ganó y así gobernó.
Gobernaron 15 años. Iban a sacudir las raíces de los árboles y no lograron —en la mayoría de los casos ni intentaron— sacudir ni una hoja. Eso sí, malgastaron en aventuras la mayor bonanza del comercio internacional en medio siglo. En el presente, ya lo dijo el presidente Orsi: no vinieron a revolucionar nada.
Pese a todo, a la gran mayoría les queda vigente, explícita o sin que se den cuenta, la vieja mentalidad frentista, y por eso suelen jugar con las reglas cambiadas, no ya las del capitalismo. Como si jugaran al fútbol con las manos.
Cuba está en la ruina de las ruinas. No hay ni energía. Es la demostración más rotunda del fracaso de la idea socialista. Pero Cuba es Cuba, y está el “bloqueo” norteamericano. ¿Qué bloqueo, cuando pueden comprar y vender al mundo entero y desde EE. UU. no solo vienen los medicamentos y buena parte de los alimentos, sino la plata de los familiares, que es la mayor entrada? Mientras Rusia pudo, subsidió. Mientras Venezuela pudo, regaló petróleo. Ahora no hay tutela y está al desnudo el fracaso, pero no se asume.
Venezuela es un esperpento dictatorial. Y cuando se le da el Premio Nobel a una luchadora heroica de la democracia, se callan, se esconden o —como el propio presidente— dicen que más vale hubieran dejado desierto el premio… Es realmente increíble que ni siquiera se respete a quien ha arriesgado la tranquilidad de una cómoda vida profesional para luchar por la libertad.
No es para asombrarse. La izquierda, como izquierda, siempre fue autoritaria. O totalitaria, como en la Unión Soviética y todos sus satélites. Vituperaban los derechos humanos porque eran solo las libertades “formales” de las constituciones burguesas, que de nada valían si había pobreza. Descubrieron los derechos humanos cuando los perdimos todos durante la dictadura. Ahora los invocan, como si fueran sus creadores, pero cuando se trata de defenderlos en un país presuntamente de izquierda, allí vuelven a no importar. Si la dictadura es de izquierda, es buena. Pinochet es el ogro; Fidel, Chávez y Maduro, “compañeros”… como lo fue Stalin hasta que se cayó el Muro de Berlín en 1989.
Debo reconocer que comprendo a esos muchachos todavía socialistas y marxistas. Es verdad que sus gobiernos son burgueses, actúan dentro de las reglas del capitalismo, aunque no crean en ellas y solo actúen por resignación, como consecuencia administrando mal. Tienen todo el día que tragar sapos. ¿Ustedes imaginan un presidente socialista vetando una ley de despenalización del aborto? El único conocido es el Dr. Vázquez. Intentamos levantar el veto (estábamos en el Senado entonces), pero no pudimos, y recién en el gobierno de Mujica se pudo hacer.
O sea, todo es contradicción. Ahora están con Hamás y el gobierno palestino de Gaza. Es increíble que mujeres y militantes LGTB levanten esa bandera cuando el radicalismo islámico condena todas las formas de libertad sexual de un modo drástico y ni hablar de la condición femenina, reducida a una condición de esclavitud doméstica. Solo se explica porque EE. UU. apoya a Israel y porque, en el fondo de los fondos, aflora el viejo antisemitismo de los tiempos estalinistas.
Para un muchacho de izquierda que se cree el discurso, es verdad que la vida no es fácil.
Los más lúcidos e hipócritas se refugian en el batllismo y dicen ser sus continuadores. Pero aplauden a Maduro, al que don Pepe habría crucificado. (Nota que se comparte con Correo de los Viernes)


 

 
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