Edición Nro. 2355 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 26 de abril de 2024
 
 
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Medellín Sin Tugurios

 (Por Ricardo Garzón). Independientemente de cualquier acción de los gobiernos que se han sucedido en el país, creció y se desarrolló de manera significativa la actividad del narcotráfico en todo el territorio nacional. A tal punto, que parece conveniente desempolvar la pluma y volver a los años 80 para recorrer una vez más las rutas urbanas, suburbanas, campesinas y selváticas del narcotráfico.

Sus ramificaciones en los tiempos tuvieron origen en el barrio Medellín Sin Tugurios, (también conocido como “Pablo Escobar”), recorrido por quien esto escribe y firma. Conforman la rica geografía multitud de asentamientos humildes y periféricos de ignotos pueblos, villas y parajes colombianos del Amazonas, donde jamás faltan arepas y cervezas.
En esa geografía selvática del Magdalena Medio, Colombia fue orientando, con México y la América Central y del Sur la formación y crecimiento exponencial de la universidad mayor del delito en el continente americano.
En el presente uruguayo la figura del sicario se ha introducido y agrandado a límites insospechados con el crecimiento incontenible de los homicidios, como lo atestigua la persistente información periodística que ofrecen diariamente los medios de comunicación.
Uruguay se ha convertido en un centro docente avanzado y distributivo del narcotráfico, y desde sus cárceles atestadas e inhumanas se tutela y orienta toda la actividad delictiva.
Se aprovecha la condición social del marginado para captarlo con plata fácil, en un camino sin retorno hacia el delito en sus múltiples manifestaciones.
Se trata de chicos desocupados que deambulan sin rumbo, y que por conflictos familiares, divorcios, separaciones, hambre y sin recursos abandonan sus estudios y revistan fuera de la sociedad. Los menos, están en busca de trabajo; hacen filas, llenan formularios, acuden a entrevistas y exámenes, pero sólo reciben negativas.
Suman centenares de miles los desertores de la Educación, a la luz de que no conseguirán trabajo relacionado con sus estudios, pese a la presunta actualización de los programas educativos de la hora.
Expectantes, los devotos del narcotráfico se han entronizado con campo propicio y viento a favor en los hogares y centros de reclusión de toda la América Latina.
Han sido venerados y exaltados -con el Corazón de Jesús, la Virgen de los Sicarios y el Niño de Atocha-, por empresas que multiplican las series y películas que se trasmiten a toda hora a través de Internet, vía telefónica, tabletas y televisores.
Los caseríos comunitarios de Medellín y Cali conforman ejemplo continental, al igual que las resonantes y nunca acabadas contiendas familiares del narcotráfico en barrios suburbanos de las capitales uruguayas, con precisión en las ciudades de Montevideo, Minas, Rivera, San Carlos y Chuy, entre decenas de otras en todo el país.
Políticamente, el narcotráfico está subiendo de dos en dos la escalera del delito, pacientemente infiltrado en el sistema político y barrios aledaños de Montevideo.
En el universo latinoamericano hizo carne la corrupción, extendida con millones de dólares a la "compra" de gobernantes, militares y jueces, incluso a nivel de las presidencias de las repúblicas, parlamentos y cortes supremas de justicia.
A vuelo de pájaro, hoy están en las redes: El Patrón del Mal, Narcos, La Reina del Sur, Dueños del Paraíso, El Cártel; Escobar (Paraíso Perdido), La Prepago; Chapo (El escape del siglo), Sin tetas sí hay paraíso, Griselda Blanco y Alias el Mejicano.
Estas series de TV constituyen un himno al narcotráfico, himno que entona y canta la juventud desposeída y pobre de los barrios más humildes de Latinoamérica.
Esta juventud “nini” (que ni estudia ni trabaja), que abandonó sus estudios; que fue directamente afectada por la conmoción y destrucción de las estructuras educativas, hogareñas y familiares, y que tiene como modelo conseguir plata fácil, ha ido penetrando masivamente en la comercialización de marihuana, cocaína, heroína y otras sustancias destructivas. Responsabilidad inconmensurable de las estructuras sindicales de la docencia; mal ejemplo viviente y diario para la juventud estudiosa.
Los homicidios por asuntos inherentes al narcotráfico son diarios, crecen, y tienen a la Policía en jaque, de la ceca a la meca, con resultados que están lejos de ser satisfactorios.
La autoridad ha sido desbordada. La inseguridad es el estado normal de la república.




ADVERTENCIA: Los artículos periodísticos firmados son de la exclusiva responsabilidad de sus autores. La Dirección.



(Columna de Ricardo Garzón)
SE DICE
"Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana. Vosotros estais en el pleno goce de vuestros derechos: ved ahí el fruto de mis ansias y desvelos, y ved ahí, también, todo el premio de mi afán". (Alojamiento de Artigas delante de Montevideo, 5 de abril de 1813)

Que la reforma de la seguridad social debió tener en cuenta como primer objetivo terminar con el despilfarro de los dineros públicos, derroche que practican escandalosamente sin contención y "a piacere" los integrantes de los Poderes Ejecutivo y Legislativo, y así debió y debe constar en cualquier tipo de iniciativa que se practique al respecto.

Que cualquier tipo de reforma debería haber dignificado las pasividades más bajas al sueldo mínimo nacional, (lo mínimo) -el que también debe ser aumentado al nivel de las necesidades básicas de la ciudadanía-, en lo que atañe y tiene que ver, directamente y sin vueltas, con la correcta alimentacíon de la niñez y población en desgracia.

Que no es de recibo, y sí una tomada de pelo, justificar el despifarro mayúsculo que se practica con la plata de la gente con el dicho: "no mueve la aguja", aforismo que trasunta y define, en el caso que nos ocupa, el uso incontrolado en el manejo de los dineros públicos, traducido en botín de los rateros por parte de la legislatura y gobierno central, Entes Autónomos y servicios descentralizados.

Que un nuevo escándalo detonó en la Argentina cuando los senadores, votando a mano alzada, se duplicaron las dietas (sueldos) que ellos mismos perciben, pese a tener libre ejercicio de sus respectivas profesiones, en medio de una angustiante pérdida de poder adquisitivo de salario y jubilaciones, y del riesgo de desocupación que conlleva la fuerte recesión.

Que la ciudadanía, estupefacta por la clara desconexión que existe entre estos miembros de la “casta” multipartidaria reaccionó con enorme indignación, pues achaca al Congreso, no sólo trabajar muy poco sino que, cuando lo hace, complica la vida de todos, como fue la nefasta ley de alquileres, ahora derogada por el DNU presidencial, que sacó del mercado a la casi totalidad de inmuebles a la renta.

Que luego de que se diera a conocer la sesión en donde los senadores votaron a favor el aumento de sus dietas, el presidente Javier Milei publicó una fotografía en su cuenta de X que volvió a calificar a los legisladores como “ratas”. El tuit lo acompañó con un texto que decía: “la casta política no la ve”.

Que el precandidato de Ciudadanos Robert Silva afirmó, con fuertes razones, -tras el rechazo a plebiscito sobre ingresos a intendencias-, que el sistema político le está dando un pésimo mensaje a la ciudadanía en general, y lamentó la falta de apoyo de otros legisladores coaligados, incumplidores de un punto expresamente previsto en el “Compromiso por el País”, documento programático que los partidos de la coalición de gobierno firmaron en 2019, y con el cual se sonaron a nariz...

Que sobre la negativa del Frente Amplio a firmar para que haya un plebiscito de reforma constitucional, Silva sostuvo que “es el preámbulo de lo que puede pasar si el FA llega al gobierno”, ya que “el Partido Comunista y las bases son los que toman las resoluciones”.

Que Carolina Cosse se le viene a las barbas al lampiño Yamandú Orsi en la interna del Frente Amplio, -según el ojo avizor del periodista Leonardo Pereyra-, y en el oficialismo sacan cuentas para determinar si un triunfo de la aguerrida intendenta de Montevideo le sirve a sus intereses.

Que se tiene en cuenta que la deserción de Mario Bergara como postulante le está sirviendo a los multicolores para advertir que la coalición ha quedado en manos de comunistas y tupamaros.

Que según ha difundido la Usina de Percepción Ciudadana una mayoría abrumadora de la ciudadanía, -87% de los ciudadanos encuestados-, está de acuerdo con establecer el concurso público o sorteo como vía de ingreso de personal en los gobiernos departamentales, y 71% está conforme en votarlo en un plebiscito para establecerlo en la Constitución.

Que el Partido Nacional se opuso en bloque a esta iniciativa, -que socava su poder territorial-, por lo que lo que decida el Frente Amplio será clave para la puesta en marcha de una iniciativa necesaria para avanzar en la democratización de las oportunidades laborales y la erradicación del clientelismo político.

Que según la Organización de Funcionarios Civiles Penitenciarios (Ofucipe), el diputado del Partido Colorado Gustavo Zubía dijo en un programa periodístico televisivo de la tarde que las mujeres operadoras mantienen relaciones con personas privadas de libertad, y que la mayoría terminan embarazadas, comentarios que entienden son  “profundamente irrespetuosos, sexistas y carentes de base actual”.

Que el escrito de apertura del juicio por el caso Operación Océano tiene más de 307 páginas y relata situaciones que solo se suelen ver en películas; los imputados son 11, y uno de ellos es un exjuez de menores de larga trayectoria penal, aunque también en la lista hay un comerciante, un play boy, un director de un colegio de Punta del Este, un empresario argentino y otro brasileño, y un docente de la Universidad de la República.

Que por lo menos dos de las siete víctimas tenían 13 años cuando fueron contactadas por adultos en páginas de citas para mantener relaciones sexuales a cambio de dinero. En el documento, la jueza resume la acusación fiscal contra el juez penal señalando que ofreció dinero a una entonces adolescente a cambio de prácticas que incluían “castigos de tipo sexual”: “... apretarle el cuerpo al punto de asfixiarla, darle fustazos en los genitales así como en todo el cuerpo de la adolescente mediante látigos, vibradores, fustas y juguetes sexuales”. Por cada encuentro, el hombre pagaba $ 2.000 o $ 2.500.

Que el juez civil de 13er Turno, Gustavo Nicastro Seoane, le dio la razón al Banco República y condenó el martes pasado a una exgerenta a pagar $ 6.566.773 más reajustes e intereses legales a la institución financiera. La exjerarca otorgó sobregiros “fuera de sus facultades” a la empresa Dibels S.R.L. perteneciente al presidente de Peñarol, Juan Ignacio Ruglio, y a su esposa.

Que ante un público que lo aplaudió más de una vez, Lacalle Pou reivindicó en Argentina el rol histórico de los partidos políticos en Uruguay como sustento de la “cohesión social” y la democracia de su país; celebró la actual relación diplomática entre Montevideo y Buenos Aires, y en este contexto volvió a llamar al Mercosur un “corset” que no se abre a nuevos acuerdos.

Que la turbulencia no da tregua al Gobierno español, y luego de un polémico adelanto de elecciones en 2023 -y meses y meses de negociaciones para lograr una investidura-, el presidente Pedro Sánchez publicó esta semana una carta con un mensaje contundente: está pensando en renunciar “por los ataques sin precedentes” de la derecha y la extrema derecha contra su esposa.

Que pacientes oncológicos que residen en el interior del país para acceder al tratamiento de radioterapia deben viajar diariamente a Montevideo desde sus lugares de radicación.

Que quien dispone de recursos se tralada por sus propios medios, en tanto que la gran mayoría de pacientes deben hacerlo en el transporte proporcionado por la mutualista junto a una decena de enfermos que están en esa misma situación, lo que torna agotador el periplo pues se debe aguardar el turno de todos para el regreso a sus domicilios.

Que existió un proyecto para instalar una clínica cercana a Ruta 9 con esos fines en la zona Este del país, es decir Maldonado, Rocha y Lavalleja, proyecto que fue bombardeado por el entonces presidente de la república, Dr. Tabaré Vázquez, titular de uno de los consultorios oncológicos y de radioterapia ubicado en las inmediaciones del Gran Parque Central de Montevideo.

Que asombra la polución de listas que han aparecido para las próximas elecciones internas de los partidos politicos, resaltando que los más se acercan no por entender de política sino como forma de asegurarse el pasaje a una vida sin preocupaciones económicas.

 

Recuerdo y Compromiso
Por Julio María Sanguinetti. En estos días de abril, se ha conmemorando el trágico episodio de la matanza de armenios, a manos de un ejército turco que, comandado por Mustafá Kemal Ataturk, había alumbrado la esperanza de una Turquía más tolerante, luego de las guerras balcánicas de 1911. Su propuesta de Estado laico así lo hacía pensar. Sin embargo, fue más fuerte el viejo prejuicio, que se arrastraba por lo menos desde 1893-1895, en que se produjeron más de 330 mil víctimas de una persistente intolerancia.

El hecho es que desatada la Primera Guerra Europea, y alineada Turquía con Alemania, hace 109 años, en abril de 1915, se desató esa furia destructiva, de inequívoca definición genocida. El método empleado fue el aniquilamiento físico y la confiscación generalizada. Se eliminaba sistemáticamente a la población masculina al tiempo que se imponía la deportación masiva de ancianos, mujeres y niños, obligados a recorrer cientos de kilómetros sin protección alguna, asediados de penalidades, para terminar en campos de concentración, en Alepo, o aun de exterminio como el Deir-ez-Zor. Se estima que murieron 1 millón 200 mil personas. El propio Kemal Ataturk reconoció una cifra de 800 mil, al término de la guerra y ya caído el Imperio Otomano, en medio de fuertes convulsiones.
Nos importa el concepto de genocidio, en el que encaja este dramático episodio histórico. Porque él se configura no por un simple enfrentamiento, por más duro que sea, sino por la reconocida voluntad de destrucción de un pueblo hasta su desaparición. Es lo que ocurrió. El propio Ministro del Interior del régimen, Talaat Pasha, se lo expresó sin cortapisas el Embajador norteamericano Henry Morgenthau, figura de incuestionable relieve y honestidad: "Hemos liquidado ya la situación de la tres cuartas partes de los armenios"; "no queremos ver armenios en Anatolia". Será bien claro el Embajador: "el gobierno está aprovechando la oportunidad, cuando todos los países están en guerra para destruir a la raza armenia".
No bien termina la guerra, los países occidentales condenaron estos episodios y en los últimos años, luego de tiempos de olvido o reticencia, se ha reiterado. El Parlamento Europeo en 1987 reconoció el genocidio y pidió a Turquía "crear las bases para una reconciliación". En 2002 lo reitera, incluso proponiendo formar un comité internacional de historiadores que colaboraran con Turquía para que asumiera ese capítulo de su historia. No ha sido así. Y hasta hoy la negación es absoluta. Es más: se produce esa diabólica transformación de la víctima en verdugo, cuando se pretende hacer responsables a los armenios de los ataques rusos a Turquía en la Primera Guerra Mundial, con la presunta colaboración de los armenios... de modo y manera que, a la inversa, se estarán defendiendo...
Es lo que ha pasado también con los planteos que se hacen antes y después de las Shoah judía. Hoy mismo, cuando una organización terrorista, Hamas, que proclama la destrucción del Estado de Israel, el 7 de octubre lanzan un cruel ataque contra la población civil y mata 1200 personas y secuestra otras 200, pasa de verdugo a víctima al producirse la legítima reacción defensiva. ¿Cómo hace Israel para impedir la prosecución de los ataques y procurar la hasta ahora frustrada liberación total de los rehenes? Un grupo que desprecia la vida de los demás y no teme usar de escudos humanos, a sus propios niños, inmolados en el fanatismo de una causa religiosa, acusa ahora de genocidio a quien se está defendiendo. El agredido ahora es agresor y en esta actitud le sigue buena parte de una opinión mundial que no termina de entender que bastaría liberar los rehenes, para que el conflicto cesara. Podrá haber excesos en la reacción armada, pero nada que se parezca a un genocidio.
El negacionismo es diabólico, como también lo es la banalización del concepto. Ahora aplicado a diestra y siniestra, cuando él describe una situación claramente caracterizable y que no puede degradarse usándolo como agravio de fácil uso.
Uruguay ostenta, en el caso armenio, el timbre de honor de haber sido el primer país que por ley reconoció el genocidio. Fue un proyecto presentado por los diputados batllistas de la lista 99, Dres. Enrique Martínez Moreno, que lideró el debate, Zelmar Michelini, Hugo Batalla y Aquiles Lanza. Felizmente contó con apoyo de todos los partidos y de una notable repercusión en toda la prensa nacional. La ley 13.326, de abril de 1965, votada en ocasión del cincuentenario de los trágicos episodios, al establecer el 24 de abril como fecha de recordación, marcó un hitó y fijó, para siempre, una determinación que el país ha sostenido en todos los foros internacionales. Naturalmente, Turquía es un Estado muy importante, integra la OTAN, concita muchos intereses políticos francamente respetables y representa una cultura histórica. Por lo mismo, su persistente negación, obliga a mantener vivo el tema, para que se termine por imponer la verdad histórica.
Los armenios uruguayos son parte constitutiva de la identidad nacional de un Uruguay, forjada en una amalgama que, a partir de la historia sociedad hispano-criolla, se enriqueció con italianos, gallegos, judíos, valdenses, libaneses, rusos, ingleses, franceses, alemanes y por supuesto, una legión de armenios, en todos los sectores de la actividad nacional. A muchos podríamos recordar, pero como viejo periodista que soy, me complazco en señalar aquellos con los que he compartido años de oficio como Asadur Vaneskahian (hoy continuado por sus hijos), Avedis Badanian, toda la familia Rupenian de la que sigue Berch con la bandera y nuestro viejo compañero de estudios Nishan Sarkissian. Incluso los dos primeros fueron protagonistas del famoso debate que en 1980, en Canal 4, fue un punto de inflexión en el referéndum que comenzó la apertura democrática.
Recordar a veces es, como en el caso, materia obligada. Pero ese recuerdo supone, además, compromiso. El de no decaer en el sostén de la verdad.



 

 

 

 
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