Edición Nro. 2057 - Punta del Este / Uruguay
enfoques 9 de marzo de 2018
 
 
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EL PAIS - MADRID
Los vuelos ‘low cost’ se abren paso en Argentina
  • El desembarco de Norwegian rompió un mercado cerrado que impedía los billetes baratos

Cuando los responsables de Norwegian empezaron a analizar los datos potenciales de Argentina, la conclusión fue muy clara: es imposible que salga mal. Un negocio seguro. Un país enorme, con 5.000 kilómetros de norte a sur, con 40 millones de habitantes y una clase media-alta con capacidad económica y pasión por viajar, con enorme atractivo turístico entre Buenos Aires, una de las ciudades más bellas de América, y los 33 parques nacionales que jalonan el país con maravillas únicas como el glaciar Perito Moreno. Así que la compañía noruega que está arrasando en Europa con sus vuelos low cost y supone una amenaza seria para Ryanair decidió apostar por Argentina. La llegada el jueves de su primer vuelo, el Londres-Buenos Aires, que se vende por unos 800 dólares, marca la apertura definitiva de las low cost en Argentina, después de que la filial de Iberia Level empezara a ofrecer vuelos a Barcelona también por poco más de 800 dólares. En los vuelos internos las cosas van más lentas, pero también están arrancando y Norwegian será la gran protagonista.
En el sector, sin embargo, se toman con mucha cautela el optimismo generalizado que ha desatado este vuelo inaugural y que se vivió en la embajada británica en Buenos Aires, donde se celebró la llegada del primer avión rojo (el color de la bandera noruega). Las cosas en Argentina no son fáciles y el aeronáutico es uno de los sectores más cerrados del país, lo que ha provocado que para muchos argentinos sea más barato viajar fuera que dentro de su nación, donde Aerolíneas Argentinas tenía hasta ahora prácticamente un monopolio. Todo el que puede se va a Uruguay, Chile, Brasil, EEUU o incluso Europa y sostiene que sus vacaciones le salieron más baratas que en la costa argentina.
Los datos son elocuentes. En 2017 salieron 4,5 millones de argentinos residentes a visitar otros países y entraron 2,6 millones de no residentes a hacer turismo. Esto es, salieron el doble de los que entraron, algo difícil de explicar en un país con una enorme potencialidad turística. Los altos precios de Argentina, derivados de la inflación más alta de América después de Venezuela, y los vuelos caros –viajar a un destino en la Patagonia puede costar más de 400 dólares por persona en los aeropuertos a los que solo vuela Aerolíneas Argentinas, que son la mayoría- explican este fracaso de los argentinos para atraer turistas. Mark Kent, embajador del Reino Unido, explicó que cada año viajan 150.000 argentinos a su país frente a los 100.000 británicos que visitan la tierra de Borges.
La llegada de Norwegian, una aventura que empezó por el entusiasmo de un argentino afincado en Noruega, Ricardo Clarke, que convenció a todas las partes implicadas, ha desatado sin embargo un enorme entusiasmo. La compañía noruega asegura que si todo va bien puede llegar a invertir 4.300 millones de dólares para convertirse en la gran protagonista de los cielos argentinos. Ha solicitado y recibido autorización para 152 rutas, aunque habrá que ver cuáles se concretan. “En los próximos años Norwegian empleará entre 3.000 y 4.000 argentinos. Y contribuiremos a la creación de entre 50.000 y 55.000 empleos indirectos”, dice Ole Christian Melhus, CEO de la compañía en Argentina, entre el aplauso de los ministros de Transporte, Guillermo Dietrich, y Turismo, Gustavo Santos, entusiasmados con la llegada de la compañía noruega. A finales de año, según Melhus, ya habrá entre 6 y 10 aviones de Norwegian viajando por toda Argentina.
La clave estará en ese mercado interno. En Argentina el avión es tan caro que la gente se acostumbró a viajar en autobús. Los desplazamientos en este medio triplican los que se hacen en avión. Pero los autobuses también han ido subiendo sus precios hasta hacerlos casi equiparables al avión. Precisamente por eso ahora es un sector en crisis y el Gobierno de Mauricio Macri espera duplicar el tráfico aéreo en 2019.
El margen para crecer es enorme. Argentina es la tercera economía latinoamericana pero está en el quinto lugar de Sudamérica en cantidad de viajeros aéreos per cápita, por detrás de Chile, Brasil, Colombia y Perú. Pero aún quedan muchas resistencias. De hecho, Argentina ha hecho algo único: promueve las low cost, pero mantiene un precio mínimo para los vuelos, algo impensable en el mundo de Norwegian y Ryanair, donde abundan las ofertas de billetes por 20 dólares. Poco a poco ese mínimo va quedando desactualizado con la inflación y la devaluación del peso, pero sigue ahí y el Gobierno no se atreve a eliminarlo por miedo a los sindicatos.
Los gremios aeronáuticos argentinos están en guerra contra las low cost, que tienen una política laboral y salarial mucho más dura, a la que ellos se oponen radicalmente. Los expertos noruegos siguen convencidos de que nada puede salir mal, pero los argentinos ya les han explicado que en el país austral no existen los negocios seguros porque todo es imprevisible. La batalla sindical promete ser muy dura, pero el Gobierno de Macri parece decidido a abrir los cielos argentinos, aunque sea muy poco a poco, como suelen pasar las cosas en el país austral.

EL ECONOMISTA -ESPAÑA
Aerolíneas de bajo coste desatan guerra por pilotos

Los fuertes planes de crecimiento lanzados por las aerolíneas de bajo coste en España han desatado una auténtica batalla por los pilotos. Fuentes sindicales y empresariales consultadas por este diario reconocen que hay escasez de profesionales con horas de vuelo en nuestro país y el resto de Europa, lo que está abocando a las compañías aéreas a robarse personal para asegurar su expansión. "Es un hecho que faltan pilotos con experiencia y que las aerolíneas se los están quitando unas a otras para cubrir sus planes de crecimiento. La compañía que tenga peores condiciones al final se verá en aprietos para operar", explican fuentes del sector. No en vano, tras varios años de récord, las aerolíneas seguirán creciendo a doble dígito: el volumen de plazas aéreas en el mercado nacional se elevará un 10% este verano.
La batalla por los pilotos ya generó un problema en Ryanair, que se vio obligado a cancelar 20.000 vuelos a finales del año pasado ante la fuga de 400 pilotos a otras compañías, y que ahora amenaza con lastrar las operaciones de Vueling este verano, alerta el sindicato Sepla. No en vano, Juan Manuel Redondo, jefe de la sección sindical de la aerolínea catalana, denuncia que en los últimos 12 meses se han ido 110 pilotos a otras aerolíneas como Norwegian o easyJet, el 10% de la plantilla, y que la firma que tiene problemas para reponerlos y cubrir las nuevas plazas por "las malas condiciones laborales", asegura el representante sindical.
"El mercado ha vuelto a crecer y ya se han absorbido a todos los pilotos que estaban en el paro o entre empleos. Las compañías han anunciado otra oleada de crecimiento, sobre todo en España, y necesitan pilotos con experiencia que puedan empezar a volar cuanto antes. Lo que vemos es que las otras compañías se están adelantando y que Vueling tiene problemas para cubrir las vacantes y retener talento porque tiene unas condiciones muy por debajo del mercado", explicó Redondo en declaraciones a este diario.
Un extremo que Vueling niega tajantemente. En un comunicado interno al que ha tenido acceso este diario, la aerolínea asegura que tiene prevista la incorporación "de entre 150 y 200 pilotos en los próximos meses" y que la situación es "de total normalidad" por lo que descartan repetir la crisis de 2016. A su vez, ha llamado a los trabajadores a "ser responsables" porque este tipo de noticias "impacta a la credibilidad de la compañía y su futuro". Los pilotos están en plena negociación de sus condiciones y prevén reunirse con la firma esta semana.
Aunque Vueling asegura que ya tiene cubierta la convocatoria de plazas que abrió en agosto y que todavía no ha cerrado, lo cierto es que empresas como Norwegian o easyJet están captado pilotos con experiencia de sus competidores directos de bajo coste y que empresas como Ryanair, que ha mejorado las condiciones salariales de sus pilotos y ya se ha sentado con Sepla a negociar, se ha ido a Sudáfrica y Brasil para buscar aviadores con experiencia con los que cubrir 600 vacantes. "Las aerolíneas tratan de recuperar a los pilotos que se fueron por la crisis pero no quieren volver a cualquier precio y, además, se siguen yendo a China", explican.
Aunque Ryanair frenó su ritmo de crecimiento por el problema con los pilotos, prevé acelerar su expansión este invierno en nuestro país con 29 rutas más y un 9% más de plazas. Por su parte, Vueling prevé recuperar los crecimientos en doble dígito (12%) y sólo este año sumará seis aviones más a su flota en España. Cada Airbus A320 o Boeing 737 (corto y medio radio) tienen asociadas cinco tripulaciones que están formadas por 10 pilotos y 25 TCP.




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