Días pasados, en el programa matutino "En Perspectiva" de Radio El Espectador, fue entrevistado el Defensor del Vecino, Ps. Social Fernando W. Rodríguez. El tema tratado fue: “la polución sonora”. El mismo informaba los distintos tipos de contaminación sonora que se producían en la ciudad y que ellos recibían la denuncia de los montevideanos, en virtud que las mismas, a pesar de haberse planteado en la Intendencia de Montevideo, continuaban produciéndose. Incluso comentaba que muchas personas, debido a que su descanso no era el adecuado, debieron concurrir a consulta médica y recibieron un tratamiento.
Mucha gente no le da importancia a este tema, pero imagínese Ud. tener al lado de su casa un pub, el cual durante varios días a la semana produce un ruido tal que evita se pueda dormir en forma normal. Quizás algunos no lo sepan, pero esto fue un método de tortura utilizado por algunos ejércitos en época de guerra, para obtener información de sus prisioneros. Se les permitía dormir un rato y luego se les despertaba y así el procedimiento continuaba durante toda la noche e incluso días, hasta que la persona agotaba psicológicamente, brindaba toda la información que le era requerida.
En Montevideo tenemos distintos tipos de contaminación sonora: perros que ladran en forma contínua; alarmas de casas y vehículos que suenan hasta que se agota la batería; caños de escapes libres en motos, autos y ómnibus; boliches que emiten ruidos por más decibeles de los admitidos; radios de los conductores de ómnibus a niveles ensordecedores, etc. 
Todo este tipo de molestias están previstas en el Digesto Municipal, pero nadie se preocupa por hacerlas cumplir. Lo que llama la atención es que varios días después de emitido el programa, parecería que la Intendencia se enteró que por algo pagamos impuestos los montevideanos, pues salió a informar a la prensa que se empezaría a controlar y multar a quienes circularan por la vía pública con el caño de escape libre.
Como se verá parece que debido al excesivo trabajo que tienen sus miles de funcionarios, sólo van a controlar los caños de escape libre, los demás ruidos, se verá en el correr de los próximos años, o cuando estos surja nuevamente en la prensa.
 Esto y otro tipo de disposiciones se deberían hacer cumplir siempre y no esperar a que el tema surja a la opinión pública y esto haga que deban trabajar como corresponde.
Cuando esto no sucede, nada se hace y se aplica el criterio: “cuanto menos conozcan sus derechos, menos reclaman”. Laburen señores, que para eso pagamos abultados impuestos.
Carlos Asecas