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Tiro al presidente |
Con los sindicatos docentes encaramados en la desobediencia y declarada resistencia al poder político, al punto de enfrentar frontalmente al presidente de la república, -que tuvo el “tupé” de exigir el mejor resultado educativo en el país-, un panorama más que sombrío se cierne sobre la Educación Pública en todos sus niveles.
Otro paro general en la enseñanza para fines de junio, y la posibilidad de declarar la huelga, son temas que ya manejan los sindicatos si no son satisfechos legítimos requerimientos salariales. Esta volada la aprovechó el PIT CNT para comprometer de inicio la potestad del Presidente de la República; para menoscabar su imagen y autoridad; para demostrar quién manda, y poner un vallado que limita el ejercicio del gobierno entronizado por el voto.
La amenaza de decretar la esencialidad en la Enseñanza, un tema que Vázquez candidato puso sobre la mesa hace menos de un año en un programa periodístico de alto nivel, resurge vigorosa cuando apenas se han completado cien días de gobierno.
En el editorial que nos atañe, el cogobierno sindical en la Educación debe ser visto como directo responsable del caos. Gobierna el sindicato, sometidos y doblegados sus legítimos directores, atados de pies y manos a la presión que ejerce el sindicato. En los hechos, sus cargos dependen del visto bueno otorgado por los gremios.
Lo que debió constituir una conducción académica sólida y moderna, se transformó en una máquina de impedir que se fue expandiendo cual metástasis en las escuelas y liceos de todo el país. De este modo se ha transformado toda la Enseñanza en un reducto inexpugnable de gremios levantiscos, empeñados en ejercer competencia sobre una mal entendida e interesadamente distorsionada autonomía.
Hilando fino, vamos por todo, parece ser una consigna en la cual están empeñados los gremios de la educación que, aprovechando oportunidades, mezclan sus muy justificadas reclamaciones salariales con la reivindicación de políticas educativas que no son de su competencia ni resorte.
En franco derrotero de corte populista, en el cual se mezcla a sabiendas la Biblia con el calefón, los gremios educativos constituyen punta de lanza en el deterioro cada vez más acentuado de la enseñanza que se imparte en escuelas y liceos.
La deserción estudiantil; la cada vez más reducida capacidad docente, y el empeño del aprendizaje en textos anticuados que ya no tienen razón de ser, constituyen pilares de una enseñanza escolar y media absolutamente desvirtuada.
En síntesis, y como frutilla de la torta, los egresados que terminan liceo no son capaces de comprender lo que leen.
En figuritas se las está viendo el gobierno de Vázquez para frenar tamaña anomalía, misión imposible si echamos un vistazo sobre los pocos funcionarios que desde décadas atrás vienen trabando con impunidad la recuperación del Ferrocarril.
En el tema que nos ocupa, convengamos que por encima de las causas ocasionales que motivaron la huelga general de la víspera, y la resistencia a la autoridad del mandatario desde el mismísimo primero de marzo, en los hechos, y con toda precisión, el PIT CNT le pegó un tiro al presidente de la república.
Desarmado, el atildado mandatario atisba impotente que ha llegado la hora del reparto. Sus “socios” en el emprendimiento le reclaman masivamente satisfacer las reivindicaciones que constituyeron cimiento de la plataforma electoral del Frente Amplio.
Fueron votos. Miles de votos. Decenas y centenas de miles de votos.
¡Qué triste! ¡Qué pobreza intelectual exhibe el Soberano!
Ricardo Garzón |
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