Debo reconocer que me he habituado a hacer comentarios en el ciber espacio através de Face Book. Por esto mismo me ha llamado la atención la reacción en ese medio de un comentario que hiciera hace unos días.
Concretamente, me referí en ese medio al desconcierto general que pareciera cundir entre la ciudadanía de nuestro país.
La gente pareciera que anda con un abrojo abajo del recado, el flete molesto y el jinete más. Una molestia que es nada más que eso por ahora, pero que tampoco se va.
Me llamó la atención cómo en la caja de un supermercado la cajera me hablara con tanto disgusto del gobierno actual y más para mi sorpresa como los demás en la cola se hicieran eco de sus comentarios.
Hay un clima extraño entre la gente. Personalmente no recuerdo una incomodidad ,un desconcierto como el actual desde mis años mozos en la década del sesenta. Los años inmediatamente previos a los años del proceso.
Me da la impresión que la gente esta enojada, molesta y cansada de que le metan la mano en el bolsillo como lo hace el gobierno actual para cubir sus propios errores garrafales.
La gente esta molesta porque percibe la ineficacia del Frente Amplio en el gobierno, están cansados que le mientan y más todavía estan cansados de ser los paganinis de la boda.
Todavía resuena en mis oídos esa malhadada expresión del Cr. Astori de los ‘espacios fiscales’. Siempre con su tono magisterial y en contra de todos los avisos de la oposición, Astori en forma inexplicable gastó una bonanza como marinero borracho. La gente no es, en general, afín a pagar orgías ajenas.
Hoy en el Uruguay neo-marxista todos los uruguayos debemos no solo apechugar con un déficit fiscal absurdo sino con una deuda externa que hoy con intereses debe superar nuestro PBI, y si no lo hace pega en el palo.
El uruguayo de a pie no entiende demasiado estos temas pero percibe el desastre a nivel de piel y está nervioso.
Lo que sí advierten casi todos es el tufillo de corrupción y amiguismo que sobrevuela este gobierno, tufillo o más bien tufo que en mis seis décadas de vida no me acuerdo haber percibido.
La corrupción es endémica a los gobiernos porque los gobiernos son de hombres y muchos, no todos, son afines a hacer dinero en forma fácil. Por supuesto esto es doblemente válido si se está en el gobierno.
Sentir hablar al Sr. Sendic sobre la corrupción ajena es como oír a la  tiznada caldera quejarse del tizne de la olla. Es una afrenta a la inteligencia y en realidad una forma de tratarnos a todos los uruguayos de nabos.
A la gente no les gusta esto. Tampoco le gusta el tema de los negocios raros con Venezuela, ni las vinculaciones de la empresa Oderbrecht con el malogrado proyecto de la regasificadora, ni los rumores sobre uno de los hijos del presidente, ni las vinvculaciones del finado Wilson Sanabria con el ex intendente Oscar de los Santos, ni tantas otras cosas que hoy sobrevuelan nuestra sociedad.
Pero por sobre todo esto la gente está molesta porque cada vez el gobierno le mete la mano más hondo en el bolsillo y todo sigue igual, mal.
Todo esto no es nuevo, lo que sí es nuevo es el malestar generalizado que se percibe entre los que con su trabajo mantienen a este país.
El gobierno no podrá ya seguir con su absurda política tan propia a los populistas  de recaudar y gastar, recaudar y gastar sin límites ni en montos ni en tiempos.
Parece ser vicio de estos tiempos. No lo es. Uruguay ha vivido descalabros similares en el pasado, el problema es en qué terminan esos descalabros.
El hecho es que la gente está molesta irritable y angustiada por la situación. Situación desgraciadamente provocada por los ineptos populistas que hoy ocupan el gobierno.
Ojalá que cuando vengan tiempos electorales y deban insertar la balota en la urna no se olviden de los responsables directos de las desventuras que hoy vivimos todos los orientales.
Eso sí será responsabilidad de la actual oposición plantear programas y candidatos que colmen ‘a priori’ al menos las expectativas de la gente. Cosa que hoy no pareciera acontecer.
Estamos en una situación financieramente complicada. Pasará pero no por arte de magia. Pasará por las actitudes de los orientales, y porque dejen de soñar con lo que en defintiva fueron vicios de otros tiempos, muy parecidos a los de hoy.
Lo de antes ya fue. Deberemos proyectarnos con prudencia e inteligencia hacia el futuro, tratando eso sí de no caer en vicios de estos tiempos.
Seguramente el futuro traerá los suyos. Pero, en definitiva, ese es harina de otro costal.